Marivent se viste de fiesta para celebrar los 50 años de veranos reales en Mallorca
Felipe VI y doña Letizia, acompañados por la reina Sofía, reciben a más de 500 invitados en la tradicional recepción a la sociedad civil balear que se cita, por segundo año consecutivo, en el palacio de Marivent
Al pie de la cuesta que lleva al edificio central del complejo de Marivent, los reyes Felipe VI y Letizia, acompañados de la reina Sofía, han recibido este jueves, uno a uno, a unos 500 invitados que han disfrutado de la cena que cada año la Familia Real ofrece a los principales representantes de la sociedad civil y política de las Islas Baleares. Por segundo año consecutivo, los Reyes han organizado la recepción en la explanada exterior del imponente palacio, un lugar rodeado de bosque y jardines y abrigado en la fachada del edificio principal que siempre permanece cerrado a la ciudadanía.
Un escenario oculto a la vista que solo se fotografía cuando Felipe VI recibe al presidente del Gobierno en el despacho extraordinario de verano. Los Reyes han vuelto a abrir las puertas de Marivent cuando se cumplen 50 años de veraneos de la familia real en Mallorca, en unas vacaciones en las que todavía no se había producido ninguna instantánea en este complejo que poco a poco ha ido tomando relevancia en detrimento del palacio de La Almudaina, habitual y anterior escenario de esta recepción.
A las ocho y media de la tarde, en un día de elevadas temperaturas aliviadas por el viento, los Reyes y la reina Sofía han recibido a los asistentes a la cita al pie de la explanada de acceso al edificio central del complejo. Los invitados han sido trasladados hasta la residencia real en autobuses desde la cercana base naval de Porto Pi, donde estaban autorizados a dejar sus vehículos. Al bajar de las lanzaderas han recorrido un pequeño camino para estrechar la mano de los monarcas, que les esperaban al pie de la imponente edificación de piedra. La etiqueta impuesta por la Casa Real exigía traje oscuro para los hombres y vestido corto para las mujeres. Se han podido ver tacones altos, trajes de chaqueta, de gala, atuendos oficiales y peinados de ceremonia en una especie de desfile para saludar a los anfitriones.
En la cena de este año se han estrenado las nuevas autoridades de Baleares elegidas en las pasadas elecciones de mayo. La presidenta del Gobierno de las islas, Marga Prohens, del PP, que ha acudido acompañada por su marido, el teniente de alcalde de Palma, Javier Bonet. Nuevos consejeros del Gobierno regional, alcaldes y concejales del Ayuntamiento de Palma, también los diputados y senadores. A los representantes políticos se sumaban invitados del mundo sindical, empresarial y del ámbito económico. También expresidentes, como José Ramón Bauzá, ahora eurodiputado de Ciudadanos; el expresidente del Parlamento autonómico, Pere Rotger; o la delegada del Gobierno en las islas, Aina Calvo. Entre los representantes del mundo económico, el CEO y presidente de Melià Hotels International, Gabriel Escarrer.
Como cada año, los Reyes también han invitado a los jóvenes que obtienen las mejores notas en las pruebas de la PBAU y a los ganadores de los Premios Ramón Llull y de las Medallas de Oro de la Comunidad y miembros del mundo de la arquitectura, el ámbito científico y colectivos sociales. También estaban representados el mundo de la música, el cine, las artes, la moda, como el diseñador Pablo Erroz; y el deporte, con la asistencia este año del Palma Futsal, equipo campeón de la UEFA Champions League de Fútbol Sala.
Este año, el catering ha corrido a cargo de la chef Macarena de Castro, que ya se hizo cargo de la cena en la edición de 2017 y que para esta ocasión ha confeccionado el menú junto a su hermano Dani. Cocinera con estrella Michelin en el restaurante que lleva su nombre en el puerto de Alcúdia, la mallorquina tiene otro conocido local en el centro de Palma, en el que utiliza el producto local, de temporada y proximidad en sus elaboraciones, que se han visto reflejadas en los platos servidos
La pandemia obligó a cambiar el escenario de la recepción que tradicionalmente se realizaba en el salón gótico del céntrico palacio de La Almudaina de Palma, un espacio enorme pero cerrado, que el año pasado fue descartado para acoger una reunión con centenares de personas con los casos de coronavirus aún en el foco. Los Reyes decidieron trasladar el acto a Marivent, donde la amplitud del espacio, al aire libre y rodeado de un bosque de pinos, permite a los monarcas interactuar con los asistentes que se concentran en grupos a lo largo y ancho del recinto.
Este encuentro anual de los Reyes con la sociedad civil de las islas marcó un punto de inflexión de los monarcas con respecto al reinado de Juan Carlos y Sofía, que organizaban una cena de gala protocolaria en el palacio con las principales autoridades políticas y militares de las islas. Un acto encorsetado del que apenas se podían realizar unas cuantas fotografías y que Felipe VI y Letizia decidieron cambiar en 2014 por un acercamiento a los numerosos representantes sociales, con los que interactúan a lo largo de la noche, interesándose por sus iniciativas, intercambiando opiniones y haciéndose fotografías.
Como cada año, hay cargos políticos que renuncian a acudir a la recepción: los representantes de Més, partido de izquierda nacionalista, y Unidas Podemos, en distintas instituciones, han rechazado la invitación. Un grupo de ciudadanos se ha vuelto a concentrar a las puertas del palacio poco antes de la cita para protestar por la presencia de los Reyes. La líder de Més en Palma, Neus Truyol, rechazó la invitación desde su “profunda convicción republicana” al considerar que un jefe del Estado “elegido por genética y no por voluntad popular” no es aceptable. “Luchamos por una sociedad sin privilegios ni corruptelas, Marivent para el pueblo” explicó en su cuenta de Twitter.
Los Reyes continúan estos días su estancia en las islas. Está previsto que Felipe VI prosiga su participación en la Copa del Rey de Vela y presida la entrega de premios que se realizará el sábado por la noche en el recinto de Ses Voltes, a los pies de la catedral. No hay más actos oficiales en la agenda, aunque este año la familia se ha dejado retratar visitando los jardines de Alfàbia. Se trata de una finca privada que recorrieron durante una hora con la presencia de la princesa Leonor y la infanta Sofía, a las que no se ha vuelto a fotografiar en la isla y que suelen aprovechar para salir con sus padres a cenar en algún restaurante de Palma o acudir a algún evento cultural. Los Reyes podrían poner rumbo a un destino privado, como acostumbran a hacer cuando finalizan su estancia en las islas, y aprovechar los días que quedan hasta que la princesa Leonor ingrese en la academia militar de Zaragoza, el próximo 17 de agosto.
