El ‘obispo ostentoso’, amigo del alcalde Adams, detenido por presunta estafa y extorsión en Nueva York
Lamor Whitehead está acusado de quedarse con 90.000 dólares de una feligresa y de amenazar a un empresario para conseguir más dinero
El pastor Lamor Whitehead, que bien podría llamarse Glamour en vez de Lamor por su afición al lujo y a las grandes marcas, ha sido detenido este lunes por estafar a una de las feligresas de su congregación y por extorsión a un empresario. El clérigo, de 45 años, adquirió notoriedad en julio tras denunciar un robo de más de un millón de dólares en joyas en pleno sermón dominical. El detenido es, además, muy amigo del alcalde de la ciudad, Eric Adams, en el disparadero últimamente por frecuentar compañías un tanto dudosas, como la de los dos hermanos propietarios de uno de los restaurantes favoritos del regidor, en Manhattan, bajo sospecha por irregularidades contables y fiscales.
Los cargos que han provocado la detención de Whitehead, expresidiario liberado por buena conducta que viste siempre alicatado de marcas de lujo y despliega un estilo de vida que podría definirse como bling bling -el paradigma del brillo hortera-, son una acusación federal de estafa de 90.000 dólares a una de sus feligresas, que los había ahorrado para su jubilación. En el caso de extorsión, Whitehead supuestamente recurrió a la fuerza como amenaza para sacarle 5.000 dólares a un empresario del Bronx, no sin prometer a su víctima que podría “lograr favores del Gobierno de la ciudad de Nueva York” si, además, le daba medio millón de dólares, así como una participación en ciertas operaciones inmobiliarias. La acusación subraya el dolo en el engaño, al ser muy consciente Whitehead de que “no tenía ninguna capacidad para obtener tales favores” de la alcaldía. Cada una de las acusaciones puede reportarle 20 años de cárcel.
En un comunicado difundido por su oficina, Adams ha calificado de “perturbadores” los cargos contra Whitehead, subrayando que es merecedor de la presunción de inocencia. “Llevo décadas haciendo cumplir la ley y espero que todo el mundo la cumpla”, ha dicho el alcalde, antiguo policía que trabó amistad con Whitehead en 2013, al salir este de la cárcel, donde purgaba una condena por suplantación de identidad y robo. “También he dedicado mi vida a ayudar a personas con pasados problemáticos [como Whitehead]. Aunque estas acusaciones son preocupantes, no haré más comentarios hasta que el proceso finalice”. Tras la lectura de los cargos, en la que el pastor se declaró no culpable, fue puesto en libertad esta tarde bajo fianza de 500.000 dólares, según los medios locales.
“Lamor Whitehead abusó de la confianza depositada en él por una feligresa, intimidó a un hombre de negocios por 5.000 dólares, luego trató de estafarle mucho más que eso, y mintió a los agentes federales”, ha explicado el fiscal federal Damian Williams en un comunicado. “Su campaña de fraude y engaño termina aquí”. Una abogada del pastor denunció que se le haya convertido en villano, cuando en realidad es una víctima -¿del sistema o del robo de las joyas, nunca aclarado?-, y anunció que se defenderá “enérgicamente”.
La vida de Lamor Whitehead es un culebrón de oropeles y flases. Conocido como el “obispo bling de Brooklyn”, donde dirige una iglesia en la que predica un “evangelio de la prosperidad” mientras conduce un Rolls-Royce, el expresidiario reinsertado ha acaparado titulares. En mayo, Whitehead se valió de su cercanía al alcalde para ofrecerse como mediador con el autor de un tiroteo en el metro que causó una veintena de heridos y cuya huida tuvo a la ciudad en alerta durante más de 24 horas. Su intento de lograr la rendición del agresor, que Whitehead dijo haber negociado con el alcalde, fracasó y aquel fue detenido por la policía antes de que el pastor pudiera atraer al redil a la oveja descarriada.
Dos meses después del episodio del metro, Lamor Whitehead sufrió el robo a punta de pistola de más de un millón de dólares en joyas -entre ellas una cadena de gruesos eslabones y un Rolex de 75.000 dólares- mientras pronunciaba un sermón en su iglesia, Leaders of Tomorrow International Ministries, en Canarsie, un barrio al sureste de Brooklyn. El suceso, perpetrado por tres hombres, hizo correr ríos de tinta, atrayendo el escrutinio público sobre el fastuoso estilo de vida de Whitehead, así como su relación de años con Adams, quien una vez le describió como “mi buen amigo y mi hermano”.
La denuncia por estafa presentada este verano por Pauline Anderson, de 56 años, no ahuyentó al alcalde; al revés, reiteró su apoyo a su viejo amigo. La feligresa alegó que, mientras se recuperaba de una intervención quirúrgica, Whitehead “la indujo fraudulentamente a liquidar los ahorros de toda su vida para pagarle la inversión de 90.000 dólares, prometiéndole utilizar los fondos para comprar y renovar una casa para ella”. El engaño es la pieza central de la acusación federal.
Pero la casa nunca se construyó y el dinero se volatilizó, reza la denuncia. El pastor explicó después a la mujer que consideraba los fondos una donación de campaña para su fallido intento de sustituir a Adams como presidente del distrito de Brooklyn. Los fiscales en cambio creen que el dinero fue destinado a la compra de “productos y ropa de lujo por valor de miles de dólares”. “Whitehead nunca ayudó [a la víctima] a conseguir una casa y no le ha devuelto [su] dinero, a pesar de que ella se lo pidió”, dice la acusación. La indumentaria habitual de Whitehead es un muestrario de logotipos de marcas de hiperlujo.
Antes de formularse la acusación federal, el propio Whitehead se defendía recientemente en declaraciones a la revista New York Magazine. Desdeñoso, dijo no deber nada a la mujer y estar siendo atacado por envidia, por ser “piadoso y glamuroso”. Que le llamen “obispo ostentoso” le parece incluso una difamación.
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