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LA CASA DE ENFRENTE
Columna
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Que Laura Sarmiento nos cuente el ‘procés’

Un buen relato no es el que distorsiona la verdad, sino el que nos permite tratar con ella

El expresident catalán Carles Puigdemont, el 5 de septiembre en Bruselas.
El expresident catalán Carles Puigdemont, el 5 de septiembre en Bruselas.Thierry Monasse ( GETTY IMAGES )
Nuria Labari

Laura Sarmiento es la guionista de la serie El cuerpo en llamas, la ficción española que arrasa en Netflix basada en el famoso y truculento crimen de la guardia urbana. Una serie que demuestra de manera trepidante cómo la realidad no es capaz de existir sin un relato que la sustente. Así, todos conocemos desde el primer capítulo los detalles del crimen. Sabemos quién mató a quién y cómo lo hizo. Sin embargo, necesitamos un relato para explicar por qué lo hicieron. Del mismo modo, el relator del pacto entre Junts y el PSOE no tendrá que contarnos lo que ya sabemos: que hubo procés y que habrá amnistía. Su misión será ayudarnos a entender por qué fue el procés. Y por qué la amnistía. De nuevo, la realidad mendigando un relato.

Esta dependencia de la realidad respecto de la ficción no debe confundirse con la invención o manipulación. Al contrario, un buen relato no es el que distorsiona la verdad, sino el que nos permite tratar con ella. Por eso, la negociación ha llegado a un punto en que no puede continuar sin un relator profesional. La amnistía es demasiado compleja, dolorosa e inmanejable por sí sola. Lo interesante, desde mi punto de vista, es comprobar cómo la verdad documental gana sentido y profundidad solo después de la ficción. Para comprobarlo, vean El cuerpo en llamas y comprueben cómo después quieren ver el documental sobre el asunto (impecable el de Carles Porta en Movistar Plus+) y no a la inversa.

Así, a la hora de juzgar la amnistía sucede, como en la serie, que todos sabemos lo que pasó y en qué consistió el procés. Sin embargo, nos resulta muy difícil llegar a un acuerdo sobre por qué sucedió. Y la respuesta, como sabemos, no es sencilla. Los personajes y las circunstancias son realmente complejos. Por eso es imposible abordar qué hacer con lo que pasó sin acordar por qué sucedió. Pero ese diálogo con la realidad y con la vida requiere un nivel de abstracción que la fiel enumeración de acontecimientos no puede satisfacer. Algunos dirán que no debería ser una guionista sino una figura más neutra la que relate un pacto político. He oído que Puigdemont está obsesionado con que sea un perfil internacional, pero no existe relación alguna entre la nacionalidad y la pericia narrativa.

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Lo importante es no olvidar que el reto consiste en construir una historia capaz de hacer convivir dos discursos antagónicos. Para el PSOE el procés fue un gran fracaso colectivo y para los independentistas fue un “pulso democrático”. Superar esta crisis narrativa es urgente por cuanto la imposibilidad de diálogo nos llevó a la mayor crisis política que ha conocido España en su historia reciente. En este sentido, estoy de acuerdo con Puigdemont: necesitamos un relato al que agarrarnos. Y añado además que será preciso aceptar el pacto que establecemos con cualquier otra ficción. Es decir, necesitamos estar dispuestos a tratar de comprender lo que es complejo en primer lugar y aceptar que para ello necesitamos un acuerdo narrativo de mínimos.

Lo que Puigdemont olvida es que los relatos tienen tantas lecturas como lectores. Por eso la misión del relator no puede ser la de construir un relato unívoco: eso no sería ficción sino manipulación. Es hora pues de abrazar la excelencia de la ficción con todas sus consecuencias. Mi favorita, ya digo, es Laura Sarmiento. Pero, llegado el caso, sugiero a Stephen King o Virginie Despentes entre los internacionales. ¿Se imaginan?

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Sobre la firma

Nuria Labari
Es periodista y escritora. Ha trabajado en 'El Mundo', 'Marie Clarie' y el grupo Mediaset. Ha publicado 'Cosas que brillan cuando están rotas' (Círculo de Tiza), 'La mejor madre del mundo' y 'El último hombre blanco' (Literatura Random House). Con 'Los borrachos de mi vida' ganó el Premio de Narrativa de Caja Madrid en 2007.

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