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La resistencia iraquí mata a cuatro soldados búlgaros y dos tailandeses en una zona chií

Los insurgentes lanzan tres ataques simultáneos en la jornada más sangrienta en mes y medio

La resistencia contra la ocupación de Irak llevó a cabo ayer en Kerbala, ciudad santa chií 110 kilómetros al sur de Bagdad, la operación más sangrienta desde el 12 de noviembre, cuando 19 soldados italianos y nueve iraquíes murieron en un atentado en Nasiriya. Tres ataques simultáneos con coches bomba y granadas contra el cuartel general polaco de las fuerzas multinacionales, el Ayuntamiento y una comisaría causaron seis muertos entre los militares (cuatro búlgaros y dos tailandeses), otros tantos entre los policías, y uno entre los civiles iraquíes.

No ha resultado herido ningún soldado español, cuya base está a 100 kilómetros de Kerbala
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La captura de Sadam Husein, el pasado 13 de diciembre, no ha hecho mella en la insurgencia, que ha continuado dirigiendo sus ataques contra las tropas norteamericanas en el centro y norte de Irak. Pero la preocupación crece ahora porque en Kerbala la gran mayoría de la población detesta al dictador depuesto el 9 de abril.

Ayer, a las 13.00 (11.00 en la península Ibérica), Kerbala se convirtió en un infierno. Varios coches ardieron, los edificios objetivos del ataque quedaron seriamente dañados y mujeres y niños heridos fueron trasladados en vehículos a los hospitales mientras los soldados acordonaban la zona. Un portavoz militar búlgaro afirmó que la base en la que están acantonados sus soldados quedó "parcialmente destruida".

Las explosiones de los coches bomba de los tres suicidas y los ataques con lanzagranadas y armas automáticas se produjeron en la Universidad de Kerbala, que acoge al cuartel general polaco, la base búlgara y la sede del Ejecutivo local. Los militares de Polonia y Bulgaria son los encargados de garantizar la seguridad en la zona. "Los ataques fueron simultáneos y masivos", afirmó el coronel Kees, portavoz de las fuerzas polacas. Pero la catástrofe pudo ser mucho mayor de haber logrado los insurgentes lo que se proponían.

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El general polaco Andrzej Tyszkiewicz, jefe de la División Multinacional, aseguró a una radio de su país que los "suicidas fueron abatidos" antes de que consiguieran estrellar sus tres vehículos contra los edificios. No obstante, los coches estallaron y provocaron decenas de víctimas. Cinco de los 37 soldados heridos y otros cinco empleados iraquíes lo fueron de gravedad.

Un portavoz del Ejército de Estados Unidos informó de que al menos cuatro soldados de la 18ª Brigada de la Policía Militar sufrieron heridas en el ataque contra la comisaría. Dos de ellos fueron trasladados a un hospital de campaña en Bagdad. Las fuentes norteamericanas también aseguraron que en el atentado contra la sede policial fallecieron los seis agentes de la nueva policía iraquí y un civil.

El general Tyszkiewicz apuntó que sus tropas habían detenido a varias personas supuestos miembros de grupos de la resistencia y añadió que, de ser imprescindible, se implantaría el toque de queda.

La División Multinacional del Centro y el Sur, comandada por Polonia, y bajo cuyo mando operan los 1.350 militares españoles desplegados en esta zona, no había sido objeto de ataques de consideración hasta la fecha. Esta división está formada por casi 8.000 militares de una veintena de países, 470 de ellos de Bulgaria. En esta región se produjo el pasado 29 de agosto el atentado más brutal desde que las tropas de la coalición pusieran fin al régimen de Sadam Husein. El líder político y religioso de los chiíes, Mohamed Baqr Al Hakim, fue asesinado en Nayaf tras el estallido de un coche bomba junto a la mezquita en la que reposan los restos de Alí, primo y yerno de Mahoma, y cuyo asesinato está en el origen de la escisión entre los musulmanes suníes y chiíes. 83 personas perecieron en el atentado.

El ministro de Defensa, Federico Trillo, en contacto permanente con el general Fulgencio Coll, jefe de la Brigada Plus Ultra, ordenó el estado de "alerta máxima para prevenir ataques terroristas". No ha resultado herido ningún soldado de la brigada española, cuyo cuartel general está situado en Diwaniya, a un centenar de kilómetros al sur de Kerbala. El general Coll envió a esta ciudad dos helicópteros con el fin de ayudar en el traslado de los heridos a los hospitales. Entre las decenas de los afectados por los ataques coordinados se encuentra el actual gobernador de la ciudad, Akram al-Yaseri.

Es imposible imputar el atentado a ningún grupo concreto de resistentes. Pero es un hecho que anteayer, en Nayaf, el imam Muqtada el Sadr, uno de los clérigos chiíes más radicales, lanzó proclamas durante la plegaria del pasado viernes para "levantar un muro contra los norteamericanos".

Por otro lado, las tropas norteamericanas mataron ayer a cuatro iraquíes en Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad, que previamente habían disparado desde un automóvil a los militares, según fuentes del Ejército estadounidense.

Policías iraquíes inspeccionan los destrozos causados por uno de los ataques de ayer en Kerbala.
Policías iraquíes inspeccionan los destrozos causados por uno de los ataques de ayer en Kerbala.EFE

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