Gripalizar la flurona
Puede haber neologismos bien formados con los recursos del español y que sin embargo nos parezcan feos
La posibilidad de que la covid se aborde pronto como una simple gripe nos ha traído los neologismos “gripalizar” y “gripalización”. Se oyen críticas al respecto.
El sufijo -izar sirve para añadirlo a sustantivos o adjetivos y convertirlos en una acción: “normalizar”, “carbonizar”, “españolizar”... Y por ese carril discurre “gripalizar”; es decir, que la covid se vuelva como una gripe; que se gripalice. Y que con ello se produzca una gripalización.
En este tipo de debates sobre un neologismo, conviene distinguir entre palabras bien o mal formadas y palabras que a uno le gusten o no. Es decir, puede haber palabras correctas que nos parezcan feas.
“Gripalizar” y “gripalización” podrán parecerles un engendro a muchos, pero se trata de un engendro bien engendrado. Se ha montado con piezas disponibles (el adjetivo “gripal” y del sufijo -izar) que se ensamblan con eficacia objetiva. Pero el estilo –lo desagradable y lo grato– concierne ya al gusto de cada cual. Eso sí, a partir de innumerables gustos individuales coincidentes se conforma una idea general del buen estilo, basado (entre otros factores) en palabras comprensibles para el público previsto y que en su contexto ofrecen armonía y ritmo. El mal estilo, por el contrario, suele incurrir en imprecisiones, reiteraciones, cacofonías, pleonasmos, cursilerías… Los viejos libros de retórica ya analizaban todo eso.
Otro término alumbrado ahora sirve como contraste frente a la formación adecuada “gripalizar”: “flurona”, que salta ya de un periódico a otro para nombrar la infección simultánea de gripe y covid.
Cualquier hablante del español puede mirar con su lupa dentro del verbo “gripalizar” y hallar en él tanto el sustantivo “gripe” como su derivado adjetival “gripal” y el sufijo -izar. Pero el anglicismo “flurona” le resultará opaco salvo que conozca previamente que flu se usa en inglés como abreviamiento de influenza para nombrar la gripe, y que -rona sale de “co-rona (virus)”. El sistema morfológico del español ofrecía opciones más deducibles: “griperona”, “gripona”, “gricorona”… y “coronagripe”. Todas ellas estarían bien formadas. Pero seguramente a usted y a mí nos agrada más la última. ¿Por qué? Por cuestión del gusto general, que condiciona el estilo.
Y llaman la atención aquí dos hechos curiosos.
1. El término “flurona” llegó al mundo el 2 de enero en el diario The Times of Israel, que informó sobre esa supuesta novedad. Sin embargo, la infección conjunta de gripe y covid había sido advertida en España en mayo de 2020, cuando la revista The Lancet recogía una comunicación del Hospital Clinic de Barcelona, cuyos médicos la habían observado en cuatro pacientes. Pero claro, ese texto se escribió en inglés y habla de “covid 19 and influenza coinfection”. Su derrota ante el más sintético “flurona” estaba cantada.
2. “Coronagripe” ya circulaba por aquí antes. La hallo por ejemplo en un artículo del 25 de abril de 2021 en Granada hoy firmado por Magdalena Trillo, quien explicaba que la covid se convertiría en una coronagripe (o sea, que se gripalizaría).
Ahora bien, ¿por qué escribimos ahora “flurona” si está a nuestro alcance “coronagripe”? Volvemos al camino andado: el complejo de inferioridad. The Times of Israel aportó “flurona” en inglés y se extendió... en español. Pero bien podemos imaginar que si a ese mismo diario le hubiera llegado desde aquí el vocablo “coronagripe”, lo habría traducido como “flurona”, al imaginar que casi ninguno de sus lectores entendería la palabra en español.
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