Oprah Winfrey regresa a la televisión con un polémico especial sobre el peso: “Burlarse de mí fue el deporte nacional”
La empresaria presentó un programa que levantó suspicacias al hablar de obesidad, dietas y de los nuevos fármacos para adelgazar, que antes criticó y ahora, con prudencia, abraza: “Dejemos de avergonzar a otros por tener sobrepeso o por cómo eligen perder peso o no peso”
Hace años que Oprah Winfrey dejó de ser la reina de las mañanas en la televisión estadounidense. En mayo de 2011 y tras un cuarto de siglo se despidió de sus millones de espectadores para dedicarse a otras tareas, entre ellas un nuevo canal de televisión y un imperio mediático con revistas, producciones cinematográficas (como la reciente de El color púrpura) y clubes de lectura. Ella solo vuelve a la televisión a lo grande, como cuando entrevistó a Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, duques de Sussex, hace tres años... o como hizo este lunes 18 de marzo por la noche, para hablar de ella misma y de una preocupación creciente para la población de EE UU: el peso. Más del 40% de los adultos del país padecen obesidad, y para finales de esta década serán la mitad. La preocupación de Winfrey por el peso, por el suyo y el de sus conciudadanos, la ha colocado en la franja horaria estrella con un programa especial para hablar del asunto que ha levantado aplausos pero también suspicacias.
A las ocho en punto de la tarde Winfrey, de 70 años, aparecía ante los espectadores de la cadena en abierto ABC —que aguardaban la llegada de un nuevo capítulo de uno de los grandes reality shows del país, The Bachelor, que se retrasó hasta las nueve— con un especial llamado Shame, Blame and the Weight Loss Revolution (Vergüenza, culpa y la revolución de la pérdida de peso). Además de entrevistar a varios invitados que habían cogido o soltado kilos, también habló de su propio viaje. Su peso ha marcado toda su carrera, siempre ha hablado acerca del asunto, explicando la importancia que tenía para ella y cambiando su visión con los tiempos: de una cuestión puramente estética (en 2008 se lamentaba por haber superado los 90 kilos, y explicaba que se sentía “como una vaca gorda” y que no quería que le sacaran fotos de cuerpo entero) a una cuestión de salud, mental e incluso “cerebral”, como lo denomina ahora.
Oprah Winfrey volvió a ser la presentadora que tantos recordaban, juntando en su plató historias personales, entrevistas a expertos y hablando, también, de su propio sufrimiento: “Durante 25 años, burlarse de mi peso fue el deporte nacional”. “Quería hacer este especial para las más de 100 millones de personas en EE UU y para las 1.000 millones en el mundo que sufren obesidad. Quizá eres tú o quizá alguien a quien amas”, afirmaba. El hecho de que regrese a la televisión para hablar de este asunto en particular demuestra la importancia que el peso y sus oscilaciones tienen para la multimillonaria empresaria. Pero también, para algunos, es una forma de justificar sus acciones, puesto que ahora ha empezado a usar fármacos para lograr perder peso, aunque hace tiempo renegó de ellos públicamente, calificándolos como “la salida fácil”.
Hoy su punto de vista es otro. “A lo largo de mi vida jamás soñé que hablaríamos de medicamentos que le darían esperanza a personas que, como yo, llevan años luchando contra el sobrepeso o la obesidad. Saco esta conversación con la esperanza de que podamos empezar a liberarnos del estigma, de la vergüenza y de los juicios, que dejemos de avergonzar a otras personas por tener sobrepeso o por cómo eligen perder o no perder peso. Y, lo más importante, que dejemos de avergonzarnos a nosotros mismos”. Ella misma, al borde del llanto, reconoció que le costó entender que la obesidad era una enfermedad y que al comprenderlo sintió un verdadero alivio: “No puedo explicar la de veces que me he culpado a mí misma. Piensas que soy lo suficientemente lista como para comprenderlo y después de escuchar una y otra vez que es por ti, luchas contra tu cerebro”. Además, también defendió y dio reconocimiento a quienes se sienten “sanos y felices” sin ser delgados, a quienes solo practican ejercicio y dieta para perder peso y a quienes usan medicación específica: “Hay hueco para todos los puntos de vista. Dejemos de avergonzar y culpar. No hay lugar para ello”.
“No sé si hay otra persona cuya lucha contra su peso haya sido tan seguida y explotada como la mía”, contaba en un reciente evento en Nueva York. El pasado mes de diciembre, Winfrey habló en una larga entrevista con la revista People acerca de su camino para adelgazar y estar más sana: con caminatas diarias de entre cinco y ocho kilómetros, bebiendo alrededor de cuatro litros de agua al día, cenando no más tarde de las cuatro y, como ha reconocido, con medicación que la ayuda. Es decir, que ha empezado a usar alguno de los nuevos fármacos de reducción de peso, como Ozempic (de Novo Nordisk), aunque no especificó la marca —este mismo lunes, precisamente hablando acerca del especial de Winfrey, Whoopi Goldberg, buena amiga suya, ha dado a conocer que usa Mounjaro, superventas de la farmacéutica Lily— ni si es algo puntual o sigue en tratamiento. “No es una sola cosa, son muchas”, afirmó Winfrey el lunes por la noche, en su intento por dejar de lado el estigma que persigue tanto a los fármacos como a hablar de las dietas.
Durante años, Winfrey se ha mostrado abierta acerca de su físico y ha intentado ayudar a quienes también sufren por ello, entre otros participando activamente en empresas del ramo, como WeightWatchers, un sistema de adelgazamiento muy popular en EE UU y en otros países, donde a menudo se la conoce como dieta de los puntos (puesto que cada alimento tiene asignada una puntuación). En 2015 compró el 10% de la empresa y ahora, casi una década después, se ha desprendido de esas acciones, que ha donado al Museo Nacional de Historia Afroamericana. También ha decidido no seguir ocupando un cargo en el consejo de la empresa. La semana pasada explicó en el programa nocturno de Jimmy Kimmel que precisamente su regreso a la televisión tenía que ver con todo ello. “Este especial es realmente importante para mí y deseo poder hablar de lo que quiera. Y WeightWatchers ahora está en el negocio de convertirse en una empresa de salud y peso que también administra medicamentos para ello. No quería que pareciera que hay un conflicto de intereses”. En 2023 WeightWatchers compró un servicio de salud telemático llamado Sequence, en el que se incluyen recetas de medicamentos, y que ha hecho crecer sus suscriptores aunque, por ahora, no sus ingresos.
Por el momento, parece que este programa de Winfrey es algo único, un retorno televisivo puntual para charlar de un tema que lleva siendo central en su vida desde hace décadas y del que ha ido aprendiendo y cambiando su opinión. Con una fortuna estimada de unos 2.800 millones de dólares (casi 2.600 millones de euros), no necesita volver a hacer programas. Además, no a todos les ha gustado su intervención. El cambio de horario de The Bachelor indignó a muchos espectadores. Algunos de ellos acusaron a la presentadora de colarse en el prime time para emitir “un anuncio largo encubierto de Ozempic” o “un anuncio de compañías farmacéuticas”.
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