Cómo vestir para recibir a los extraterrestres
La aparición de extraños objetos en nuestro sistema planetario invita a irse preguntando qué tenemos de apropiado en el armario para una cita interestelar
Cuando lean estas líneas probablemente ya se habrá dilucidado, para mal o para bien (¿nos habrán desintegrado?, ¿no habrá más columnas?), el asunto de la supuesta nave nodriza extraterrestre que el Pentágono ha sugerido que se encuentra por ahí en los confines de nuestro sistema solar. Al principio, he pensado que la noticia provenía de un general —que posiblemente se había tomado algo— en la larga tradición de militares estadounidenses sonados que en tantos líos nos han metido, del Jack D. Ripper de Teléfono Rojo: volamos hacia Moscú a Westmoreland, sin olvidar a Custer. Pero quien anda detrás es el famoso Avi Loeb, el controvertido catedrático de Astrofísica de la Universidad de Harvard —donde dirige la Iniciativa Agujero Negro (!)—, miembro del consejo de asesores de la presidencia de EE UU en ciencia y tecnología e involucrado en el seguimiento de Fenómenos Aéreos No Identificados, FANI, que es como OVNI pero en diver. A Loeb lo recordarán porque es el que sugirió que el raro objeto avistado en 2017 desde el telescopio Pan-STARRS de Hawái pasando por nuestro patio espacial procedente de la estrella Vega y camino de la constelación de Pegaso, bautizado 11/2017 U1 y más sugestivamente Oumuamua (en hawaiano “explorador” o “primer mensajero lejano en llegar”) era un trasto artificial, acaso una vela solar o una boya (?). La comunidad científica, a excepción, imagino, de Sheldon, ha preferido creer que se trata de un cometa interestelar. Más allá de que el nombre parece el de una canción de Mike Oldfield, Loeb, autor de una de las mejores frases de la historia de la astronomía (“tras atravesar el horizonte de sucesos de un agujero negro no se puede enviar un selfi”), defendió que el objeto fue creado por “una civilización inteligente extraterrestre” y que acaso era equipamiento tecnológico obsoleto, vamos, el equivalente de que los de otro planeta encontraran un Panda. Lo de ahora, sería más de lo mismo, pero un poco con la idea de que el objeto tendría más que ver con el monolito de 2001 que con el Panda.
En el debate, yo, que confundo a Freeman Dyson con las aspiradoras y a Neil deGrasse Tyson con el saco de boxeo y no he podido pasar de la introducción de la Introducción a la ciencia de Asimov y me he saltado pasajes enteros de Extraterrestres, el libro del propio Loeb (Booket, 2022), porque no entendía ni jota, tengo poco que aportar. Pero introduzco una pregunta: si no estamos solos en el cosmos y llegan los alienígenas, ¿qué nos ponemos? Es decir, ¿cómo habríamos de vestir para un encuentro en la Tercera Fase? De entrada, deberíamos averiguar en qué plan vienen: si lo hacen como en Independence Day o La guerra de los mundos no es mala idea el camuflaje, la ropa de jogging (para salir corriendo) o el traje de piloto de F-18 de Will Smith, incluido el puro: que se vayan enterando. Si hay dudas, vestir de vulcaniano como Mister Spock seguro que al menos les desconcierta en la primera oleada. Una camiseta estampada con lemas como “La infantería pelea mientras la flota se pasea”, “Klaatu barada nikto”, “Hasta luego y gracias por el pescado”, “Mmmm, fosfano”, “I love exoplanetas” u “Hola, soy Fermi, ¿dónde estabais?” puede ayudar a que la comunicación fluya mejor que en La llegada. Definitivamente no “Martians. Ha ha. Funny looks little critters, aren’t they?” o el “Freedom for Catalonia”, demasiado reivindicativo para una primera cita. No recomiendo asimismo lucir la ecuación de Drake (N=R*xfpxnexflxfixfcxL, o algo parecido) porque a lo mejor ellos tampoco la entienden. Ni la equipación del Barça (¿y si son del Madrid o del Atleti?), ni los trajes regionales (¿y si topas con un imperio muy centralista con capital en Coruscant?). Quizá fuera, el encuentro, un buen momento para presentar a la galaxia la nueva colección de trajes de la NASA: ríete tú de la proyección internacional de la Semana de la Moda.
Queda por supuesto descartado el traje de presidente Dale de EE UU (Jack Nicholson) en Mars Attacks!, que hablaba emotivamente de solventar nuestras diferencias con ellos y trabajar juntos poco antes de que los marcianos lo atravesaran jocosamente con una bandera de su planeta. “¡No corráis, somos vuestros amigos!”, decían los hombrecillos verdes. Consejo final: te pongas lo que te pongas, no te fíes.
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