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La polémica de grabarse en el gimnasio: la nueva etiqueta para hacer ejercicio se centra en los móviles

Si bien los gimnasios más modernos e ‘instagrameables’ animaban desde algunos rincones a sus usuarios a grabar vídeos, es cada vez más habitual que el uso de las cámaras se prohiba o se restrinja debido a las quejas de otros sitios

La etiqueta del vestir: en el gimnasio, siempre ropa de gimnasia. No solo por comodidad, también por respeto a las máquinas de musculación.
Marita Alonso

Calentar, entrenar, estirar y… hacer un selfi. O no. Ese era para muchos su ritual de entrenamiento, algo tan habitual que había gimnasios que cuentan con espejos con textos que invitan a sus miembros a tomarse una fotografía en la que, por descontado, aparece el nombre del gym. Una esquina instagramera de las que se han establecido en ciudades o restaurantes, que sirve como treta promocional. Sin embargo, frente a los espejos que invitan a hacerse selfis han proliferado los que, directamente, los prohíben. Los habituales de las salas de entreno habrán notado como, en los últimos meses, es cada vez más habitual encontrarse con carteles que prohíben expresamente que se tomen fotos o vídeos.

Esto es, en parte, debido a la proliferación de los denominados gym influencers, o sea, que muestran sus rutinas de entrenamiento para ganar seguidores, que se quedan o bien por los consejos fitness o, simplemente, por las vistas. Y en las vistas está el problema. Una mujer llamada Bridget Turro explicó a The Cut, la publicación especializada en moda del New York Magazine, que navegando en TikTok se topó con un vídeo de una clase de yoga impartida en el centro CorePower en el que ella aparecía tras la mujer que se había grabado a sí misma. “Me sentí insegura y me hizo temer que no es posible entrenar sin que te graben”. Tras leer algunos comentarios desafortunados (uno de ellos era “¡La chica de atrás está bastante gorda!’), no ha vuelto a acudir al centro.

Los gimnasios de precios astronómicos, centros de entrenamiento premium como Barry’s y los estudios de Barre (que mezcla la disciplina del ballet con el entrenamiento más moderno del fitness), forman ya parte de la cultura pop. Acudir a ellos supone un nuevo símbolo de estatus, por lo que no es raro encontrar a gente grabando los entrenamientos para poder mostrar ese estatus en sus redes: para muchos la cuestión no es solo acudir a un centro caro y privilegiado, sino que lo sepa el resto del mundo. Natalia Trujillo, directora de comunicación de la cadena de gimnasios Club DiR, explica que la política de sus gimnasios permite grabarse entrenando de forma individual, siempre que no se grabe a otros socios sin su consentimiento explícito y no se moleste al entorno.

El dilema del selfi: algunos gimnasios incitan a sacárselo, otros lo prohíben y otros intentan regular su uso para que sea respetuoso con los demás usuarios.

“En las clases dirigidas, solo se puede grabar si no interfiere en la dinámica del grupo y siempre de forma discreta. Nuestro equipo puede intervenir si detecta situaciones incómodas para otros abonados y permitimos grabaciones personales siempre que se realicen con respeto, sin molestar al resto de usuarios y sin captar a otras personas sin su consentimiento”, explica a ICON. “Entendemos que muchos socios quieren registrar su progreso o compartir contenido en redes, pero siempre pedimos que se haga con discreción, en horarios de menor afluencia y en zonas donde no se interrumpa la actividad habitual del club”, añade.

Desde The Social Hub, cuyos gimnasios están abiertos 24/7, explican a ICON que tampoco está permitido tomar fotografías o grabaciones en las que haya otras personas involucradas o que no hayan dado su consentimiento. “La privacidad y la comodidad de todos los usuarios del espacio será siempre la prioridad”, aseguran. Eugenia Llopart, cofundadora y CEO, y Javier Herrarte, cofundador y jefe de producto de los centros deportivos Lapso Studios, comprenden que muchas personas quieren compartir su experiencia, pero invitan a sus usuarios a mostrar su expertise digital y tapar rostros que aparezcan accidentalmente. “Hemos visto cómo algunos creadores de contenido que graban la clase o hacen alguna foto, pixelan el resto de los compañeros para que no salgan con el fin de molestar lo menos posible”.

