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Alan Cumming renuncia a su distinción como Oficial de la Orden del Imperio Británico por el papel de la monarquía en el colonialismo

El actor escocés ha explicado su decisión en Instagram junto a un largo texto en el que reflexiona “sobre la forma en la que el Imperio Británico se benefició a costa (y de la muerte) de los pueblos indígenas”

Alan Cumming
El actor Alan Cumming, en una gala benéfica celebrada en Nueva York en febrero de 2017.Cordon Press
El País

Alan Cumming se ha hecho un extraño regalo de cumpleaños. El actor ha anunciado en su perfil de Instagram que renuncia a su distinción como Oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE, por sus siglas en inglés, donde se utilizan de manera común) que le fue concedida en 2009. “Hoy cumplo 58 años y quiero contaros algo que he hecho recientemente por mí mismo. He renunciado a mi OBE”, ha escrito. Lo hace, ha explicado, después de una profunda reflexión que empezó el pasado mes de septiembre. “La muerte de la reina [Isabel II] y las conversaciones que siguieron sobre el papel de la monarquía y, en especial, sobre la forma en la que el Imperio Británico se benefició a costa (y de la muerte) de los pueblos indígenas de todo el mundo me abrieron los ojos”, ha sentenciado.

Cumming, que tiene doble nacionalidad escocesa y estadounidense, es un rostro popular en el cine y la televisión. Aunque no ha llegado a protagonizar muchas películas, ha tenido papeles en sagas muy populares como James Bond, X Men y Spy Kids. También participó en la serie The Good Wife, gracias a cuyo papel de Eli Gold fue nominado al Emmy en tres ocasiones. Ha sido esta carrera sólida y prolongada, unida a su activismo en la defensa de los derechos civiles del colectivo LGTBI, lo que hizo que se le concediera esa distinción por parte de la corona. “Estoy realmente sorprendido y encantado de recibir este honor. Estoy especialmente contento de que me honren tanto por mi activismo como por mi trabajo”, dijo entonces el actor. Sin embargo, su opinión ha cambiado en estos 14 años.

“El gran bien que el premio aportó a la causa LGBTQ+ en 2009 es ahora menos potente que los recelos que me produce que se me asocie con la toxicidad del imperio”, ha explicado el actor. Entonces Cumming acababa de conseguir la nacionalidad estadounidense. Se volcó en luchar contra algunos proyectos de ley homófobos, como la Ley de Defensa del Matrimonio, que impedía el reconocimiento federal de los matrimonios entre personas del mismo sexo, o la política de “No preguntes, no respondas” (“don’t ask don’t tell”), que prohibía servir en el ejército a personas abiertamente gais, lesbianas o bisexuales.

La renuncia de Cumming se lee dentro de un proceso más amplio, una reflexión colectiva sobre el papel de la corona y su relación con el pasado imperialista de Gran Bretaña, que se ha abierto a raíz de la muerte de Isabel II. Cuando fue coronada, en 1953, heredó un imperio en descomposición, pero consiguió mantener una unidad formal bajo la ambigua estructura de la Commonwealth. Felipe de Edimburgo llegó a decir que su esposa no ejercía tanto como reina en esta Mancomunidad de Naciones, sino como “psicoterapeuta”.

El caso británico tampoco es excepcional. Otras casas reales europeas, como la de Holanda, se están enfrentando a su pasado colonial. La presentación de la princesa Amalia de Países Bajos en su visita oficial al Caribe estos días puede leerse en este contexto.

La Orden del Imperio Británico es una asociación de caballería británica. Fue creada en 1917 por el rey Jorge V y comprende cinco clases en las divisiones civil y militar. Están los miembros, los oficiales (rango al que pertenecía Cumming), los comendadores, los caballeros o damas comendadores y la Gran Cruz de Caballero o Dama. Entre sus miembros hay cantantes como Adele, Kylie Minogue o M.I.A., escritores como Salman Rushdie, actrices y actores como Emma Thompson, Ewan McGregor, Kate Winslet o Benedict Cumberbatch, diseñadores como Victoria Beckham o Ralph Lauren, deportistas como Lewis Hamilton o el futbolista Pelé, empresarios como Ana Botín o incluso políticos como Esperanza Aguirre.

Cumming no es el único famoso que ha dado marcha atrás con sus honores. En 1969, John Lennon devolvió su distinción como miembro de la Orden del Imperio Británico, entre otros asuntos, por el apoyo de Inglaterra a la guerra de Vietnam. Más recientemente, el actor galés Michael Sheen devolvió su OBE, concedido en 2009, tras leer acerca de la historia de Gales y su relación con el Imperio británico. Ahora Cumming puede disfrutar de otra reinvención. Como ha dicho al despedirse de su puesto: “Ahora vuelvo a ser el viejo Alan Cumming. Feliz cumpleaños”.

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