Comienza en Alemania el juicio contra un hombre acusado de canibalismo
El 'caníbal de Roteburgo', que admitió haberse comido a un hombre al que conoció por Internet, está acusado de asesinato "por placer sexual" y se enfrenta a 15 años de cárcel
El juicio contra el llamado caníbal de Roteburgo, un homosexual de 42 años acusado de asesinato tras confesar que en el año 2001 mató y se comió trozos de un hombre al que conoció a través de Internet, ha comenzado esta mañana en la Audiencia Provincial de Kassel, en el Estado federado alemán de Hesse. Este proceso sin precedentes ha conmocionado a la opinión pública alemana.
Armin Meiwes, vestido con un traje oscuro y con una sonrisa en los labios, ha tomado asiento junto a su abogado en el tribunal de primera instancia de Kassel. Los detalles del crimen no podían ser más truculentos: Meiwes confesó haber comido junto a su víctima, Bernd Juergen B., un trozo de su pene delante de una cámara. Pero más allá de lo escabroso del caso, la singularidad del proceso radica en que el canibalismo no está tipificado como delito en el código penal alemán, por lo que el individuo ha sido formalmente acusado de asesinato "por placer sexual", por el podría ser condenado hasta a 15 años de cárcel.
Meiwes fue detenido a finales de 2002 y puesto bajo arresto provisional, tras reconocer los hechos y declarar a la prensa que haría una confesión completa de lo ocurrido durante el proceso. Su defensa se agarra a los formalismos legales y alega que el canibalismo no es delito en Alemania y que la víctima "accedió" a ser comido al responder a un anuncio que el asesino había puesto en la Red. La fiscalía ha calificado el juicio como el primer proceso de estas características en la historia judicial internacional.
Una proyección de estractos del vídeo
La sentencia se espera para finales del próximo mes de enero, después de las 14 jornadas de juicio previstas, en las que intervendrán 38 testigos, entre ellos un psiquiatra, un toxicólogo y un forense. Entre los testigos también se encuentra un conocido de la víctima que asegura que meses antes de su muerte le ofreció 10.000 marcos (unos 5.000 euros), su coche y su ordenador si le cortaba el pene, según informa el semanario Focus en su última edición. La vista, para la que se han acreditado numerosos periodistas extranjeros, será pública e incluirá la proyección de extractos del vídeo del ritual caníbal.
El acusado, un técnico informático, conoció a Bernd Juergen B., también gay, en febrero de 2001 a través de un foro de Internet donde los usuarios intercambian opiniones sobre fantasías relacionadas con el canibalismo. La víctima, un ingeniero de 43 años que residía en Berlín, respondió a un anuncio del acusado en el que éste buscaba hombres dispuestos a ser devorados y viajó al domicilio de Meiwes, en la pequeña localidad de Roteburgo del Fulda, donde se produjeron los hechos. Pero el crimen de Meiwes hubiera quedado impude de no ser por su intento de repetirlo. Las autoridades dieron con la pista del supuesto caníbal gracias a la advertencia de un estudiante de la ciudad austríaca de Innsbruck quien, tras descubrir en la Red un anuncio en el que Meiwes buscaba a nuevas víctimas, avisó a la central de la Oficina Federal de lo Criminal (BKA), la policía criminal alemana.
En diciembre del pasado año, la policía registró el domicilio de Meiwes, un caserón del siglo XVIII donde vivía solo, ocupando unas pocas habitaciones tras la muerte de su madre, y encontraron cuatro bolsas de plástico con restos humanos en el congelador y varios huesos y un cráneo humano en el jardín. Además, las autoridades se incautaron en el caserón de 16 ordenadores personales, 221 discos duros y 307 vídeos de contenido relacionado con prácticas caníbales. Tras el hallazgo, Meiwes se entregó a la policía y confesó haber matado y descuartizado a su víctima, así como haber grabado todo el ritual con una cámara de vídeo.
El supuesto caníbal ha narrado que cortó el pene a su víctima y que se lo comieron juntos tras pasarlo por la sartén, y que después le mató con un cuchillo de cocina, descuartizó el cadáver, congeló los trozos y se los fue comiendo en su mayor parte. A pesar de todo, un informe psiquiátrico certifica que Meiwes está en sus cabales, por lo que no podrán considerarse atenuantes relacionados con su estado psíquico. Según la fiscalía, Meiwes mantenía contacto con 430 personas con fantasías canibalistas, pero no hay pistas sobre otras posibles víctimas.
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