Marimi García, autora de Que la fuerza te acompañe, da algunos consejos para quienes quieran grabar sus entrenamientos sin molestar a los demás. “Sobre todo, debemos respetar el espacio común. Coloca el trípode o tu cámara en una zona poco transitada y, si es necesario, pide permiso o comenta que vas a grabar unos ejercicios para que nadie se sienta incómodo. No hay que convertir el gimnasio en un plató. Sé discreto, rápido y respetuoso”.

Los otros problemas del gimnasio del siglo XXI

Una encuesta puesta en marcha por YouGov revela que entre las cosas que molestan a quienes van al gimnasio está recibir consejos no solicitados de otros miembros del gimnasio. Este comportamiento tiene unas connotaciones aún más particulares cuando es un hombre quien da lecciones de fitness a una mujer en el gimnasio sin que ella le haya pedido ayuda, motivo por el que proliferan los gimnasios exclusivos para mujeres en un intento de huir de la llamada gymtimidation, un miedo irracional a ir al gimnasio y que afecta, sobre todo, a mujeres, al no sentirse del todo seguras.

En los gimnasios se prohíbe entrenar sin camiseta. En la imagen, Truman Capote semidenudo tras entrenar en un gimnasio de Nueva York. Pero no todo el mundo tiene la excusa de ser Truman Capote.

Marimi García explica que, pese a que se haga con buena intención, no deja de cruzar ciertos límites. “Ofrecer consejos no solicitados no es una manera de ayudar, sino de imponer. Muchas veces los comentarios vienen cargados de prejuicios: asumir que una mujer necesita ayuda por el simple hecho de serlo, que no sabe entrenar sola, o que el hombre sabe más”, asegura. “El entrenamiento es un espacio íntimo, de conexión contigo misma, no de corrección constante. Si alguien necesita consejo, lo pedirá. Lo mejor que podemos hacer es respetar el espacio de cada uno. El silencio es una forma de respeto”, dice.

Y otra problemática que tiene que ver con el teléfono: ¿qué hacer con las llamadas? En un lugar en el que habitualmente hay música ambiente y cada uno lleva, si lo desea, cascos para escuchar sus contenidos más inspiradores para la elíptica, ¿tiene sentido ponerse a hablar por teléfono? Ante situaciones así, Natalia Trujillo, de la cadena DiR, comenta que las llamadas en voz alta pueden romper la dinámica de entrenamiento. “Por eso recomendamos tener el móvil en modo silencio y, si es necesario hablar, hacerlo en zonas comunes como la recepción o pasillos, nunca dentro de las salas de entrenamiento”.

García es más incisiva: “El gimnasio no es el salón de tu casa. Usar el teléfono en alto, hablar como si estuvieras solo en casa o incluso hacer videollamadas en mitad del entrenamiento es una falta de respeto al resto de las personas que están compartiendo ese espacio”, asegura la entrenadora. “Más allá del ruido, rompe la concentración y genera incomodidad. El entrenamiento requiere atención. Muchas personas acuden al gimnasio para relajarse y desconectar. ¿Tienes que atender una llamada urgente? Sal un momento de la sala. ¿Una videollamada? Mejor después del entrenamiento. El gimnasio debería ser un espacio de respeto mutuo”, explica.

Dress code

Una imagen de Lenny Kravitz entrenando en jeans se hizo viral no hace demasiado tiempo. Y Robert F. Kennedy Jr no solo hace lo propio, sino que sube la apuesta al hacerlo sin camiseta, algo muy habitual entre los fans del Hydrox, combinación de carreras con entrenamientos de fitness, que cuenta con centros de entrenamiento específicos en los que ver a hombres sin camiseta es parte de la experiencia. Sin embargo, no es lo habitual. En los gimnasios DiR, por ejemplo, no está permitido entrenar sin camiseta, con ropa de calle o con calzado inadecuado. “Utilizar ropa deportiva y calzado técnico es imprescindible tanto para evitar lesiones como para proteger el material del club”, explica Trujillo, mientras que el equipo de The Social Hub indica que es imprescindible usar “una vestimenta adecuada” y no está permitido entrenar sin camiseta ni descalzo dentro del gimnasio “por una cuestión de seguridad e higiene”. Conclusión: vístase, no haga fotos indiscretas y deje la conversación para el vestuario. Le quedará más tiempo para concentrarse en el ejercicio. Todo ventajas.

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Sobre la firma

Marita Alonso
Redactora especializada en cultura pop y estilo de vida. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. 
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