Lula promete una "revolución moral" en su viaje a los lugares más míseros de Brasil

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha comprometido hoy a emprender una "revolución moral y ética" y ha reafirmado que combatir el hambre será la prioridad de su Gobierno, al visitar una favela en la ciudad de Teresina. Lula ha iniciado así un recorrido de dos días por algunos de los lugares más míseros de su país junto a 30 de sus 34 ministros, ha reafirmado sus promesas de campaña, pero ha pedido a la población que sea paciente y no espere resultados inmediatos de todos los programas sociales que pretende poner en marcha.

Tras visitar algunas de las humildes viviendas de la barriada Vila Dulce, situada a las afueras de Teresina y la mayor del empobrecido estado de Piauí, Lula improvisó un discurso ante un millar de personas en el que hizo énfasis en sus programas sociales. "Vamos a juntar todos los hombres y mujeres de este país para hacer la revolución moral y ética que Brasil necesita. No quiero saber si es de derecha o de izquierda, blanco o negro, bajo o alto, católico o judío. Quiero saber quién está dispuesto a ayudar a este país", ha afirmado.

Lula ha reiterado que su mayor prioridad será el programa Hambre Cero, con el que pretende erradicar la malnutrición que afecta a entre 25 y 50 millones de brasileños, según distintas fuentes. "Quiero que las personas puedan desayunar y almorzar, y dormir con la barriga llena", afirmó el mandatario. El lanzamiento del programa de combate al hambre, que debía ser hecho durante la visita de Lula y su Gabinete a las comunidades pobres, fue aplazado porque el Gobierno aún ignora con cuántos recursos podrá contar.

"Volveré para comprobar lo que he hecho

Desde que asumió la Presidencia, el 1 de enero pasado, el líder izquierdista ha manifestado su interés en el programa contra el hambre y ha reiterado que será su prioridad. La semana pasada, Lula aplazó para el próximo año la compra de doce cazabombarderos y suspendió las licitaciones para ampliación y construcción de nuevas carreteras porque los recursos de tales proyectos, explicó, serán utilizados en sus programas sociales.

En la visita a la favela Vila Dulce, el presidente ha reconocido que hay una gran expectación en todo el país por las promesas que hizo para mejorar las condiciones de vida de la población, pero ha pedido paciencia. "Todo el mundo sabe que la cosa que más amamos es el hijo que colocamos en el mundo. Pero cuando generamos un hijo, tenemos que esperar nueve meses para que nazca y otros diez para que comience a andar. El Gobierno también es así", ha dicho.

"No puedo dar una solución rápida para los problemas, pero prometo que volveré para comprobar lo que fue hecho", ha prometido el mandatario al indicar que pretende regresar a la misma favela para verificar el desarrollo de sus programas sociales. Durante la visita a lugares paupérrimos que ha organizado para mostrarle a sus ministros la "verdadera cara de Brasil", Lula estará esta tarde en un barrio de palafitos en la ciudad de Recife y mañana, sábado, en el municipio más pobre del estado de Minas Gerais.