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Bolsonaro y la geopolítica de las camisetas de fútbol

En menos de tres años, el líder brasileño se ha fotografiado con las equipaciones de 74 equipos. Porque se puede ser ultraderechista o fiel a unos colores. Las dos cosas, no

Jair Bolsonaro con la camiseta de su equipo, el Palmeiras, y la de su mayor rival, el Flamengo.
Jair Bolsonaro con la camiseta de su equipo, el Palmeiras, y la de su mayor rival, el Flamengo.Blanca López Solorzano
El País

La continuidad del Gobierno de Jair Bolsonaro tiene un punto de intriga chocante incluso para el más cafetero seguidor de la trepidante política brasileña. El estrafalario ultraderechista al frente del mayor país de América Latina lleva meses sufriendo en las encuestas: Datafolha calculó en julio, su informe más reciente, que el 51% del país le considera un mandatario pésimo. Otra consultora, Poder Data, cifró el rechazo en un 56% semanas después.

Todo esto mientras se conocen las ofertas de vacunas que su Ejecutivo recibió e ignoró (el presidente es antivacunas) en un país que ya ronda los 600.000 muertos por covid. ¿Cuánto puede sostenerse un hombre fuerte con esas cifras? De momento, la oposición todavía no puede someterle a un impeachment (Dilma Rousseff tenía un 70% de desaprobación cuando cayó en 2016).

Y el propio Bolsonaro sabe trucos para distraer de su gestión. Da ruedas de prensa en bañador y pantalón corto, o tomando cafés con electrodomésticos de gama baja, y estos aires de despreocupado latifundista gustan a sus votantes (aún el 24% de Brasil, según Datafolha).

Y una de las claves de esta estrategia son las camisetas de fútbol con las que él se planta ante las cámaras. En los dos años y diez meses que lleva en Planalto, Bolsonaro ha lucido camisetas de 74 equipos, algunos tan marcianos como el Arapongas de Paraná, un Estado al sur del país, o el Real Brasilia. Se le ha visto con los uniformes de 11 de los 12 mayores clubes brasileños. El que le falta: el São Paulo, uno de los favoritos. ¿Por qué? Según Victor Figols, responsable de esta investigación en la Universidad Federal de Paraná, porque el São Paulo es objeto de burlas homófobas desde hace años. “Es un club inclusivo y tolerante con la cultura LGTBI”, explica. Bolsonaro y los suyos, ya se sabe, no. En 2021, esos detalles contribuyen a mantener a un hombre en lo más alto de su país. La geopolítica puede llevar fibras sintéticas.

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