IdeasAnálisis
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El largo adiós de Donald Trump
El presidente estadounidense se resiste a admitir su derrota. Si millones de ciudadanos se niegan a creer que las elecciones fueron limpias, pese a las abundantes pruebas de lo contrario, ¿cómo podemos empezar a dialogar con ellos?, se pregunta Siri Hustvedt, premio Princesa de Asturias de las Letras

A última hora de la mañana del 7 de noviembre volvía de la compra con el carro lleno, por mi barrio de Brooklyn. Pasé junto a un chico que miraba con atención el teléfono y vi que tenía los ojos muy abiertos por encima de la mascarilla. Entonces empezaron a sonar bocinas de coches. La calle estalló en vítores, gritos de alegría y silbidos. Una mujer a unos metros de distancia juntó las manos en gesto de agradecimiento. Habían proclamado el resultado de las elecciones. El aparat...
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