2020 fue el año en el que nos replanteamos cómo flirteamos y cómo hacemos el amor
El encierro, la cuarentena y la incertidumbre de estos tiempos han dejado un auge en los talleres online de sexo, tanto en pareja como en solitario, y en las aplicaciones que buscan establecer relaciones más duraderas y profundas más allá de los encuentro fortuitos de Tinder
En una reunión por Skype, una decena de mujeres espera experimentar el máximo placer posible. Algunas, con cierta timidez, explican que nunca se han atrevido a probar el “masaje yoni”, una experiencia tántrica centrada en el orgasmo sexual femenino; otras aseguran que son fieles seguidoras de esta técnica, pero que por pura curiosidad decidieron unirse. Después de unos minutos de charla, se inicia la práctica. Keyla Rodrigues, coach sexual y guía del taller, las invita a relajarse, a meditar y a conectarse con Shakti, diosa hinduista relacionada con la belleza, la sexualidad y el amor. Les pide explorar su cuerpo y su vulva, sin vergüenza. El objetivo de esta sesión online es librarse de los prejuicios, conocerse y alcanzar una sexualidad plena, ya sea acompañado o en soledad.
2020 ha supuesto una revolución en todos los sentidos. El encierro, la cuarentena, o la incertidumbre de estos tiempos han hecho que nos planteemos cómo llevábamos nuestra sexualidad, cómo la podríamos mejorar, y cómo nos gustaría vincularnos afectivamente con los demás. Lo decía la catedrática franco-israelí Eva Illouz en una entrevista para EL PAÍS: “El confinamiento ha revelado una línea divisoria: la que separa a las personas que viven solas de las que tienen a alguien importante con quien interactuar. Esta experiencia de aislamiento hará que aumente el número de personas que quieran establecer vínculos de calidad. La pareja adquirirá un nuevo significado: el de ser un refugio contra la angustia, una fuente estable de sexualidad y un remedio para un mundo que, de repente, puede volverse inmóvil”.
Ante este deseo de mejorar la sexualidad, solo o en pareja, y ante un mundo en donde encontrar respuestas en la red es cada vez más sencillo, los talleres online sobre sexo han aumentado significativamente. Se puede encontrar de todo: sexo tántrico (filosofía oriental milenaria enfocada en la energía sexual del individuo para alcanzar el placer en donde no se distingue entre lo normativamente bello y lo feo); talleres sobre BDMS, (ataduras eróticas, dominación, sadismo y masoquismo); técnicas nuevas de masturbación, sexo oral y anal, y sexo guiado en sesiones personalizadas o grupales. “Las personas buscan un cambio positivo en la manera en la que manejan su sexualidad; hay muchas que ya no quieren sexo por sexo porque eso les deja un vacío, así que buscan una sexualidad más profunda y placentera”, explica Keyla, colaboradora de los talleres online en Los placeres de Lola desde Madrid y fundadora de la plataforma Erotiza tu mente.
“Hay muchas personas reconciliándose con su sexualidad. Desde el inicio de la pandemia muchos se han atrevido a inscribirse en los talleres virtuales, ya que eso te brinda cierta privacidad, puedes apagar la cámara frontal en la sesión”, explica, por su parte, Francesca Gnecchi, periodista argentina especializada en temas de sexualidad y directora de Erotique.pink, una tienda de juguetes sexuales donde se imparten talleres y asesorías sobre sexo desde Buenos Aires. “Se inscribe gente que antes tenía pareja y ahora se quedó soltera, o gente en pareja, pero con ganas de explorar y educarse; gente muy joven y gente mayor.”
Muchos han encontrado en la meditación y en la espiritualidad un alivio contra los altos niveles de estrés que ocasionan estos tiempos; por eso las técnicas tántricas (que buscan hacer del acto sexual una experiencia energética y más cercana a lo espiritual) son muy exitosas en la red, según explica Gnecchi. “El sexo tántrico ayuda a conectarte con tu cuerpo de otra manera, pretende ayudarte a reencontrarte con la energía sexual que todos tenemos; está muy relacionado a unir cuerpo, mente y alma”.
Ana y Pedro (nombres ficticios de dos participantes de estos cursillos que prefieren mantener su anonimato) son fieles practicantes del sexo tántrico. Al inicio de la pandemia decidieron probar con un curso online de sexo guiado y desde entonces no han dejado de inscribirse en talleres parecidos. Argumentan que estas prácticas tántricas no solo salvaron su relación, sino que también les ayudaron a crecer como personas y a aceptar su cuerpo sin juzgarlo. “Ver el sexo como algo mágico te cambia la vida y cambia la manera en la que te relacionas con tu pareja. Antes teníamos vacíos emocionales que no sabíamos cómo llenar, había carencias afectivas. En la pandemia decidimos dedicarnos un tiempo para nosotros. Ahora entendemos y valoramos más nuestra sexualidad, nos respetamos más.”
El reencuentro con la sexualidad y la búsqueda de nuevas relaciones sexoafectivas de calidad no solo se ve reflejado en el incremento de los talleres online, sino también en las aplicaciones de citas, tan utilizadas en estos tiempos de pandemia. Según un estudio de la aplicación Meetic, para el 90% de los solteros encuestados en España es más importante establecer una conexión emocional que una física. Entre otros detalles, el estudio destaca que se han reducido las conversaciones de monosílabos y se incrementaron las charlas serias y profundas. La mayoría busca la alternativa del slow dating (una nueva forma de conocer gente online con el que algunas apps reducen el tiempo de conexión a la aplicación y afinan el algoritmo para hablar con menos gente pero más afín a lo que uno busca), perfecta para aquellos que están hartos de las relaciones vacías y fugaces.
“Por primera vez en la vida muchas personas se dan cuenta de que quieren tener una pareja estable, relaciones de calidad, o una sexualidad sana en soledad. He escuchado a pacientes que jamás hubiera pensado que dirían: ‘ojalá tuviera pareja’, o ‘me gustaría tener una sexualidad más consciente’. Antes muy pocos hablaban de la sexualidad tántrica, les parecía algo muy oscuro y pervertido; o del sexting, que parecía ser solo una práctica para adolescentes o depravados, y que ahora se convierte, para muchos, en la única vía de contacto sexual con otras personas”, según explica Ruth González, sexóloga y terapeuta de pareja. Y remata: “La soledad ha llevado a la gente a hacerse nuevos planteamientos en el sexo y en el amor”. Vivan siempre las nuevas perspectivas y el cambio, sea en la vida o en la piel. O en ambas.
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