Proteínas, dieta, ejercicio y ultraderecha: el fenómeno de los ‘maridos huberman’ que arrasa en Estados Unidos
Andrew Huberman empezó con un ‘podcast’ en 2021 y ha creado un pequeño imperio a base de hablar de tú a tú a millones de hombres sobre neurociencia y ‘optimización corporal’
![Imagen de archivo de unos estudiantes estadounidenses haciendo ejercicios de abdomen en los años cuarenta.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/W33EXWNTSNBFJNWWYASHWC7J6E.jpg?auth=6f36ac6bc2a3a5add936ca1a76193fb4e98c16733441863d83024ea32bfd7534&width=414)
Como Goop, pero para los bros. Así, en referencia a la millonaria empresa de bienestar y estilo de vida fundada por Gwyneth Paltrow, es como algunos se refieren a Huberman Lab, empresa creada por el neurocientífico estadounidense Andrew Huberman, que en muy poco tiempo pasó de ser un popular podcast (Huberman Lab, nacido en 2021) a un pequeño imperio. Time le dedicó un reportaje en 2023 y lo consideró el hombre que ha hecho que Estados Unidos se preocupe por la ciencia, una especie de Joe Rogan con bata blanca. Huberman se ha convertido en el gurú de una audiencia a la que no parece importarle que alguno de sus episodios dure hasta tres horas, que el New York Magazine publicase un extenso reportaje sobre sus inquietantes costumbres privadas o Vox (la web estadounidense, no el partido político español) otro sobre la red de medias verdades y difusas estadísticas detrás de algunas de sus informaciones.
Su contenido, como reza su página web, está destinado a “optimizar el rendimiento en ámbitos de estrés elevado, mejorar la plasticidad neuronal, mitigar el estrés y optimizar el sueño”. Todo regado de lenguaje científico imponente, pero accesible. Precisamente esas particularidades, junto al hecho de que se trata de un hombre musculoso y atractivo que nada se parece al nerd con el que el imaginario asocia tradicionalmente a los neurocientíficos, han atraído a infinidad de hombres de mediana edad que han encontrado la fórmula para hablar, tanto entre ellos como con sus parejas, de alimentación, ejercicio y cuidados. Esos campos que, históricamente, han estado vinculados a las mujeres o, en los últimos años, a hombres jóvenes que han crecido viendo el reflejo especular de sus abdominales en las pantallas de sus smartphones.
De Huberman a los Huberman husbands, o sea, a los maridos Huberman, a quienes la afilada web Daily Beast definió como “seguidores de un protocolo de bienestar que les exige sumergirse en agua fría, taparse la boca con cinta adhesiva y tratar de convencer de las ventajas de todo ello a sus sufridas esposas”. Si en los años setenta la literatura dejó el término “esposa de Stepford” para definir a una esposa solícita, guapa y perfecta en su feminidad exuberante y servicial, a raíz de la clásica novela de terror de Ira Levin Las poseídas de Stepford, hoy es Internet quien trae a su equivalente masculino: el “marido Huberman” ya hace más ejercicio, come más sano y hace más excentricidades que su esposa.
Por supuesto, esto es un trabajo de grupo. Es habitual que los huberman husbands compartan sus rutinas y compitan por ver quién tiene razón en cuestiones nutricionales o en la ejecución de determinados ejercicios. “La competencia ha sido una práctica repetida durante milenios en entornos masculinizados y la actitud de ser mejor que los otros, más que la simple superación de uno mismo, lleva a que ese juego de poder, ahora enfocado en la salud física, se convierta en competencia”, explica a ICON Benjo Podlech Sandoval, psicólogo y experto en energía masculina. “Es vanidad, sí, pero si lo examinamos con lupa, también la necesidad de aprobación de los demás, para dar sentido a lo que haces”.
![Andrew Huberman cuando fue entrevistado en el programa nocturno de Jimmy Fallon en junio de 2024.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JDNLZ337ZNEFRG4USDB52JDZGA.jpg?auth=59b3935172e6e5fe775e9b496bddb399aca0eab03408ebb8a01d9ed7b9e2cb76&width=414)
Huberman vende suplementos que prometen, entre otras cosas, mejorar la calidad del sueño y optimizar la actividad mental, promesas que no son en absoluto diferentes a las de los suplementos disponibles en cualquier herbolario por un precio muy inferior. “¡Perfecciona tu sueño! ¡Optimiza tu enfoque! ¡Reduce tu apetito! Andrew Huberman es el profeta barbudo experto de la optimización. Cree que si algo se puede medir, se puede mejorar. Es un neurocientífico muy musculoso de Stanford Medicine”, escribe el periodista Joseph Bernstein en un artículo publicado en The New York Times llamado El canon paternal.
Como todo lo que pretende convertirse en una tendencia monetizada en los años veinte del siglo XXI, el concepto huberman husband hierve y cotiza en TikTok. En los perfiles que hablan de esta temática, varias mujeres enumeran las nuevas costumbres que sus maridos ponen en marcha cada día siguiendo las enseñanzas del neurocientífico. El término lo acuñó la usuaria de TikTok Sierra Campbell, que se encargó de detallar en un vídeo algunos de los hábitos que su marido le ha hecho adoptar “a causa de su obsesión con la salud y la longevidad”. Campbell asegura en el artículo de The Daily Beast que se dio cuenta de que su marido se estaba tomando demasiado en serio su “higiene del sueño” cuando instaló luces rojas en el techo. “Fue entonces cuando descubrí que todas esas enseñanzas provenían de un podcast”.
