_
_
_
_
La punta de la lengua
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Palabras en rebajas

“Cuarentena” se ha sumado a esos casos en los que el vocablo acoge un valor diferente al de su expresión matemática

Coronavirus
Una persona con mascarilla en su domicilio, a 29 de diciembre de 2021, en Madrid.Dos Santos (Europa Press)
Álex Grijelmo

Las rebajas le han llegado también a la palabra “cuarentena”, que se ha quedado en siete. A ver qué comercio lo mejora.

Ese fenómeno tiene antecedentes: no siempre el sentido coincide con el significado. Como en “te lo he dicho mil veces” cuando eso suele referirse a unas novecientas (más o menos).

Por ejemplo, el verbo “diezmar” significaba en origen “sacar la décima parte” (diccionario de Francisco Sobrino, 1705). Hace siglos se usaba la forma “dezmar”, más próxima a su étimo latino: decimare, y con esa grafía lo había recogido antes el diccionario de Sebastián de Covarrubias (1611). Pero luego la gente vio dentro de ese concepto más la palabra “diez” que la citada raíz latina, y de tal modo “diezmar” se extendería ya desde el siglo XVIII. Significaba entonces “pagar el diezmo, esto es, de diez uno, según la costumbre”, como recogía el Diccionario de autoridades (1732). En aquella época, la Administración obligaba a abonar diezmos por las mercaderías, las cosechas o los ganados. La extensa definición de esta palabra en el citado lexicón distingue los diezmos mayores y menores, los diezmos personales, los diezmos mixtos, los infeudados, los prediales… Ahí empezó a complicarse la declaración de la renta.

Con el tiempo, el significado de “diezmar” se extendió en castellano a las bajas de soldados en los ejércitos, de modo que se consideraban diezmados si perdían una décima parte de sus integrantes. Más tarde se diluiría tal precisión, de modo que el verbo acabó aplicado a bajas de una quinta parte, una cuarta, un tercio…, o de un 12%, un 8%... O a cualquier pérdida notable.

Ideas que inspiran, desafían y cambian, no te pierdas nada
SIGUE LEYENDO

La Real Academia ya recoge en 1925 una acepción de “diezmar” que, sin requerir más precisión, equivale a “causar gran mortandad en un país las enfermedades, la guerra, el hambre o cualquier otra calamidad”. Por tanto, para diezmar no hace falta ya tomar uno de cada diez, ni pagar un 10%. Se diezma a bulto.

Por su parte, el término “hecatombe” procede del griego hecatón-, que equivale a “cien”, y -be: de boũs, “buey”. Literalmente, significa por tanto “cien bueyes” (sacrificio de cien bueyes). Pero no hace falta que muera semejante cantidad de animales para que nos refiramos a algo como “una hecatombe”, que nombra en general algo catastrófico. No se debe desdeñar para ello la fuerza fonética del vocablo: “hecatombe”, que suena a algo muy gordo.

Y “cuarentena” se ha sumado a esos casos en los cuales la palabra acoge un valor diferente al de su expresión matemática. Hace siglos equivalía a “cuadragésima” (o sea, 40ª), pero en 1817 ya se consignaba el significado dominante hoy: “El espacio de tiempo que están en el lazareto o privados de comunicación los que se presume vienen de lugares infectos o sospechosos de peste”. Ya nada precisa ahí que se trate de cuarenta días, sino de un “espacio de tiempo”.

Al principio de la pandemia, las cuarentenas solían durar 20 días. Y después, 10. Ahora se han rebajado a 7. ¿Se puede llamar cuarentena a lo que mayormente viene siendo una semana? Se puede, porque los contextos tienen tanta fuerza como las palabras que se insertan en ellos, hasta el punto de modificar su sentido, como hemos visto.

Sin embargo, el español cuenta con una alternativa más precisa, y nacida de la propia lengua: “septena”. Significa “conjunto de siete unidades”. Pero, ay, no ha sido activada para la ocasión. Si se tratara de un término en inglés, ya andaría por ahí saltando.

Suscríbete aquí al boletín semanal de Ideas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Álex Grijelmo
Doctor en Periodismo, y PADE (dirección de empresas) por el IESE. Estuvo vinculado a los equipos directivos de EL PAÍS y Prisa desde 1983 hasta 2022, excepto cuando presidió Efe (2004-2012), etapa en la que creó la Fundéu. Ha publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación. En 2019 recibió el premio Castilla y León de Humanidades

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_