Rice pide al régimen chino más libertad religiosa y una apertura política
La secretaria de Estado de EE UU exige al Gobierno de Pekín "prudencia" con Taiwan
La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, ha señalado hoy que pidió a los líderes chinos durante su estancia en Pekín que no vean en las sociedades religiosas una amenaza a la estabilidad y que avancen en permitir la libertad en la práctica de la religión. Según Rice, dichas sociedades son "incluso a veces en países en transición una vía para difundir la bondad, la estabilidad y la compasión". Además, ha subrayado que recomendó al Gobierno de Pekín "prudencia" con Taiwan.
Si la secretaria de Estado ha destacado hoy de su diálogo con los dirigentes chinos la importancia de que los gobernantes permitan la libertad religiosa e impulsen la vigencia de los derechos humanos, no se ocultó ayer para ejercer en privado sus creencias cristianas. Tras acabar sus reuniones con el máximo liderazgo comunista en el Gran Palacio del Pueblo y antes de acudir a la recepción que le ofrecieron en Daiyoutai, residencia oficial de huéspedes del Gobierno, Rice estuvo durante casi dos horas en la iglesia cristiana de Gang Wa Si, en el centro de Pekín.
"Era domingo y tanto Rice como su familia son muy religiosos. Fue a la iglesia aunque todavía no había ido al hotel desde que llegó pues desde el aeropuerto fue al Gran Palacio del Pueblo", afirma hoy con cierta sorpresa el periódico Pekín Morning Post. Pero, según ha explicado Rice a la prensa, ella ha hablado de libertad religiosa no sólo en China si no en muchas de las visitas que efectúa a diversos países. "Las personas deben poder ejercer libremente su fe o sus tradiciones religiosas sin interferencias y las creencias deben poder expandirse libremente", ha añadido. Para Rice, "la religión es un valor profundamente enraizado en las relaciones bilaterales de EE UU, ya que se trata de un país "fundado por gente huída de persecuciones religiosas".
'No' al levantamiento del embargo
Rice ha manifestado que expuso a los responsables chinos tanto diversos casos individuales de lo que Washington considera incumplimiento de los derechos humanos (y que no ha enumerado hoy ante la prensa), "además de los asuntos estructurales". "Aunque destaqué que se había producido algún progreso en los últimos meses, confiamos que avance en libertad religiosa y con el Dalai Lama, pues el pueblo tibetano tiene que poder continuar con su cultura ", ha indicado. Rice no ha dejado tampoco de decir hoy en Pekín que EE UU piensa que "la apertura del sistema político confluye con la de la economía".
Previamente, antes de emprender su regreso a Washington, La Rice hizo un llamamiento al liderazgo chino para que ejerza la "prudencia" con Taiwan, tras la aprobación de la Ley Antisecesión. Sin manifestar oficialmente la oposición de Washington, la secretaria de Estado dijo haber instado a los líderes chinos a que, una vez promulgada, "tomen medidas para reducir la tensión y no cambiar el 'status quo' en el Estrecho". Para Rice, "la Ley supone una decisión unilateral que incrementa la tensión (en la zona) y no es bueno". Por otro lado, aunque dijo que no quiso intervenir en los asuntos bilaterales entre la Unión Europea (UE) y China, sí se permitió afirmar con rotundidad que por el "fuerte compromiso con la seguridad de la zona, donde tiene bases [militares]", EE UU se opone al levantamiento del embargo de venta de armas a China.
"Levantar el embargo [impuesto en 1989 a raíz de los acontecimientos trágicos de la Plaza de Tiananmen] no sería el signo correcto además de que alteraría el equilibrio militar (en la zona)", afirmó. Rice se refirió con un velado apoyo a las declaraciones del ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, contrarias al levantamiento del embargo, que, dijo, ayudaría a la modernización del arsenal de China, que acaba de anunciar el incremento del 13% en sus gastos de Defensa. "No hablé del asunto con los líderes chinos, pero [Washington] considera que no es prudente levantarlo. Aunque la decisión es de la UE", admitió Rice.
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