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LA POSGUERRA DE IRAK

La resistencia iraquí mata a dos soldados estadounidenses en Bagdad y Faluya

El número de muertos en la cadena de atentados de ayer en la ciudad chií de Kerbala se eleva a 18

La captura de Sadam Husein no ha hecho mella en la insurgencia, que continúa dirigiendo sus ataques contra las tropas ocupantes en el centro y norte de Irak. Hoy, un ataque con bomba en un concurrido barrio de Bagdad ha acabado con la vida de un soldado estadounidense y de dos niños iraquíes que pasaban por la zona. Otra bomba ha matado a un militar de EE UU y ha dejado heridos a otros tres compañeros al paso de su convoy por una carretera de Faluya, en el fatídico triángulo suní, donde los golpes de la resistencia son más contundentes.

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En el ataque de esta mañana en la capital iraquí otros cinco soldados, ocho miembros del Cuerpo de Policía iraquí y un intérprete han resultado heridos, según ha anunciado el capitán Jason Beck, portavoz de la Primer División estadounidense. El atentado se ha producido mediante una bomba oculta en una vía de Karrada, un barrio comercial muy concurrido del sur de Bagdad, por la que circulaba el convoy. "Ha sido una cuestión de mala suerte. Se encontraban allí cerca cuando detonó", ha lamentado uno de los comerciantes de la zona en referencia a la muerte de los dos pequeños. El segundo ataque ha sucedido sobre las 11.00 (hora peninsular española) en el noroeste de Faluya, donde una bomba de fabricación casera ha estallado al paso de un convoy militar formado por soldados de la 82 División Aerotransportada del Ejército estadounidense.

Estos últimos atentados han coincidido con el anuncio de nuevas recompensas por la captura de los antiguos colaboradores del ex dictador, cuyos nombres aparecen en la famosa baraja compuesta con los iraquíes más buscados.

18 muertos en los atentados de Kerbala

Entretanto, el número de víctimas mortales de la brutal cadena de atentados registrada ayer sábado en la ciudad chií de Kerbala se ha elevado a 18 en las últimas horas, tras el fallecimiento de cinco civiles iraquíes a consecuencia de las graves heridas que sufrieron en los ataques. Con estas nuevas muertes son ya 12 los iraquíes fallecidos en los atentados, además de dos soldados tailandeses y cuatro búlgaros de la fuerza multinacional de ocupación.

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La resistencia contra la ocupación llevó a cabo ayer en esta ciudad santa chií, situada a 110 kilómetros al sur de Bagdad, la operación más sangrienta desde el 12 de noviembre, cuando 19 soldados italianos y nueve iraquíes murieron en un atentado en Nasiriya. Fueron tres ataques simultáneos, perpetrados a las 13.00 horas con coches bomba y granadas contra el cuartel general polaco de las fuerzas multinacionales, el Ayuntamiento y una comisaría que dejaron tras de sí una masacre.

Hoy, Kerbala se ha despertado aún conmocionada por la ola de atentados, de los que la población acusa a elementos suníes radicales conectados con el antiguo régimen y la red terrorista Al Qaeda. Aunque resulta imposible imputar el atentado a ningún grupo concreto de resistentes, es un hecho que anteayer, en Nayaf, el imam Muqtada el Sadr, uno de los clérigos chiíes más radicales, lanzó proclamas durante la plegaria del pasado viernes para "levantar un muro contra los norteamericanos".

La División Multinacional del Centro y el Sur, comandada por Polonia, y bajo cuyo mando operan los 1.350 militares españoles desplegados en esta zona, no había sido objeto de ataques de consideración hasta la fecha. Esta división está formada por casi 8.000 militares de una veintena de países, 470 de ellos de Bulgaria. El ministro de Defensa, Federico Trillo, en contacto permanente con el general Fulgencio Coll, jefe de la Brigada Plus Ultra, ordenó el estado de "alerta máxima para prevenir ataques terroristas". No ha resultado herido ningún soldado de la brigada española, cuyo cuartel general está situado en Diwaniya, a un centenar de kilómetros al sur de Kerbala.

Un niño herido ayer en los ataques se recupera en el hospital de Kerbala.
Un niño herido ayer en los ataques se recupera en el hospital de Kerbala.REUTERS

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