Los líderes de la UE oficializan en Dublín el nacimiento de la Europa de 25

Una sencilla pero solemne ceremonia al improbable sol de los jardines del palacio Aras an Uachtarain, sede de la presidencia irlandesa, ha oficializado el nacimiento de la Europa de 25. Las banderas de los 25 socios de la Unión Europea, recogidas de manos de sus jefes de Estado y de Gobierno, han sido izadas por un pelotón militar a los compases de la IX Sinfonía de Beethoven, himno de la UE, instantes antes de que comenzara a ondear la enseña azul de estrellas doradas, símbolo de la reunificación de Europa que hoy se ha culminado con la entrada en la UE de 10 nuevos miembros.

La presidenta irlandesa, Mary McAleeshe, ha dado comienzo a la emotiva ceremonia, celebrada bajo un sol poco habitual en la capital de Irlanda, con un discurso en el que ha hablado del cumplimiento del "sueño de los fundadores" de lo que entonces era la Comunidad Económica Europea, que arrancaba en 1957 con seis miembros. Los "valores democráticos" que ahora comparten 455 millones de europeos "que ahora se confían unos a otros" han estado presentes también en su discurso, al que ha seguido el del primer ministro irlandés, Bertie Ahern, que se ha expresado en términos parecidos y, al igual que la presidenta, en gaélico e inglés.

Tras sus palabras, la música ha acompañado la salida de 26 niños, uno por cada bandera, que han entregado a los respectivos jefes de Gobierno. De sus manos las ha recogido el pelotón militar que ha procedido a la izada, culminada con la de la enseña europea. Así ha terminado una emotiva ceremonia en la que ha participado, por parte española, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se estrenaba como mandatario español en un acto comunitario y que lo ha hecho para dar la bienvenida a la qunta y mayor ampliación de la UE.

Fiestas a medianoche

Pero la llamada reunificación europea, por la que 455 millones de personas compartirán las mismas instituciones, se hizo efectiva esta medianoche y se ha celebrado con fuegos artificiales en las capitales de los diez nuevos miembros de la UE. Durante la mañana, se han celebrado actos en la capital irlandesa, que ostenta la presidencia semestral de la UE y que ha amanecido con el cielo despejado y vestida de gala para el acto, con la bandera estrellada europea colgando de todos los edificios oficiales. 5.000 agentes de policía y 2.500 militares vigilaban la seguridad de los actos, que han comenzado a las 11.15 hora local (12.15 hora peninsular española) con una ceremonia multiconfesional para celebrar la entrada a la UE de cien millones de almas. Al acto religioso, oficiado por el cardenal Desmond Connell, el imán Hussein Halawa y el rabino Yaakov Pearlman, han asistido el presidente del Consejo Europeo, el primer ministro irlandés, Bertie Ahern; el de la Comisión Europea (CE), Romano Prodi; y el del Parlamento Europeo, Pat Cox.

A las 11.30 (12.30 en España), estos tres representantes de las instituciones de la UE han ofrecido una rueda de prensa conjunta en el Castillo de Dublín. "Hoy, abrimos las puertas a la gran familia europea y les damos, en la mejor tradición irlandesa, cien y mil veces la bienvenida", ha señalado Ahern, para después ofrecer "la mano de la amistad" a los nuevos miembros, en la jornada que "marca el triunfo de su tenacidad y su perseverancia sobre el legado de la historia". En cuanto a los retos a los que se enfrenta la nueva Europa, Prodi ha señalado el desarrollo de una nueva "política de vecindad" con Rusia, Marruecos y el Mediterráneo como prioridades, el terrorismo y la futura Constitución europea, que hay que aprobar "pronto y bien". Por su parte, Cox ha destacado "el nuevo significado, la nueva razón de ser" que tiene para el Viejo Continente la visión y el legado de los padres de Europa.

Una cena informal

Tras la ceremonia central que ha tenido lugar en la residencia oficial de la presidenta de la República Irlandesa, acto simbólico de la realización efectiva de la que ha sido presentada como la reunificación definitiva de Europa tras la caída del muro de Berlín, Ahern conducirá a sus colegas al palacio de Farmleigh, donde presidirá una cena informal y relajada. "Si les apetece, podrán hablar de rugby", bromeó un portavoz de la presidencia irlandesa. Durante la cena, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, tendrá ocasión de presentarse a sus homólogos. Mientras los líderes celebran su cena informal, Dublín servirá de escenario a varios espectáculos, con los que las autoridades irlandesas quieren celebran su Día de Bienvenida.

Sin embargo, la entrada de los diez nuevos países -siete de la antigua órbita soviética (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia), uno ex yugoslavo (Eslovenia) y dos mediterráneos (Malta y Chipre, en su parte griega)- es efectiva desde esta medianoche, por lo que ha sido ya celebrada con fiestas nocturnas que se han prolongado hasta el amanecer en las capitales de los países entrantes, que protagonizan la mayor ampliación de la UE, que echó a andar en 1957 con seis socios. También hoy, están programados un sinfín de actos, sobre todo en los 10 nuevos socios, algunos tan peculiares como la iniciativa de Estonia de plantar un millón de árboles.