Los diques frenan las inundaciones que amenazan a 10 millones de chinos

Los niveles de agua en el lago Dongting, en la provincia central de Hunan, se acercan peligrosamente a su punto crítico, pero ahora parece que los diques podrán conjurar la amenaza de desbordamiento que se cierne sobre más de 10 millones de personas. Pese a que las aguas superan en 2,78 y 3,80 metros los niveles de seguridad en los Centros Hidrológicos de Chenglingji y la capital provincial de Changsha, respectivamente, funcionarios locales han asegurado a la agencia oficial Xinhua que, de no producirse precipitaciones en las próximas horas, el caudal del lago comenzará a decrecer el lunes.

El gobierno local ha apuntado que, en caso de que los diques de contención que rodean el lago cedan, podrían canalizar el agua desbordada hacia los fértiles valles adyacentes, hogar de varios cientos de miles de campesinos, pero que ya han sido evacuados durante los últimos días.

El departamento meteorológico del gobierno de Hunan ha advertido, no obstante, de que los aguaceros podrían reanudarse el domingo por la tarde y continuar durante la jornada del lunes, por lo que no pueden descartarse las riadas y los corrimientos de tierra en puntos concretos del lago. Pese a que las aguas aún están lejos de los niveles marcados en el trágico 1998, los testigos aseguran que una pequeña aldea situada en la orilla nororiental del lago ha quedado virtualmente sumergida por las aguas.

2.000 kilómetros de diques

Mientras, 970.000 voluntarios civiles, 57.000 funcionarios, 100.000 milicianos y 15.000 soldados del Ejército de Liberación Popular mantienen inalterables sus turnos de trabajo en las labores de reforzamiento de los casi 2.000 kilómetros de diques que bordean el lago Dongting, el segundo mayor del país. "Estas son nuestras casas, nuestras tierras. Tenemos que protegerlas. ¿Acaso no es lo que cualquier persona haría en nuestro lugar?", ha señalado Yang, residente en una aldea situada a pocos kilómetros del lago, que lleva durmiendo en una tienda de campaña desde el pasado día 17.

La situación de emergencia se mantiene en la localidad de Yueyang, de 600.000 habitantes -mayor centro urbano en las cercanías del lago-, en Changsha (capital provincial) y en Wuhan, ciudades en las que viven más de 13 millones de personas. Además, la alerta ha sido declarada en las provincias de Hubei (al norte del lago), Jiangsu (en la desembocadura del río Yangtsé) y en la provincia de Jiangsi, que acoge el lago Poyang, de una superficie similar al Dongting.

El viceprimer ministro chino, Wen Jiabao, ha criticado la negligencia y la falta de celo por parte de los funcionarios locales y ha advertido de que "en una situación que podría acarrear un desastre de unas proporciones catastróficas, no se pueden permitir errores". En este sentido, dieciséis funcionarios han sido sancionados en la localidad de Yueyang por quedarse dormidos durante su turno de vigilancia o por ausentarse de su puesto en los diques de contención.

La provincia de Hunan ha sido la más afectada por las inundaciones de este año en China, con más de 200 muertos, decenas de miles casas sepultadas y miles de millones de dólares en pérdidas materiales. Incluso la Cruz Roja -que exhortó el jueves a los donantes internacionales a preparar el envío de ayuda humanitaria a la zona-ha solicitado a otras provincias alimentos de primera necesidad, mantas, ropa y tiendas de campaña. Además, el gobierno local se ha visto obligado a revisar a la baja la producción para este año del arroz, principal sustento del campesinado del país, del que la provincia de Hunan es el mayor productor.