El caso Scott Adkins: “el último héroe de acción verdadero” no ha protagonizado una sola película en cines
Si el cine de serie B tiene una superestrella, es él: sus títulos para plataformas, como la recién estrenada ‘Una vez más’, son aplaudidos por los seguidores de la acción por su pureza, su libertad, su originalidad y su respeto a los clásicos del género
Un ricachón entra en un dojo para convencer al maestro que lo regenta de que se lo traspase. Su estilo tradicional de artes marciales ya no se lleva, le explica mientras pisa el tatami con sus zapatos de la calle. El maestro le recomienda que se marche, pero, en un acto de inconsciencia, el tipo se burla y le invita a pegarle “como en las putas películas de kung-fu”. Y los dos interlocutores tienen más que palabras. Es el principio de La deuda, uno de los cuatro largometrajes que el actor Scott Adkins (Sutton Coldfield, Birmingham, Reino Unido, 47 años) estrenó solo en 2018, todos ellos para el mercado del streaming. El cine de acción destinado directamente al alquiler ha sido muchas veces considerado el cementerio de elefantes donde viejas glorias como Steven Seagal, Jean-Claude Van Damme, Nicolas Cage, John Travolta o Bruce Willis iban a parar para enlazar trabajos de calidad discutible y cobrar cheques rápidos. Pero los románticos de esas viejas “películas de kung-fu” a las que alude el inicio de La deuda han encontrado también ahí, de la mano de Adkins, algunas de las mejores producciones de este género en los últimos años.
Su rostro apenas se ha visto en la gran pantalla. Tuvo una aparición de pestañear y perdérselo en El ultimátum de Bourne (2007) y otras dos muy discretas en Doctor Strange (2016) y la comedia Agente contrainteligente (2016). En una escena de John Wick 4 (2023) pudo al fin demostrar apropiadamente al público de multisalas su habilidad para las artes marciales mixtas, aunque su aspecto fuera irreconocible por la caracterización. Entre tanto, haciendo bueno el refrán de que más vale ser cabeza de ratón que cola de león, Scott Adkins se ha forjado una importante carrera y toda una comunidad de admiradores en el terreno del bajo presupuesto. Su exhibición como letal villano en la secuela para videoclub Invicto 2 (2006) le valió un ascenso como estrella absoluta de la saga, que tuvo dos entregas más. También recayó sobre él en 2012 el protagonismo de otra franquicia, Soldado Universal, en la quinta película de la serie, El día del juicio final, de la que el periodista de AV Club Tom Breihan dijo: “Quizá sea la mejor película de acción estrenada en DVD de todos los tiempos”.
Adkins lleva dos estrenos en plataformas este 2024: tiene un pequeño papel en Luces fuera, protagonizada por Frank Grillo, y es el héroe de la mucho más destacable Una vez más, que en España puede verse previo pago mediante los servicios de Apple, Microsoft o Amazon. Se trata de la continuación de uno de sus títulos más populares, One Shot: Misión de rescate (2021) —raro caso de película suya que, por la escasez de estrenos de la época pandémica, tuvo una pequeña distribución en salas europeas—, planteada como un único plano secuencia que permite disfrutar de las coreografías y acrobacias del protagonista en todo su impresionante esplendor, sin cortes de montaje. A finales del pasado año, el periodista Alex Ritman se preguntaba en The Hollywood Reporter: “¿Es Adkins el último héroe de acción verdadero?”. “Para muchos, no es solo eso, sino alguien que ha sido criminalmente ignorado por los estudios”, escribía. En el artículo, Isaac Florentine, uno de sus directores fetiche, lo señalaba como su versión ideal de Batman y James Bond.
“Hay una tendencia a considerar a los actores de artes marciales como de categoría de serie B, igual que a los dobles, los equipos de segunda unidad y los artistas que actúan entre bastidores. En el caso de Scott, es una pena porque es un actor con talento”, dice a ICON Gene Ching, antiguo editor de la revista estadounidense Kung Fu Tai Chi, extinta en 2020, y discípulo de la 32ª generación del Templo Shaolin original de China. “Sus raíces se encuentran en el taekwondo y el kárate”, explica Ching. “Casi todas las estrellas de cine de artes marciales han practicado algo de taekwondo para las patadas, pero no tantas el kárate. El kárate da a Scott una definición y una estructura más cuadrada, potente y lineal, sobre todo en sus primeras películas. Sabe asestar puñetazos contundentes y también puede dar patadas altas espectaculares. Más tarde, como toda estrella de las artes marciales, diversificó su entrenamiento para poder interpretar más papeles”.
