Muere Jocelyn Wildenstein, conocida como ‘Catwoman’, a los 84 años por una embolia pulmonar
La ‘socialité' de origen suizo se hizo popular en Estados Unidos por su multimillonario divorcio en 1999 del comerciante de arte Alec Wildenstein y por sus extremas cirugías estéticas
Jocelyn Wildenstein (Lausana, Suiza), conocida como Catwoman (mujer felina, en español) por sus numerosas y extremas cirugías estéticas, faciales y corporales, falleció el martes 31 de diciembre de 2024, a los 84 años, por una trombosis pulmonar mientras tomaba una siesta en París (Francia), según confirmaba el miércoles 1 de enero de 2025 su pareja actual, Lloyd Klein, a AFP. La celebridad de origen suizo se hizo popular en la prensa tanto por sus operaciones como por su complicado divorcio, en 1999, de Alec Wildenstein, un multimillonario comerciante de arte, fallecido en 2008 a los 67 años. La socialité pronto se ganó el apodo de Catwoman por la forma de sus ojos, un mentón más prominente y unos pómulos exagerados, que muchos compararon con los de un gran felino.
Wildenstein, que se describía a sí misma como marchante de arte, era especialmente conocida por sus numerosas intervenciones estéticas y por las leyendas y rumores que rodearon tanto su vida como su transformación física. La más destacable es que quiso lucir como un felino a toda costa y que, para conseguirlo, se gastó millones de dólares. Sin embargo, ella concedió los días previos a su muerte varias entrevistas televisivas en Francia en las que habló sobre su sonado divorcio y sus supuestas operaciones: “Mi (ex)marido pensó que era muy buena publicidad, para difundirla durante el divorcio”, aseguró. A estas declaraciones también se unieron palabras en las que negaba que sus rasgos felinos se debieran a la cirugía plástica.
A pesar de que durante sus últimos días Wildenstein negó el motivo tras estos retoques, a lo largo de su vida ofreció declaraciones contradictorias. Durante su divorcio afirmó que se había sometido a tantos procedimientos por culpa de su marido: “Odia a la gente mayor”, afirmó en su momento. Antes, en 1998 en una entrevista con Vanity Fair, negó que sus rasgos felinos se debieran a la cirugía: “El lince tiene ojos perfectos. Si te muestro fotos de mi abuela, lo que ves son estos ojos, ojos de gato, y pómulos altos”. También le dijo a la revista que gastaba un millón de dólares cada mes para mantener su estilo de vida. Por su parte, su exmarido tenía una perspectiva diferente: “Siempre me enteraba el último. Ella pensaba que podía arreglar su rostro como un mueble. La piel no funciona así. Pero ella nunca me escuchó”, afirmó a la misma publicación.
Gracias a su boda y a su posterior separación, la conocida también por el apodo “La novia de Wildenstein” se convirtió en una de las mujeres más ricas del planeta. Tras su divorcio con el marchante de origen francés, ella percibió 2.500 millones de dólares (2.400 millones de euros al cambio actual) y 100 millones de dólares anuales (96 millones de euros), según informa People. Con la muerte de Wildenstein, la socialité obtuvo su patrimonio. Sin embargo, los Wildenstein cortaron los pagos en 2015.
Una vez finalizado el divorcio, Wildenstein intentó mantenerse alejada de los focos. “Nunca he sido pública. No es mi naturaleza”, le dijo a The Sunday Times en 2023. A pesar de estas declaraciones, la socialité, que cuenta con 1,1 millones de seguidores en Instagram, afirmó a The Times que iba a ser la protagonista de un documental y de un reality show, decisiones que tomó después de quedarse sin dinero. “Desde hace ocho años me han cortado el suministro por completo”, dijo sobre la decisión de los Wildenstein de no transferirle más dinero. En 2018, se declaró en quiebra y sus tres apartamentos de lujo en la Torre Trump de Nueva York fueron embargados. Ese mismo año, afirmó a Page Six que su riqueza desapareció porque una de las pinturas, atribuida a Diego Velázquez, que formaba parte de su fideicomiso, creado para ella en el acuerdo de divorcio, era falsa. Además, un Cézanne que esperaba vender por alrededor de 35 millones de dólares (33 millones de euros) en una subasta solo se vendió por 4.700 dólares (4.500 euros al cambio).
Desde 2003, mantenía una relación con el diseñador de moda Lloyd Klein. Una historia llena de altibajos y con denuncias por violencia y malos tratos por ambas partes. En 2016 se separaron después de que Wildenstein fuera arrestada por cortarle la cara a Klein con unas tijeras durante una pelea, mientras que el diseñador fue arrestado días después del incidente por robo y agresión después de que, supuestamente, intentase recuperar algunas de sus pertenencias del apartamento de Wildenstein. Los cargos fueron retirados en 2017, cuando se reconciliaron. Klein, durante una entrevista con Interview en 2023, dijo sobre su pareja: “Es conocida por sus cirugías, pero no sé si se la debería conocer por eso porque hizo muchas cosas increíbles en su vida. Logros muy, muy, muy importantes [destacando sus esfuerzos filantrópicos]”.
“Tuvimos una agradable hora feliz esa misma noche y nos estábamos preparando para el nuevo año, y tomamos una pequeña siesta solo para lucir bien antes de vestirnos”, ha recordado Klein en declaraciones a la revista People de sus últimas horas juntos el 31 de diciembre. “Y estábamos tomando una siesta y cuando me desperté, dije: ‘Jocelyn, tenemos que despertarnos, tenemos que vestirnos’, y ella estaba fría y muerta”. “Es muy triste. Es extremadamente triste”, señala a la publicación. “Es muy triste acostarme con tu otra mitad, a la que conozco desde hace 21 años, esperando celebrar la Nochevieja y encontrarla fría”.
Wildenstein nació como Jocelyn Périsset en Lausana (Suiza), en 1940. Y, en 1977, entró en la alta sociedad neoyorquina cuando se fugó con el que se convertiría en su marido, Wildenstein. El matrimonio tuvo dos hijos: Diane y Alec Jr. La pareja se separó en 1997, en un divorcio que generó titulares en todo el mundo y que se concretó dos años después.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.