Las riadas en China amenazan una ciudad de siete millones de habitantes

El nivel de las aguas en el lago Dongting, cuya crecida amenazaba a millones de personas, ha bajado, pero la crecida del río Yangtsé se dirige ahora hacia la ciudad de Wuhan, que cuenta con siete millones de habitantes.

Las autoridades de esta ciudad industrial, ubicada en las dos orillas del Yangtsé, declararon ayer el estado de emergencia y observan con creciente preocupación la evolución de las condiciones meteorológicas. El sábado por la noche, el nivel del agua en la ciudad había superado en 15 centímetros el nivel de emergencia, y ahora todo depende de las lluvias en los próximos días.

'Por ahora, la situación es estable', declaró France Hurtubise, portavoz de la Cruz Roja, que se encuentra en la zona. 'Pero está prevista una tormenta para mañana y no podemos saber si las cosas van a ir a peor'. En 1998, las peores inundaciones del siglo en Wuhan costaron la vida a 4.000 personas, aunque las autoridades creen que este año la crecida no será tan terrible.

En cambio, en el lago Dongting, que se nutre del cauce del Yangtsé y cuyo nivel en los últimos días había superado en casi tres metros el nivel de riesgo, la situación parecía que mejoraba ayer. 'Parece que el agua se está retirando a un ritmo muy rápido', dijo Hu Li, responsable de la estación de emergencia. Los habitantes de la ciudad de Yueyang, la más cercana al lago, esperaban que en breve las cosas vuelvan a la normalidad. 'Si el agua sigue bajando a este ritmo, podré volver a mi tienda de aquí a una semana', señaló Zhang Xiaolang, una comerciante que trabaja junto al lago y que fue evacuada hace una semana.

En los alrededores del lago, que tiene el tamaño de Luxemburgo, miles de ciudadanos y soldados controlaban ayer los diques que intentan contener las aguas del lago y de los cuatro ríos que desembocan en él. En total, un millón de personas colaboran en diferentes puntos del Yangtsé en el mantenimiento de los diques.

En cualquier caso, 600.000 personas permanecían ayer evacuadas a causa de las riadas, que han costado ya la vida a 900 personas.