Las protestas en Arequipa obligan a Toledo a suspender un viaje al exterior
El quinto día de conflicto en el país andino provoca una segunda víctima mortal mientras se negocia una solución pacífica
Las protestas en el sur de Perú han obligado al presidente Alejandro Toledo a cancelar un viaje al exterior y han provocado una segunda víctima, mientras que una comisión del ejecutivo negocia en Arequipa una solución pacífica al conflicto.
La gravedad de la situación ha obligado al presidente peruano, Alejandro Toledo, a cancelar el viaje que iba a realizar esta semana a Estados Unidos y Nicaragua. La Secretaría de Prensa del Palacio de Gobierno ha informado de que el jefe de Estado "ha decidido cancelar sus viajes de trabajo a Nicaragua y Estados Unidos en solidaridad con los pueblos de Arequipa y Tacna ante los lamentables actos de violencia y de alteración del orden público registrados en esas ciudades".
Por otro lado, los médicos han dado por muerto al estudiante universitario Fernando Talavera Soto, de 30 años, quien ha sufrido una grave herida en la cabeza al ser alcanzado por una granada de gas disparada por la policía esta mañana en la plaza mayor de Arequipa. El médico Alfredo Zegarra Tejada ha dicho que a causa del golpe el estudiante ha sufrido una rotura de cráneo con pérdida de masa encefálica.
Dos estudiantes muertos
La primera víctima, el también estudiante de 30 años Edgar Pinto, murió el domingo a causa de una lesión similar. La violencia ha provocado además centenares de heridos y unas pérdidas de unos 100 millones de dólares a causa de los saqueos a edificios públicos y privados.
Mientras, una comisión de alto nivel del ejecutivo negocia desde el martes en Arequipa, con los líderes de la protesta, una solución al conflicto. En principio se el diálogo parecía fluido y amistoso, pero se ha estancado cuando las partes han planteado sus discrepancias sobre la privatización de las empresas regionales de electricidad Egasa y Egesur.
Las autoridades y los gremios de Arequipa se sublevaron el pasado viernes contra el presidente Toledo, debido a que el Gobierno privatizó Egasa y Egesur en contra de la voluntad de los arequipeños y de lo que había dicho Toledo antes de ganar las elecciones. Las protestas se extendieron el martes a las ciudades de Cuzco, donde unas 10.000 personas marcharon por las calles, y en Tacna, donde hubo violentos disturbios y una huelga general.
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