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Jared Leto y su difícil infancia: “Sabía cuál era el olor de la marihuana cuando tan solo era un niño”

Su padre le abandonó de bebé y después se suicidó, y su madre apenas llegaba a final de mes. Criado en una comuna, la adolescencia del actor y músico también estuvo marcada por las drogas

Jared Leto
Jared Leto, en la alfombra del evento Vogue World, el 14 de septiembre de 2023 en Londres.HOLLIE ADAMS (REUTERS)

Las apariciones de Jared Leto no tienen nunca desperdicio. Ya sea por sus elecciones estilísticas para alfombras rojas o por sus comentarios en redes sociales (algunos con cierta polémica, como cuando dijo no haberse enterado de la pandemia por estar de retiro espiritual), el actor y músico de 51 años nunca pasa desapercibido. Esta vez ha sido durante la presentación para Apple Music de su sexto álbum de estudio con su grupo de rock, Thirty Second To Mars, en la que ha mostrado una faceta más íntima de su vida, especialmente de su infancia, de la que no suele hablar. El artista ha confesado los detalles que le llevaron a comenzar a consumir drogas, y los acontecimientos que precipitaron su adicción y su posterior desintoxicación. “Crecí en un ambiente donde había drogas. Sabía cuál era el olor de la marihuana cuando era muy muy niño”, ha revelado el músico de composiciones como Closer to Edge. “Recuerdo caminar junto a algunos árboles, como arbustos o algo así cuando era un niño, tal vez de cuarto grado. Y decirles a los otros niños: ‘Oh, alguien está fumando marihuana allí’. Ellos decían: ‘¿Qué quieres decir? ¿Qué es la marihuana?’. No sabían qué era esa especia en particular. Pero para nosotros era bastante normal”, recuerda la estrella de películas como Escuadrón suicida o La casa Gucci.

“Siempre estuve interesado en las drogas. Siempre estuve interesado en la experiencia. Estaba interesado en correr algún riesgo, sí”. Estas son las declaraciones con las que el artista inicia la entrevista, en la que también habla de cómo vivía fascinado por los estupefacientes desde que los consumió por primera vez cuando era joven. “Tuve un momento de claridad. Una epifanía. Había dos caminos que podía tomar en la vida. Tuve amigos muy cercanos que no lo tomaron. Ya no están aquí”, dice sobre el momento en el que decidió dejar de consumir drogas.

Leto ya habló sobre sus adicciones con la revista Rolling Stone en 2016: “¿Mi experiencia con las drogas?”, se preguntaba, “muchos momentos fueron realmente divertidos”. “Solo hay unos pocos que tienden a darte una patada en el trasero. Supongo que en algún momento también hay una decisión: ¿esta será mi vida? Tomé la decisión de perseguir otros sueños”. Fue en esa entrevista cuando el artista aseguró estar orgulloso de su presente: “Algunas drogas son increíbles, pero la relación riesgo versus recompensa está fuera de lugar. Vi demasiados ejemplos de lo que no se debe hacer”. “¿Jugó a algún deporte en el instituto?”, le preguntaba el periodista. “Estaba demasiado ocupado tomando drogas, que era una especie de deporte”. Desde que comenzó a dar entrevistas, siempre ha sido algo vago sobre dar detalles sobre su infancia: “He mentido mucho sobre eso, ya no sé qué es la verdad”, le contaba a Brian Hiatt.

En su nueva entrevista, publicada el jueves 14 de septiembre, Jared Leto deja entrever de nuevo esa complicada infancia de la que dio algunas pinceladas cuando en 2014 se hizo con el premio Oscar por su papel en Dallas Buyers Club al encarnar una mujer transexual con VIH. En su discurso de agradecimiento por la estatuilla, emocionó al público al recordar la influencia de su madre a lo largo de su vida. “En 1971, en Luisiana, una adolescente estaba embarazada y había abandonado la secundaria. Era una madre soltera, pero de una forma u otra consiguió una mejor vida para ella y sus hijos. Esa chica es mi madre y está aquí esta noche. Te amo y gracias por enseñarme a soñar”, dijo.

El actor y músico recibió su educación en una comuna hippy; “era la década de 1970, la época del artista y el hippie, y mi exposición a eso me marcó de una manera muy profunda”, contó en el pasado. “No tenía ningún concepto de la palabra fama; o una noción de éxito o dinero. Crecimos muy pobres, por lo que nuestro mundo no estaba ni cerca de ese tipo de cosas”, decía en 2013. Su padre, Anthony Bryans, le abandonó de bebé y se suicidó cuando él apenas tenía ocho años. Cambió de colegio y de Estado en múltiples ocasiones, al depender principalmente de las ayudas sociales. Su hogar fue durante muchos años un coche, pero gracias al esfuerzo de su progenitora logró llegar a lo más alto: “Mi madre salió arrastrándose de las orillas embarradas de Mississippi con un puñado de cupones de alimentos en una mano y dos niños en la otra, con la misión de mejorar su vida y la de sus hijos”, compartió en un vídeo en sus redes sociales en ocasión del Día de la Madre. De hecho, de joven solo contemplaba dos opciones profesionales en su futuro: artista o vendedor de drogas. Y, tal como pronosticaba, así fue (en ambos casos). Y es que su adolescencia fue también económicamente complicada, pues con 16 años comenzó a trabajar limpiado un cine, del que le despidieron “por vender drogas en la puerta de atrás”, tal como confirmó en una entrevista con la periodista Ellen DeGeneres. También hizo algunos robos menores —aunque nunca le pillaron—, y tal vez algo peor: en la entrevista con Rolling Stone contaba que fue arrestado varias veces e insinuó un incidente “que involucró un arma y algo de cocaína”.

El nuevo álbum de su banda está disponible a partir de este viernes en todas las plataformas. Un disco que califica como “un nuevo comienzo” para él y su banda, que lleva cinco años desaparecida de los focos. “Trabajamos en una canción durante tres años y se acaba en tres minutos”, concluía en su entrevista con Apple Music.

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