El neurocientífico promulga las bondades de los suplementos y cómo no, de los batidos de proteínas que ahora ocupan un lugar tan relevante entre los perfiles de los gym bros. “No vamos a negar que es importante consumir una correcta cantidad de proteínas al día, pero eso sí, tiene que estar adaptada a nuestras necesidades”, advierte Laura Jorge, fundadora y directora del Centro de Nutrición Laura Jorge. “Puede que den estos consejos enfocados a ganar masa muscular o perder grasa, pero un exceso de proteínas puede ser algo negativo, especialmente si no elegimos unas buenas fuentes proteicas. Por si fuera poco, centrar lo que comemos en la auto-optimización puede llevar a problemas en nuestra relación con la comida, como la vigorexia o la ortorexia. También puede generar estrés, frustración, culpa y algunos déficits nutricionales”, añade.
![Robert F. Kennedy Jr., uno de los miembros más 'fit' del gabinete de Donald Trump, fotografiado en Nueva York](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BKRYSKBIIFFCPNVW5BQBFXZSOY.jpg?auth=6b4da2b6ea37a866dd661cce3dde620fea5616837daeec2bfc774cd6a0dea00c&width=414)
Desde permanecer al sol durante 20 minutos sin protección hasta darse baños en agua helada, pasando por supuesto por la ingesta de una descomunal cantidad de suplementos (a poder ser, los que él vende), los consejos de la huberesfera son tomados en serio por millones de personas. “Lo que diferencia a Huberman de otros que quieren crear el Goop para bros es que tiene buenísimas credenciales y es entrañablemente serio. Este hombre de 48 años se describe a sí mismo como profesor de neurociencia y director de laboratorio en la Facultad de Medicina de Stanford. Se apoya en su afiliación a una universidad de élite para reforzar su credibilidad y con frecuencia lleva a su podcast a otros profesores de dicha universidad. Su podcast, según Spotify, fue el tercero más popular del mundo el año pasado”, explica la activista Virginia Sole-Smith en su newsletter. “Sus capítulos tienden a ser muy largos y están llenos de estudios científicos detallados que él no intenta simplificar: habla a sus oyentes como iguales y les hace sentir inteligentes”.
Sole-Smith también asegura que Robert F. Kennedy Jr., secretario de salud y servicios humanos de Estados Unidos, es “el gran huberman husband americano”. El político, célebre por su postura antivacunas, no bebe ni refrescos ni alcohol y presume en sus redes sociales de bíceps y de entrenamientos. El propio Huberman ha mostrado su interés por las posturas de Kennedy: “Quiero saber su punto de vista en muchos temas. Siempre que me lo encuentro en el gimnasio es muy amable, me pregunta sobre ciencia... y doy fe que también entrena duro”, comentó el pasado octubre en las redes de su amigo, el pocaster y rey de la manosfera Joe Rogan. ¿La ocasión? Un post de Instagram que anunciaba la entrevista de Rogan a Kennedy en las redes del primero. Derek Beres, orador, presentador de podcasts y uno de los responsables de Conspirituality, un programa que quiere “desmantelar las sectas new age, los estafadores del bienestar y los yoguis locos por las teorías conspiranoicas”, asegura que Robert F. Kennedy Jr. (que hace ejercicio en vaqueros), “está jugando a una política de guerra cultural” en la que está sacando provecho del bum por la optimización corporal tan de moda por encima de la ciencia y la medicina convencionales. “Nos encontramos en un espectro cultural en el que, por un lado, está Donald Trump, quien en el pasado dijo que el ejercicio agota el cuerpo. Y luego está Robert F. Kennedy Jr., que se mata en el gimnasio y a quien se ha visto saliendo de allí con Andrew Huberman”, explica.
Erick Pescador Albiach, sociólogo, sexólogo y especialista en desarrollo de la cultura del cuidado, asegura que la cultura de los gym bros está cerca de la ideología de ultraderecha porque “la pérdida de poder que tantos hombres sienten [con las políticas progresistas e igualitarias] se mezcla aquí con la necesidad de volver al poder ancestral, que es el poder de la fuerza y la brutalidad”. Benjo Podlech Sandoval comparte con ICON su experiencia personal. “Los últimos cuatro meses he estado entrenando tres o cuatro veces por semana para sentirme más fuerte. Cuando aparecieron los resultados, mi sorpresa fue que el trato y apreciación de otros hombres conmigo fue distinta. Los hombres tenemos una relación con la musculatura propia y ajena que no resulta indiferente y representa valores deseados por muchos, como la fuerza de voluntad, constancia, concentración y salud”, asegura. En un mundo en el que las mujeres llevan décadas pidiendo que no se haga política con sus cuerpos, hay cierta ideología cuyos hombres están más que dispuestos a hacer política con el suyo. Los músculos, ahora, son parte de esa conversación. Donald Trump no los necesita, claro, pero él ya tiene lo que esos otros gym bros y huberman husbands ansían: poder.
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