Liberadas las dos rehenes italianas secuestradas en Irak

Simona Torretta y Simona Pari, las dos cooperantes italianas que permanecían secuestradas en Irak desde el pasado 7 de septiembre, han sido puestas hoy en libertad, según ha confirmado el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi y las familias de las rehenes. Berlusconi las ha recibido, junto con los familiares de las dos jóvenes en el aeropuerto romano de Fiumicino.

Según ha declarado Berlusconi, Pari y Torretta, han sido puestas a disposición de la Cruz Rojo italiana, que las ha trasladado al aeropuerto de Bagdad para viajar de vuelta a Italia, adonde han llegado horas más tarde. "Yo mismo he anunciado la liberación a las familias y se ha podido poner final de manera positiva a un caso terrible, que ha tenido angustiado a todo el país".

La liberación se ha producido, según Berlusconi, tras arduas negociaciones entre el Gobierno italiano y los secuestradores. Lo mismo ha asegurado Rocco Buttiglione, ministro italiano de Políticas Comunitarias, que ha confirmado la liberación de las jóvenes al Parlamento italiano destacando la actividad desplegada por el Ministerio de Exteriores, así como las iniciativas de los servicios secretos y de representantes de la comunidad islámica italiana. "Ha habido una participación coral de todo el país", ha dicho. Berlusconi ha destacado, en particular al subsecretario de la Presidencia, Gianni Letta, a quien las dos mujeres "deben la vida". También Berlusconi ha agradecido la "unidad de todas las fuerzas políticas", que han estado puntualmente informadas.

Berlusconi no ha hecho mención alguna a cómo se ha desarrollado la liberación de Torretta y Pari, después de que durante toda la jornada se haya hablado de que los secuestradores eran delincuentes comunes que reclamaban un rescate de un millón de dólares. Un periódico kuwaití publicaba hoy que las cooperantes serían puestas en libertad "antes del viernes" después de que se hubiera pagado un rescate. Según Al Rai Al Am las dos cooperantes han obtenido su libertad después de que se pagara un rescate por sus vidas, lo que hizo que los captores retiraran la exigencia de la marcha de las tropas italianas de Irak, condición bajo la que se amenazaba la vida de las jóvenes.

Un grupo de hombres armados secuestró a Pari y Torretta en la sede de la organización de ayuda humanitaria para la que trabajaban, Un Puente para Bagdad, en pleno centro de la capital iraquí el pasado 7 de septiembre. Junto a ellas se llevaron a dos voluntarios iraquíes, Manhas Basam y Raad Ali Abdelasis.

Liberados cuatro egipcios

Cuatro de los seis egipcios secuestrados la semana pasada en Bagdad han sido liberados, informa hoy el diario progubernamental egipcio Al Ahram, que cita fuentes próximas a la compañía para la que trabajan, el consorcio egipcio de telecomunicaciones Orascom. Sus captores también han liberado a dos ciudadanos iraquíes, según la cadena de televisión de Qatar Al Yazira. Los cuatro técnicos fueron puestos en libertad poco después de la pasada medianoche y trasladados a su residencia en Bagdad, en medio de estrictas medidas de seguridad, según las fuentes, que aseguran que los 24 técnicos e ingenieros egipcios que trabajan en la instalación de una red de telefonía móvil para la empresa Iraqna (Nuestro Irak), que depende de Orascom, regresarán en los próximos días a Egipto. Ningún grupo reclamó la autoría de los raptos, pero Al Ahram anunció el pasado domingo que Orascom había pagado un rescate por la liberación de los seis trabajadores de 350.000 dólares (284.000 euros).

Estas liberaciones dan nuevas esperanzas a París, que espera un feliz desenlace del secuestro, el pasado 20 de agosto, de los periodistas Christian Chesnoy y Georges Malbrunot. El Consejo de los Ulemas, institución religiosa que sirve de mediadora en algunos casos, denunció la semana pasada que las operaciones militares de EE UU en Latifiya y Faluya habían bloqueado una solución que parecía próxima. Otros sostienen que la excesiva campaña diplomática de París para lograr su liberación ha perjudicado a los informadores. Fuentes diplomáticas aseguran, sin embargo, que fue precisamente esa publicidad desmedida lo que impidió inicialmente su asesinato. No hay noticias tampoco de la suerte del británico Kenneth Bigley.