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Le dijeron que no volvería a dibujar, hoy es uno de los ilustradores más demandados: Jack Sachs, el hombre que puso un oso gigante en el Primavera Sound

El inglés, hoy uno de los más demandados del momento, sufrió un accidente en la mano derecha antes de terminar la carrera de Ilustración. Hoy lanza una colección cápsula para Pull & Bear y colabora con ‘The New Yorker’

Tom C. Avendaño
Jack Sachs junto a su obra expuesta en el Primavera Sound este junio, en colaboración con Pull & Bear.
Jack Sachs junto a su obra expuesta en el Primavera Sound este junio, en colaboración con Pull & Bear.Pull & Bear

El aclamado dibujante Jack Sachs (Londres, 30 años) tenía la carrera de Ilustración casi terminada y su estilo artístico totalmente definido cuando, una noche, en una fiesta, se clavó una copa de vino en la mano. “Los médicos me dijeron que lo más probable es que nunca volviera dibujar”, rememora ahora, en Barcelona. “Ni siquiera estaba borracho, acababa de llegar con un amigo y nos pusimos a hacer el tonto, como a pelear de broma, me caí y me apoyé sobre la copa de vino. Eso fue todo. Días antes de empezar el último curso de carrera. Me quedé muy triste”, entona con impasibilidad inglesa.

Ese dia Sachs tomó una serie de decisiones: primero, acabar el curso a pesar de todo (“¡con lo caro que había sido!”). Segundo, continuar considerándose ilustrador, alguien que se ganaría la vida con sus dibujos. Tercero, aprender a dibujar de otra forma, si no con bolígrafo y a mano alzada como hasta entonces, con ordenador. “Nunca había abierto ni el Adobe Illustrator, pero tenía un yeso enorme en el brazo derecho. Me puse a probar, un poco ciego de analgésicos, a diseñar con la mano izquierda cosas muy básicas”. Ocho años despues, Sachs es uno de los ilustradores más demandados por sus miles de seguidores pero también por las marcas. Ha colaborado con The New Yorker, Spotify y, más especialmente, por la colección cápsula que ha diseñado para Pull & Bear y el Primavera Sound 2022.

Jack Sachs posa, en una imagen publicada en su cuenta de Instagram, junto a la enorme escultura hinchable que realizó para la última edición del festival Primavera Sound y Pull & Bear.
Jack Sachs posa, en una imagen publicada en su cuenta de Instagram, junto a la enorme escultura hinchable que realizó para la última edición del festival Primavera Sound y Pull & Bear.Instagram

La explosión entre las ideas que siempre había expresado a mano y la disciplina técnica que impone un ordenador le cambió la vida. Su estilo siempre había sido expresamente naíf y abstracto –un Phillip Guston formado en Tumblr– pero al chocarlo contra la concreción de la máquina y el 3D no se desmoronó, sino que se expandió: las animaciones 3D primero convivieron con sus dibujos de siempre y luego acabaron dándoles forma. “Nunca me ha parecido que dibujase muy bien, lo hago como un juego, por dar rienda suelta a ciertas ideas que llevo dentro y experimento mucho. Pero para hacer algo en 3D sí debes aprender dibujos técnicos, procesos, programas… Y cada vez que aprendes una técnica nueva para crear una forma tridimensional nueva, eso te inspira a hacer algo distinto con el dibujo. Y ese algo distinto te cambia también la forma de entender el 3D. Una cosa inspira la otra continuamente. Todavía estoy buscando las fórmulas de mezclaros”.

También descubrió una cosa nueva llamada color, hoy una de sus señas de identidad. “Todo lo que hacía a mano era blanco o negro. Mejor dicho, boli azul y boli negro. Con el ordenador tienes toda la paleta ahí, gratis. Puedes sentarte y probar combinaciones y eso me fue animando a probar más colores”. Sus dibujos son hoy directamente flúor como una rave inglesa de los años ochenta. También tienen ojos de dibujo animado. “Soy mucho de probar hasta dónde puedo deformar una cara y que siga pareciendo una cara: mi conclusión es que si tiene ojos y boca, el resto da igual. Es una cara”.

Una de las sudaderas diseñadas por Jack Sachs para la colección cápsula de Pull & Bear y Primavera Sound.
Una de las sudaderas diseñadas por Jack Sachs para la colección cápsula de Pull & Bear y Primavera Sound.Pull & Bear

Sachs se entronca en la generación criada no ya por la cultura pop como los milenales mayores sino por el caos de los primeros días de internet. Sus primeras referencias fueron los blogs que visitaba entre 2007 y 2009. “Me pasaba el día entero conectado… Esa estética, esas ideas, ese nuevo medio lleno de promesas… Lo primero en lo que me fijaba era cómo la gente creaba sus propias imágenes, era imposible no dejarse influir por eso. Luego fui a visitar a unos amigos a Alemania y allí la gente estaba haciendo algo todavía mejor: más cool, más local, más propio, más raro que lo que veías en internet. Absorbí todo eso”. Sachs, por si su pelo platino y sus piercings no lo delataban, ahora vive en Berlín.

Después de internet y Friedericshein, su siguiente mayor influencia fue el videoarte de los años ochenta. como Gretchen Bender o Pipilotti Rist: “Cuando todavía se estaba experimentando con el ordenador, había cosas extremadamente raras. No se podía hacer mucho con él porque era tan básico que tenían que inventarse lo que hacer”, se maravilla.

Este mes, Sachs ha visto la obra más grande de su carrera. Primero, literalmente. El oso que diseñó para Pull & Bear se convirtió en un globo hinchable de 13 metros en el Primavera Sound. Segundo, por la cantidad de diseños que ha creado para la colección cápsula de Pull & Bear. “Tantos dibujos, tantas variaciones, tantas camisetas. Fue un proceso largo: tenía que encajarle al festival y a la marca, debía ser todo de una forma muy concreta. El cliente quiere cosas vendibles, no las ideas abstractas que me salen de normal. Hay dibujos míos que ni reconocerías como un personaje. Pero este oso debia caerle bien a todo el mundo”.

Es todo parte de lo mismo, de esa decisión que tomó en el hospital, con el brazo roto y su futuro tampoco muy allá, de seguir ilustrando. “Tenía que acabar el curso”, insiste. “Lo había empezado, debía terminarlo. Y en cuanto vi que podía trasladar mi mundo interior al 3D, supe que tendría vida como ilustrador después de él”.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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