Golpe a golpe, verso a verso
La andadura cinematográfica de Adkins comenzó, recuerda Ching, en Hong Kong. “El cine de acción hongkonés siempre ha sido la referencia en coreografías de lucha. Quizá esto le confirió más humildad y parte de su ética laboral se deba a su trabajo allí. Está claro que es un gran trabajador, que se compromete a fondo con cualquier papel que interpreta. Puede hacer desde películas brutales hasta comedias de acción irónicas con la misma facilidad”, apunta. Para el experto, también en esa aparente humildad de Adkins puede entenderse por qué en sus películas de acción destinadas al consumo doméstico se reconoce, quizás, mayor esfuerzo que en las de grandes nombres relegados a esa división: “Seagal y Van Damme empezaron a rodar películas en Hollywood como protagonistas en una época en la que las estrellas de las artes marciales tenían mucho ego. Tal vez ellos vieron en su paso al cine para vídeo una degradación”.
Tras varias colaboraciones iniciales con figuras como Jackie Chan o Sammo Hung, Adkins llamó la atención del director Isaac Florentine, después responsable de dos películas de la saga Invicto, al tiempo que actuaba en telenovelas británicas. En 2009 también fue doble de acción de Ryan Reynolds en el papel de Deadpool en X-Men Orígenes: Lobezno. Y se fue perfilando como heredero de su ídolo Van Damme desde que ambos actuaran juntos en El patrullero: Patrulla fronteriza (2008), primera de sus, hasta ahora, cuatro colaboraciones. No en vano, además de enfrentarse a él en la quinta Soldado Universal, Adkins también lo relevó al frente de la tardía secuela Blanco humano 2 (2016) y acaba de anunciarse que será el malo de Kickboxer: Armageddon, octava entrega de la saga iniciada en 1989, que nuevamente contará con el astro belga en el reparto. El veterano artista marcial Donnie Yen lo reclutó asimismo para Ip Man 4: El final (2019), última entrega de su aplaudida saga, mientras que en China adquirió rango de institución gracias a su papel antagónico en Wolf Warrior (2015). La secuela, para la que no regresó, fue la película más taquillera de la historia del país.
Pero el británico no se ha limitado a participar en sagas conocidas o a la sombra de actores más famosos: dípticos como los de Ninja (2009-13), Accident Man (2018-22) o El cobrador de deudas (2018-20) son prueba de su capacidad y carisma para generar sus propias mitologías. También del sello que le ha hecho marcar la diferencia incluso en el scroll interminable del catálogo de Netflix, donde Avengement (2019), película que el actor señala como la favorita de su filmografía, sigue encontrando su público cinco años después del lanzamiento. A la manera de muchos creadores a lo largo de la historia del cine, Adkins —y con él su inseparable cuadrilla, como Jesse V. Johnson, que lo ha dirigido siete veces, el guionista Stu Small o el coreógrafo Tim Man— ha encontrado en la serie B un patio de juegos desde el que realizar propuestas genuinas, apasionadas en su enfoque de la acción y sin las restricciones en la representación de la violencia a las que, a veces, obliga el alto presupuesto. Tortazos de autor. “Como fan de Adkins, solía querer que apareciera en grandes películas de Hollywood. Lo retiro. La serie B le permite mucha más libertad creativa”, llegaba a escribir un seguidor suyo en la red social Letterboxd.
No obstante, en un tiempo en el que la influencia y éxito de la saga John Wick o de la serie Cobra Kai (2018) han llevado a cuidar más la puesta en escena en producciones de acción convencional y, con ello, a revalorizar lo artesanal, el papel de los especialistas y de los auténticos artistas marciales, Adkins podría ganar protagonismo. Él, por lo pronto, está disfrutando del momento que vive el género, como partícipe y también como espectador. Desde su canal de YouTube, además de compartir escenas de sus películas o consejos de entrenamiento, hace de filántropo del sopapo en la serie de entrevistas The Art of Action, donde ha conversado con iconos como Keanu Reeves, Mark Dacascos, Tony Jaa o Steven Seagal. También en Twitter, donde ha alabado la recién estrenada nueva versión de De profesión: duro, no sin reprochar a sus responsables el uso de efectos digitales en las peleas. Lo más vistoso que, de momento, le depara el futuro inmediato es la nueva Kickboxer y la cuarta entrega de Skyline (2010), ambas sin perspectiva de estrenarse en cines. “Con suerte, pronto le llegará algo importante”, cree Gene Ching. “Se lo ha ganado”.
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