A bombo y estilo: cómo las famosas embarazadas están cambiando la percepción social y cultural de los cuerpos gestantes
Rihanna, Hailey Bieber, Cardi B o Anabel Pantoja son solo algunas de las celebridades que exaltan sus embarazos a través de la moda y un estilo premamá que ya no tiene nada que ocultar. Un servicio de maternidad transgresor
Vía gravidez, Anabel Pantoja acaba de entrar en su era Rihanna. A bombo y platillo, literalmente, la sobrina de Isabel Pantoja está haciendo en España por la maternidad lo mismo que consiguió en su día con la joyería/bisutería fina cañí: redefinir sus patrones estéticos y cambiar la percepción social de un estilo, el premamá, que ya no tiene nada que ocultar. De hecho, ahora sirve, según se le dice, para expresar actitudes audaces y transgresoras en estos tiempos digitales de experiencias compartidas. En apenas dos meses, hemos visto a la colaboradora catódica encadenar reels, stories y portadas de revista reveladoras; el vientre creciente, la ropa menguante. Una transformación corporal, la suya, expuesta entre sujetadores de biquinis, transparencias y tops escurridos. El de flores de ganchillo naranja con cuello halter, lucido con vaquero desabrochado (la cinturilla vuelta, a lo Rosalía reguetonera), ha sido superventas en Bershka. Y el vestido bicolor de tirantes con escotazo con el que posaba en el selfi que subió a sus redes sociales el pasado jueves tiene las horas contadas en la tienda online de Dadavi Fashion, la boutique del pueblo de Arguineguín a la que es asidua desde que vive en Gran Canaria. Lo que pasa cuando eres influyente.
“El cambio en la forma en que se perciben y celebran los cuerpos de las embarazadas en la moda es, sin duda, una evolución cultural significativa. El auge de las celebridades que muestran sus barrigas con orgullo no solo es una cuestión de tendencia, sino que, además, ha logrado que resaltar el periodo de gestación resulte más aceptable que nunca”, concede Naomi Raybould, fundadora y directora de Beyond Nine, la firma británica que dio un vuelco al vestir el antes y el después del parto hace siete años.
Sin experiencia como diseñadora, esta antigua agente de marketing de la BBC decidió romper la baraja de las convenciones indumentarias ante la llegada de segundo retoño, en 2017: “Sentí que estaba perdiendo mi identidad. No me había dado cuenta de lo importante que era para mí la ropa hasta que no pude ponerme lo que quería. El mercado de moda premamá no había evolucionado en absoluto: confeccionada a bajo precio, los diseños ni siquiera estaban bien pensados”, cuenta Raybould. Que las mujeres hagan alarde desde entonces de su gravidez lo mismo en monos que en crop tops tiene mucho que ver con aquel golpe de timón.
Aunque Beyoncé ya había dado sobradas muestras de cómo lucir tripa con estilo durante la gestación de sus gemelos, en 2017, para los archivos siempre quedará 2022 como el año cero del simbólico baby bump watch, ese momento en que lucir tripa prominente dejó de ser algo embarazoso, también para el negocio del vestir. Aquella portada de Vogue en mayo, con una Rihanna embarazadísima enfundada en una malla de encaje rojo de Alaïa, lo dejó claro. “De ninguna de las maneras voy a ponerme ropa premamá”, declaraba la superestrella de Barbados. Poco antes, en marzo, había comparecido en la semana de la moda de París con un vestido transparente de Dior, con las bragas (de su propia marca, Savage x Fenty) bien visibles. “Espero que podamos redefinir lo que se considera decente para las mujeres embarazadas. Mi cuerpo está haciendo cosas increíbles y no me voy a avergonzar de ello. Esta etapa debería ser motivo de celebración, ¿por qué ocultar tu embarazo?”, reclamaba la también empresaria. Pionera del destape de buena esperanza, el ejemplo ha cundido con ella.
La modelo y activista Adwoa Aboah, con un dos piezas revelador de H&M en la pasada gala del Met; la también modelo Hailey Bieber, anunciando el advenimiento de su primer hijo luciendo un Saint Laurent; la influencer Sofia Richie, documentando barriga de marca en su Instagram (hasta mayo, cuando dio a luz a primera hija); la rapera Cardi B, que acaba de notificar que espera su tercer retoño con un vestido de escote por debajo del ombligo; la modelo y DJ murciana Sita Abellán, con la lección bien aprendida de su amiga Rihanna; la actriz Alexandra Daddario, con la camisa de Phoebe Philo desabotonada del esternón abajo para una sesión del Vogue británico; o su colega Margot Robbie, paseando en crop top blanco de Bottega Veneta por el lago Como o con un minivestido de lunares con capa de Alaïa por Wimbledon en julio...
Estas son algunas de las últimas celebridades en secundar la reclamación de sus cuerpos gestantes y demostrar que la única barrera que ha frenado el embarazo con estilo no ha sido otra cosa que el convencionalismo asociado a la moral religioso-patriarcal. “La aceptación de cómo se ven los cuerpos de las personas embarazadas, en toda su hermosa variedad, siempre ha tenido que ver con lo que la gente creía que era lo socialmente apropiado. Ahora, ver estrías, cicatrices o líneas negras al aire me emociona”, refiere Grace Kapin, fundadora junto a Courtney Klein de Storq, “una firma para mamás que no grita maternidad”.
En efecto, para la moda, evitar la palabra maternidad resulta ahora mismo crucial, al menos en términos de negocio: en las búsquedas de Lyst, la plataforma de servicios digitales de la que participa el conglomerado LVMH, ha caído un 45%, y descendiendo. No, nadie quiere volver a conjurar aquellas imágenes de Lady Di con vestidos en plan tienda de campaña y blusas campesinas que escatimaron a la vista pública su barriga embarazada, dos veces (en 2019, los tabloides británicos fueron a degüello por Meghan Markle precisamente por “hacer alarde” de la suya durante la gestación de su primer hijo, Archie).
En ese sentido, diseñadoras como Kapin hablan de una reacción social “directamente opuesta a lo que está sucedido en algunos países, como Estados Unidos, en cuanto a quién decide políticamente qué decisiones se pueden tomar sobre tener un bebé o no”. Lo del empoderamiento femenino por la exaltación del embarazo estiloso es algo que quizá no hayamos visto venir, aunque las señales llevan ahí un tiempo. En la colección de otoño/invierno 2023, Di Petsa exploraba por ejemplo el arquetipo materno con una serie de vestidos con efecto mojado —el poder de los fluidos de las personas gestantes— que acabaron luciendo la modelo Gigi Hadid o la rapera Nicki Minaj durante sus embarazos. Otras etiquetas jóvenes independientes del alcance de Collina Estrada o Jackson Wiederhoeft han hecho desfilar orgullosas barrigas embarazadas en las últimas temporadas (cierto que no es nuevo, Jean Paul Gaultier o Karl Lagerfeld en Chanel sacaron bombos a la pasarela, aunque siempre cubiertos). Incluso aquí hemos sentado precedente, con Andrés Sardá, Hannibal Laguna y Aurelia Gil eligiendo a una embarazada Neus Bermejo para lucir prendas de baño y lencería en la 76ª edición de la MBFWM, en septiembre de 2022.
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