Britney Spears zanja la última batalla legal con su padre: “Nunca se hará justicia”
Pese a que la artista quedó liberada de la tutela de su progenitor, Jamie Spears, en 2021, todavía quedaban cabos sueltos, como los altos costes del proceso legal y la garantía de que la cantante no tendrá que volver a sentarse ante un tribunal por este asunto
En 2021, la cantante Britney Spears quedó por fin libre de la tutela ejercida por su padre, Jamie Spears, durante 13 años. A sus 40 años, la intérprete de éxitos como Baby One More Time o Toxic, recuperó su autonomía para así poder volver a tomar decisiones por sí misma y sobre su fortuna, valorada en más de 60 millones de dólares (unos 52 millones de euros). La prisión en la que vivía Britney y el silencio que la rodeaba se rompieron en junio de 2021, cuando la artista relató ante un tribunal de Los Ángeles el infierno vivido bajo las órdenes de su progenitor. Unos meses más tarde, Jamie Spears dejó de controlar cada minuto y cada dólar de la vida de su hija. Pero tres años más tarde de la decisión judicial que separaba sus vidas, todavía quedaban algunos cabos sueltos, como los altos costes del proceso legal y la garantía de que la cantante no tendrá que volver a sentarse ante un tribunal por este asunto, dos temas que ya han quedado zanjados.
“Ha sido un honor y un privilegio representar, proteger y defender a Britney Spears”, declaraba Mathew Rosengart, el abogado de la artista, en un comunicado al medio estadounidense Page Six, publicado el pasado viernes. “La señora Spears es y siempre será un icono y una artista brillante y valiente de proporciones históricas. Aunque su tutela terminó en noviembre de 2021, su deseo de libertad está ahora completo. Tal y como ella deseaba, su libertad ahora incluye que no tendrá que verse involucrada en otros procesos legales sobre este asunto”. El coste de esta libertad, según apuntan varios medios, ha sido de dos millones de dólares (1,8 millones de euros) para cubrir los gastos legales de su padre.
Britney Spears, por su parte, tomó sus propias redes sociales para comentar lo sucedido. En concreto, utilizó Instagram, donde la artista tiene 42 millones de seguidores y es muy activa, aunque en estos momentos su cuenta no se encuentra disponible. “Tenía razón sobre el nervio dañado en mi espalda”, comenzaba relatando la cantante en un mensaje este domingo, “necesito acupuntura todos los días. Pensar y hablar demasiado lo hacen peor. Si la gente supiera que he tenido que arrastrarme hasta la puerta de mi propia casa en alguna ocasión...”. La artista pasaba entonces a hablar sobre su familia: “¡Mi familia me hizo daño! No ha habido justicia y probablemente nunca la habrá. La gente que se sentó y no hizo nada cuando ellos me hicieron eso durante cuatro meses estarán ahora tan tranquilos”.
“Me educaron para saber lo que está bien y lo que está mal, pero las dos personas que me educaron con esas ideas me hicieron daño”, continuaba la cantante, “soy muy afortunada por estar aquí”. La artista aseguraba que no ha tenido oportunidad de decirles estas cosas, se entiende que a sus padres, cara a cara, pero añadía que no se sentiría segura viéndolos “cara a cara”. Finalizaba diciendo: “La niña que hay en mí sabe que serán destruidos” aunque “echo de menos mi casa en Luisiana y desearía poder volver, pero se llevaron todo”.
Los seguidores de la diva del pop ya están más que acostumbrados a que Spears tome sus redes para lanzar este tipo de mensajes, más o menos crípticos, y para los que es necesario mantenerse al día en el culebrón vital de la que fuese estrella infantil. Lo que queda claro es que ella no parece del todo contenta con el resultado final, lo cual han confirmado fuentes cercanas a la artista a diversos medios estadounidenses. Además de las facturas de su padre, Spears habría gastado en torno a seis millones de dólares (5,6 millones de euros) en sus propios gastos.
En libro La mujer que soy, que llegó a las librerías el pasado 24 de octubre, Spears hablaba precisamente de los duros años de su tutela y de su compleja relación con su progenitor, que la mantenía aislada: “Me mantuvieron encerrada contra mi voluntad durante meses. No podía salir. No podía conducir. Me sacaban sangre cada semana. No podía darme un baño en privado. No podía cerrar la puerta de mi habitación”.
“Demasiado enferma para elegir novio, pero lo suficientemente sana para aparecer en televisión y para cantar ante miles de personas en distintas partes del mundo cada semana”, relataba la artista, que afirmaba que la trataban “como a una ladrona de bancos”, poniendo su vida “patas arriba”. La cantante siempre ha acusado a su padre de querer lucrarse a toda costa gracias a ella. “Desde entonces empecé a pensar que vio que había venido a este mundo sin otra razón que ayudarle a conseguir dinero”, llegó a afirmar en su autobiografía. La fortuna de la artista se estima en alrededor de 60 millones de dólares, aunque ha asegurado que su padre se quedó con alrededor del 10% de la misma, algo por lo que, hace un tiempo, pretendía llevarle a los tribunales. En su libro, afirmaba también que sigue teniendo secuelas físicas y mentales de aquella larga época. “No creo que mi familia comprenda el daño que me causaron”, escribió, lo cual podría estar relacionado con el daño que ahora asegura sufrir en la espalda.
Además de su biografía, desde que consiguiese su libertad, la cantante, que ahora tiene 42 años, ha publicado dos canciones: Hold Me Closer, en 2022, junto Elton John, y Mind Your Business, junto a Will.i.am, en 2023, un tema que originalmente iba a publicarse en su álbum de 2013 Britney Jean.
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