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Corea del Norte amenaza a la ONU con la guerra si le sanciona por abandonar el TNP

Pyongyang ha puntualizado que quiere fabricar bombas atómicas sino suministrar electricidad a la población.- Un diplomático norcoreano ha señalado que el país asiático volvería al paraguas nuclear si EE UU levanta su embargo petrolífero

Corea del Norte ha recibido en las últimas semanas fuertes críticas y presiones de la comunidad internacional tras anunciar la reactivación de su programa nuclear civil y la expulsión del país de los inspectores de la Organización Internacional de Energía Atómica. El lunes, la OIEA deploró que Pyongyang no cumpliese los términos del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, y le ofreció una "última oportunidad". Esta madrugada, el Gobierno norcoreano ha decidido cortar por lo sano, y ha declarado su salida inmediata del tratado y de la organización internacional. Además, ante las previsibles represalias de Naciones Unidas, Corea del Norte ha advertido de que tomará como "declaración de guerra" cualquier sanción que se le imponga.

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El embajador de Corea del Norte ante la ONU, Pak Gil Yon, ha elevado la retórica belicista y amenazante de su país y ha dicho que "cualquier resolución aplicando sanciones a Corea, provenga del OIEA o del Consejo de Seguridad de la ONU será considerada una declaración de guerra".

Corea del Norte ha anunciado que se hará efectiva su salida del TNP mañana sábado atribuyendo la decisión a "la actitud hostil y agresiva de EE UU, a pesar que nos gustaría resolver el asunto de forma bilateral y pacíficamente". Eso sí, Pyongyang ha recalcado que no lo hace con la intención de fabricar armas nucleares, sino para obtener energía eléctrica con la que poder hacer frente al invierno.

Corea del Norte ya posee al menos dos bombas atómicas, y fue precisamente este hecho, avanzado en octubre por fuentes oficiales de Estados Unidos y confirmado poco después por Pyongyang, el que ha iniciado esta crisis. El Gobierno de George W. Bush congeló entonces la exportación de petróleo al país asiático, y Corea del Norte respondió reactivando su programa nuclear civil, parado desde 1994 tras llegar a un acuerdo con Washington, que temía que pudiera ser usado con fines militares. No obstante, un diplomático norcoreano en China ha asegurado esta noche que su país volverá a integrarse en el tratado y la agencia si EE UU levanta su embargo.

La decisión de Pyongyang ya ha sido condenada por varios países, entre ellos EE UU, principal contraparte en la crisis. La Casa Blanca afirma que el abandono de Corea del Norte supone "una preocupación para la comunidad internacional". También el dirigente de Corea del Sur, Kim Dae-Jung, ha manifestado que este hecho agrava la crisis nuclear de los últimos meses. El representante de Exteriores de la Unión Europea, Javier Solana, ha exhortado a Pyongyang a reconsiderar su postura y ha expresado la "profunda preocupación de los Quince ante el giro que están tomando los acontecimientos. No obstante, la propia OIEA todavía admite una posibilidad para Corea del Norte, afirmando que "aún queda tiempo para la diplomacia".

"Para producir electricidad"

Poco después de reactivar su programa nuclear civil, el gobierno norcoreano retiró los mecanismo de control instalados por la ONU en sus centrales nucleares y expulsó a los inspectores de la OIEA, puesto que, en su opinión, su presencia ya no tenía sentido. La tensión entre Pyongyang y Estados Unidos no ha dejado de crecer desde entonces. El ministro de Defensa norcoreano llegó a pedir a todos los soldados y civiles del país que se conviertan en "bombas humanas" contra EE UU. Por su parte, Washington se ha apresurado a advertir de que puede declarar y llevar a buen término dos guerras a la vez, en referencia a los posibles enfrentamientos con Irak y con el país asiático.

Sin embargo, la respuesta estadounidense, al contrario que en el caso iraquí, parece ser la negociación diplomática y la presión internacional. Hace dos días, Corea del Norte manifestaba que las sanciones impuestas por EE UU (la primera de ella es el embargo petrolífero) constituyen una declaración de guerra, mientras ambos países reforzaban una vez más sin embargo su disposición a negociar. En cualquier caso Pyongyang ha advertido hoy que cualquier ataque contra su territorio desencadenará "la tercera guerra mundial".

Que no la tenga el que no la tiene

El Tratado de No Proliferación Nuclear fue adoptado el año 1968, en plena guerra fría, por la ONU con el propósito de evitar que países sin la bomba atómica pudieran desarrollarla. Para entonces cinco países contaban ya armamento nuclear: EE UU, la entonces Unión Soviética, China, Reino Unido y Francia, justamente los cinco miembros permanentes y con derecho a veto en Naciones Unidas.

El tratado no vinculaba a las entonces potencias atómicas a cesar su programa nuclear pero el resto de los países firmantes se comprometían recibir inspecciones de la OIEA en los procesos de uso civil de la energía atómica.

Desde aquella fecha, 187 países han suscrito el TNP, que se ha convertido en un tratado casi universal, con las excepciones de Cuba, Israel, India y Pakistán, que no lo han firmado. Estos dos últimos países reconocen abiertamente que poseen un arsenal nuclear. Además, son sospechosos de poseer la bomba Suráfrica e Israel. En el caso de Corea del Norte existen más que sospechas: el pasado mes de octubre EE UU aseguró que Pyongyang contaba ya al menos con dos bombas atómicas.

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