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El Palma Futsal hace historia y gana la Champions

El equipo español derrota al Sporting en los penaltis (5-3) tras un empate a uno y en una épica final

Champions Futbol sala
Los jugadores del Palma tras ganar al Sporting de Lisboa en la final de la Liga de Campeones de fútbol sala en el Palma Arena este domingo.Cati Cladera (EFE)
Rafael Pineda

El Palma, un pequeño club de fútbol sala, hizo historia y logró alzarse con el triunfo en la Champions derrotando al Sporting de Portugal en los penaltis y después de toda una lección de supervivencia. Una página muy bella la escrita por el conjunto balear, que ganó la competición más importante de Europa en su primera participación y ante un gigante como el equipo luso, finalista en seis de las siete últimas ediciones. Se trató, sin duda, de una gesta del Palma, conducido de manera casi familiar, un auténtico invitado en el selecto club de los grandes de Europa del fútbol sala. En los penaltis, el Sporting decidió jugar con su portero suplente, Bernardo Paço. Los españoles anotaron sus cinco lanzamientos y alcanzaron la gloria.

Las grandes gestas necesitan actos valientes, movimientos que superen lo previsible y sean capaces de alterar lo habitual. La alteración del orden establecido, en definitiva, llegó en una acción de mucha brillantez del portero del Palma, el brasileño Muller. Corría el minuto 14 y la final de la Champions de fútbol sala se movía en medio de una extrema igualdad. Hasta que Muller, el portero, decidió pasar el centro del campo, internarse en el área del Sporting, un gran equipo, y ceder en su caída al veterano Rivillos, quien le pegó con el alma con la pierna izquierda para colar el balón por la escuadra.

En medio de un ambiente impresionante, en el Velòdrom Illes Balears, se empezaba a gestar una bonita historia, tan propia del deporte como es la plasmación de la sorpresa con el triunfo del aspirante ante el favorito. No fue fácil porque de inmediato, tras el gol de Rivillos, el Sporting fue una auténtica apisonadora. Pero Muller, ahora, ya no daba asistencias de gol. Se convirtió en un muro ante los disparos continuos de los jugadores del conjunto portugués, donde destacaban figuras como Merlim, Zicky o Varela. Zicky, que jugó con un fuerte vendaje en la pierna izquierda, tuvo el gol en sus pies en la última jugada de la primera mitad. Muller se jugó la cara para despejar con el rostro cuando el gol del empate parecía inmediato. Fue un partido heroico, en el que cada atajada, cada corte de balón y cada parada se celebraban como si fuera un gol a medida que los portugueses se desesperaban.

El Palma aguantó con mucha fe en la segunda mitad. El dominio del Sporting comenzó a ser asfixiante. Los portugueses lanzaron dos balones a los palos y demostraron su potencial con un ataque sin tregua sobre la meta española. El Palma intentó algún contragolpe, pero el peso del choque era luso. Incluso tocado, Vicky se sacó un gol de tacón para establecer el empate en el marcador. Pudo ser peor.

En plena oleada del Sporting, Solokov hizo el segundo, aunque los españoles pidieron la revisión de la jugada y los árbitros, después de ver la acción en el monitor, anularon el tanto del ruso del Sporting por un agarrón. Tocaba aguantar como se pudiera en busca, al menos, de la prórroga. Sin embargo, el que la tuvo fue el Palma. Chaguinha lanzó desde lejos a puerta vacía y el balón fue al palo. Era el minuto 37. Llegó la prórroga y luego la gloria de los penaltis.

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