“Nuestras costas están llenas de casas que podrían ser escandinavas”: así es la vivienda que lucha por la arquitectura local con madera y cal
En Alicante, Izaskun Chinchilla ha diseñado una casa que dialoga con el paisaje y la tradición mediterránea desde el respeto
En la alicantina urbanización de Mimosa, la casa de estas imágenes desempeña dos trabajos simultáneos: guardabosques y ama de llaves. La han diseñado Izaskun Chinchilla y su equipo de Madrid para la promotora Somium Properties y es la fiel representación de la idea que tiene del confort esta arquitecta, defensora desde hace años de los beneficios que puede tener para el bienestar humano el contacto con la naturaleza a través de la arquitectura y, a su vez, de lo positiva que puede ser esta disciplina para la protección del medio ambiente. Así, este primer proyecto de vivienda de nueva planta de la autora de La ciudad de los cuidados (el conocido libro en el que expuso esas ideas en relación con el urbanismo) vela por las necesidades de sus habitantes a la vez que preserva la naturaleza que la rodea.
Su diseño, por ejemplo, evita que la cubierta de la casa y el jardín ahuyenten a los búhos, azores, busardas y culebreras autóctonos; y ha tenido muy en cuenta los vientos locales para favorecer la ventilación espontánea de las habitaciones. “La idea era que la casa agotara todos sus recursos pasivos antes de poner en marcha los activos”, explica Chinchilla. “Otro ejemplo de nuestra estrategia de sostenibilidad es que, aunque la casa tiene geotermia, en un clima tan templado la presencia de ventanas practicables en varios niveles y orientaciones hace que sea muy fácil mantener la casa climatizada con solo abrirlas y cerrarlas adecuadamente”. También se han implementado medidas de control de la erosión y una política de plantaciones en el jardín que pretenden recuperar el modelo de encinar y pinar de la zona, mientras que “la selección de materiales naturales y la prioridad dada a la madera se basan en datos empíricos que corroboran que, como especie, estar rodeados de cosas que están o estuvieron vivas contribuye a nuestro bienestar”, continúa.
El proyecto partió de la certeza de que los habitantes de Terrazza Eco-Housing –como Chinchilla ha bautizado al proyecto– querrían vivir todo el tiempo posible al aire libre, lo que implicaba considerar el exterior como una parte más de la vivienda. Por ello, en cada una de las estancias de esta casa “el exterior constituye la mitad del espacio”; es decir, que todas tienen salida al jardín, hacia donde la vida doméstica del interior fluye plácidamente. “Cualquiera de los usos (cocinar, dormir, leer, bañarse, hacer yoga o meditar) puede hacerse dentro o fuera, en cuartos abiertos en el jardín con paredes vegetales y alfombras de arena o en aposentos interiores en los que es practicable una pared completa. La presencia de las hasta doce puertas que comunican casa y jardín o de quicios de ventana donde uno se puede poner a leer son otros ejemplos de cómo la casa intenta que los quehaceres cotidianos se produzcan en continuidad con la naturaleza, disminuyendo la fatiga y el estrés”, asegura.
Esta atenta consideración del entorno se refleja también en la incorporación de elementos característicos de las viviendas tradicionales del Mediterráneo como los toldos o las fachadas de cal, los cuales se desarrollaron precisamente a partir de condicionantes ambientales. Para Chinchilla, es importante que el aspecto de una casa denote el lugar donde se encuentra, algo que además ayuda a trabajadores como los albañiles que, generación tras generación, llevan manipulando artesanalmente la cal en el Levante. “Nuestras costas se han llenado de casas que podrían ser escandinavas o estar en Hamburgo”, razona.
“Creo que cada lugar merece una arquitectura propia y acorde con un estilo de vida que es siempre distinto. ¿Se come igual, se tienen los mismos horarios o se hacen las mismas reuniones sociales en Manchester que en Alicante? La respuesta, claramente, es no. Cuando hacemos casas que no piensan ni aprovechan estas condiciones podemos propiciar una venta rápida, un producto conocido que a nadie choca, pero estamos contribuyendo a una insatisfacción a medio plazo y a que las culturas, las tradiciones y las artesanías locales desaparezcan”. Lo que no quita que, huyendo de pastiches, el proyecto incorpore referencias útiles de otras partes del mundo como el paisajismo mexicano (por la escasez de agua de sus jardines) o el diseño de algunas viviendas de Frank Lloyd Wright para climas cálidos. Del mismo modo, Terrazza Eco-Housing consigue algo poco común en la arquitectura de hoy: que el paisaje natural en medio del cual se levanta resulte más bello habitado que desierto.
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