Rita se acerca a Tejas con vientos de 300 kilómetros por hora
Un millón de personas en Houston y Galveston huyen por carretera del ciclón
Los residentes de Houston y Galveston están protagonizando un éxodo masivo por carretera después de que las autoridades de Tejas ordenaran ayer evacuar las zonas donde, previsiblemente, impactará el huracán Rita. El último parte de los meteorólogos sitúa el ciclón a menos de 800 kilómetros de la costa de ese Estado con vientos de 250 kilómetros por hora.
Aunque el ciclón se había debilitado un poco en aguas del Golfo de México, todavía mantiene la peligrosa categoría 4, un grado inferior al nivel máximo que alcanzó durante el día de ayer, y se acerca a la costa con la misma intensidad con que Katrina devastó el estado de Luisiana hace menos de un mes.
Mientras, más de un millón las personas abarrotaban las autopistas de salida de las ciudades de Houston y Galveston, en respuesta a las evacuaciones, obligatorias y voluntarias, decretadas por las autoridades ante el avance de Rita hacia la costa tejana. El último parte ofrecido ayer tarde (hora española) por el Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami, sitúaba el ciclón a menos de 788 kilómetros al sureste de la localidad de Galveston, una de las más amenazadas en Tejas. La tormenta se movía en trayectoria norte-noroeste a 14 kilómetros por hora. Los metereólogos aseguran que Rita tiene un "potencial catastrófico" que no disminuirá en exceso cuando descargue su fuerza hoy por la noche o el sábado en algún punto entre Tejas y Luisiana.
La alcaldesa de Galveston, Lyda Ann Thomas, ha informado a la CNN de que el 80% de la ciudad ha sido ya evacuada. "Esperamos que todos aquellos que aún continuan en la ciudad (con 58.000 habitantes) la abandonen", ha dicho la regidora de una localidad que ya fue arrasada por otro huracán en 1900. Desde Washington, el presidente George W. Bush ha confiado en que "el huracán Rita no sea una tormenta devastadora, pero estamos preparados para lo peor".
Evacuaciones
El goberandor de Tejas, Rick Perry, ofreció ayer una rueda de prensa en la que pidió a los ciudadanos que "no cundiera el pánico" pero que se obedecieran las medidas que decreten las autoridades. "Las casas y los negocios se pueden reconstruir. Las vidas no", ha dicho Perry. Se han evacuado ya los hospitales, las residencias de ancianos y a la población más vulnerable, en ambulancias, helicópteros y autobuses. Ahora el objetivo es vaciar la gran mayoría de las localidades costeras del Estado, donde los expertos calculan que Rita tomárá tierra hoy o a primera del sábado. Tampoco excluyen que se encamine a la ciudad de Galveston, asentada en una isla en la que se concentra buena parte de la industria petrolera del golfo de México y donde su población se ha echado a la carretera para evitar el huracán.
Desde anteanoche, Galveston presenta el aspecto de una ciudad fantasma en la que sólo permanece abierto un hotel para acoger a los funcionarios de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), los periodistas o efectivos de los servicios de ayuda. Galveston ya fue escenario de uno de los huracanes más mortíferos de toda la historia de EE UU que se cobró la vida de unas 8.000 personas hace 105 años, en 1900. Algunos soldados están apostados en las inmediaciones del área que se prevé objetivo del huracán, donde las escuelas, negocios y universidades han cerrado sus puertas hasta nuevo aviso.
No muy lejos de Galveston y también en zona de riesgo está Houston, una de las ciudades más poblada del país, con unos cuatro millones de habitantes sólo en su área metropolitana y otros dos más en sus alrededores. En algunas zonas se han decretado evacuaciones obligatorias y en otras, aunque no hay orden de salida, los ciudadanos han emprendido la huida para evitar correr riesgos. Los supermercados se han quedado prácticamente sin suministro de productos básicos, mientras muchos houstonianos hacen colas en las gasolineras para aprovisionarse de combustible antes de abandonar sus hogares.
El alcalde, Bill White, ha pedido a quienes tengan coche que lo utilicen y que aprovechen todas las plazas para llevar a vecinos o amigos porque no habrá suficientes vehículos públicos para una eventual evacuación forzosa de toda la ciudad. "Me voy porque me parece que esto va a ser muy fuerte realmente, y no quiero arriesgarme", ha declarado María Inés Sicardi, de origen argentino y residente en una de las áreas en las que todavía no se ha decretado la evacuación. Otra de las mujeres que ya ha emprendido la huida ha explicado, desde la ventanilla de su automóvil, que se iba con la familia y con una vecina "porque esto no se sabe cómo va a terminar y quién sabe si la casa sale volando".
Luisiana, de nuevo en alerta
La situación es especialmente complicada para los miles de refugiados que fueron trasladados a Houston para evitar las consecuencias del huracán Katrina y que ahora están siendo evacuados por segunda vez con dirección a Fort Chaffee, en Arkansas.
También en la costa tejana se sitúa la ciudad de Corpus Christi, donde su regidor, Henry Garrett, ha decretado también la evacuación obligatoria de las islas que rodean la ciudad y de las áreas más bajas. Garrett ha anunciado que en las próximas horas ampliará la orden a otras zonas sólo como medida de prevención para evitar problemas como los que se registraron tras el azote del huracán Katrina en los Estados sureños de Luisiana, Misisipi y Alabama el pasado 29 de agosto.
La población de Luisiana, sobre todo la de la devastada Nueva Orleans, no está libre del azote del nuevo huracán y, por si acaso, también se ha ordenado la evacuación de las pocas personas que quedaban en la ciudad. La gobernadora del Estado, Kathleen Blanco, ha recomendado a aquellos que residen en zonas costeras que abandonen sus casas en dirección al norte. "El suroeste de Luisiana está ahora en peligro", ha dicho la gobernadora tras explicar que las últimas previsiones meteorológicas apuntan a que la trayectoria de Rita puede acercarse más a la costa de Luisiana de lo que se pensaba en un principio.
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