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De cómo Michelle Williams se convirtió en la voz perfecta para narrar el drama de Britney Spears

La actriz de ‘Brokeback Mountain’ toma durante cinco horas y media la voz de la artista para relatar las penurias que cuenta en su libro, ‘La mujer que soy’, en un alabado papel por el que muchos piden un reconocimiento

Michelle Williams
La portada del libro autobiográfico de Britney Spears, 'The Woman In Me' (Gallery Books, 2023) y Michelle Williams en una composición fotográfica.AP
María Porcel

Son 288 las páginas exactas que tienen las memorias de Britney Spears, publicadas el martes en Estados Unidos (The Woman in Me, Gallery Books) y el jueves en el mundo hispanohablante (La mujer que soy, Plaza y Janés). Y cinco horas y 31 minutos la duración exacta de su audiolibro. Si las revelaciones sobre su padre, sus anteriores parejas, su carrera, sus hijos... han quedado negro sobre blanco en los millones de libros vendidos esta semana, también han quedado grabados en su audiolibro. Pero sorprendentemente, la conocida voz de la artista de 41 años solo está presente en la dedicatoria (“A mis chicos, que son el amor de mi vida”) y en las 163 palabras del prólogo. En total, un minuto y 25 segundos. El resto lo deja en la voz de la actriz Michelle Williams. Ella, que busca recuperar su propia voz, ha cedido cedérsela a la intérprete, que ha aceptado el encargo en dos movimientos muy inteligentes por ambas partes.

El llamativo aterrizaje de la actriz, cinco veces nominada al Oscar (y hasta ahora nunca ganadora), fue muy aplaudido al anunciarse, pero esta semana su narración se ha convertido en un éxito en internet y en un inesperado paso adelante en la propia carrera de Williams. “Merece otra nominación”, se escucha en la red. La intérprete logra darle un empaque y una fuerza a las palabras de Spears que probablemente no hubieran tenido en su propia voz.

Era demasiado doloroso. Demasiado duro para Spears sentarse a repasar y escribir su historia para, una vez en orden, tener que volver a contarla en palabras. Ella misma lo dice en el arranque: “Este libro ha sido un trabajo de amor y con él han venido muchas emociones”, afirma. “Revivir todo esto que estás a punto de escuchar ha sido emocionante, desgarrador y emotivo, por decirlo suavemente. Por estas razones, solo leeré una pequeña parte de mi audiolibro. Estoy muy agradecida a la increíble Michelle Williams por leer el resto, y a ti, por escucharlo”. Las únicas palabras que Williams ha dicho al respecto han sido cuatro: “Estoy junto a Britney”.

Britney Spears y Justin Timberlake, en los American Music Awards de 2001.
Britney Spears y Justin Timberlake, en los American Music Awards de 2001.Getty Images

No se ha hecho público cómo ha sido el acuerdo entre Spears y Williams. Si la primera escogió a la segunda, si fue una decisión editorial aceptada de buen grado por ambas partes, si fue unilateral. Tampoco se sabe cuál es el estipendio de Williams. Los narradores suelen tener un ingreso fijo por el audiolibro, y no royalties, derechos de autor por las ventas. No se sabe cuánto ha cobrado la intérprete, pero la prensa estadounidense habla de que Spears ha ingresado entre 12 y 15 millones de dólares por el adelanto, y un generosísimo 25% por cada libro (en el sector, un 10% ya es una buena cifra).

Más allá de los ingresos que haya supuesto para Williams la autobiografía, sí que le ha dado una nueva perspectiva a su carrera. Primero, porque su figura le da empaque a la historia de Spears, al ser narrada por una voz actoral autorizada. Segundo, por su apoyo público y claro a una estrella que no pasa sus mejores momentos en cuanto a crítica: sin lanzar música desde hace años, sin vocación a la vista y cuyas únicas apariciones son una serie de inquietantes vídeos y escritos en redes sociales. Tercero, porque su narración es brillante. Cuenta con delicadeza y fuerza los lamentos de Spears, con anécdotas como que Madonna se convirtió en su mentora o que su padre le prohibía comer hamburguesas —solo pollo y verduras enlatadas—, que ella le pedía al mayordomo de tapadillo. Pero también su aborto obligado por Justin Timberlake y cómo este la dejó por SMS, la tristeza de su depresión posparto e incluso el desasosiego de la libertad recuperada. Su fina interpretación de Timberlake en un episodio en el que Spears le recuerda imitando al rapero Ginuwine, y que ella salva más que dignamente, le está valiendo aplausos y propuestas de nominación al Grammy como mejor narradora.

Heath Ledger y Michelle Williams, en la alfombra roja de 'Brokeback Mountain', en Toronto (Canadá), el 10 de septiembre de 2005.
Heath Ledger y Michelle Williams, en la alfombra roja de 'Brokeback Mountain', en Toronto (Canadá), el 10 de septiembre de 2005.Donald Weber (Getty Images)

Y cuarto, porque las vidas de Spears y Williams no son tan distintas entre sí. Simplemente han decidido, o han podido, gestionarlas de manera diferente. Williams, 15 meses mayor que Spears, también fue una joven estrella infantil, pero en vez de empezar su carrera en el Club de Mickey Mouse, como la cantante, lo hizo en capítulos de Los vigilantes de la playa o Lassie, además de, por supuesto, en el culebrón adolescente Dawson Crece, para después desarrollar una carrera de triunfos gracias a sus interpretaciones en Brokeback Mountain, Mi semana con Marilyn y Mánchester junto al mar. Ha estado casada en dos ocasiones y tiene tres hijos, y también sus relaciones y sus retoños la han posicionado en el centro de las miradas. Matilda, su hija mayor, que este sábado alcanza la mayoría de edad, nació de su relación con su prometido, el fallecido Heath Ledger, con quien había cortado apenas cuatro meses antes de su muerte. Durante apenas un año, entre 2018 y 2019 estuvo casada con el músico Phil Everum, y en 2020 se casó con su actual marido, el director Thomas Kail, con quien tiene dos hijos, Hart, de tres años, y un bebé de 11 meses.

Heath Ledger murió en enero de 2008. El mismo mes en el que Spears fue hospitalizada por sus primeros problemas de salud mental conocidos, que la llevaron a la custodia por parte de su padre. Hace 15 años, las dos estrellas eran escrutadas por su dolor. Williams consiguió salir de él despacio y con las cámaras observándola, pero a un lado. Spears está empezando a hacerlo ahora, con los focos siempre apuntándola. También ahora, cuando quiere conjurar sus demonios y dejar su antigua vida del todo atrás, y recuperar su voz. Mientras tanto, Williams le prestará la suya.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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