Un tiroteo en un vagón de metro de Nueva York causa 23 heridos
La policía identifica al atacante, un hombre negro de 62 años que antes de disparar gritó a los viajeros: “Empiecen a correr”
Veintitrés personas han resultado heridas este martes, la mitad por arma de fuego, en un vagón del metro de Nueva York. El suceso se ha producido en plena hora punta, en torno a las 8.30, hora local (seis horas más en la España peninsular), poco antes de que el convoy entrara en la estación de la calle 36 de Brooklyn, que da servicio a tres líneas. Las autoridades han confirmado la existencia de 23 heridos, 10 de ellos por impacto de bala, cinco de los cuales están en estado crítico pero estable. Una veintena de pasajeros han debido ser atendidos por inhalación de humo.
“A las 8.27, la policía respondió a una llamada de emergencia de una persona que recibió un disparo en el metro” en el barrio de Sunset Park de Brooklyn, confirmó una fuente policial a la agencia France Presse. Las autoridades pidieron a la ciudadanía que evitara la zona, acordonada por camiones de bomberos y vehículos de las fuerzas del orden, además de un visible despliegue de agentes con armamento pesado que ha sellado un perímetro de una docena de calles en torno a la estación. La policía buscaba a un hombre negro de 1,65 metros de altura y unos 80 kilos de peso, ataviado con una máscara de gas y un chaleco verde -no naranja, como se informó inicialmente- de los utilizados en el sector de la construcción. Las autoridades pidieron la colaboración ciudadana para tratar de localizarlo, incluidas las imágenes publicadas en redes por testigos del ataque. También se buscaba una furgoneta de alquiler que podría estar vinculada al caso.
Doce horas después del suceso, la policía ha publicado las primeras imágenes del sospechoso, identificado como Frank James, de 62 años. Las autoridades ofrecen una recompensa de 50.000 dólares por cualquier dato que conduzca a su detención. Armado con una pistola Glock de 9 milímetros, que fue hallada en la estación, el sospechoso detonó dos bombas de humo en el vagón y gritó en voz alta antes de disparar: “Empiecen a correr”, relata el diario Daily News en su edición digital. “Empezó a disparar aleatoriamente en el vagón, que iba abarrotado”, contó una testigo al rotativo; “probablemente no podía ver a quién disparaba, porque había un humo muy negro”.
Las imágenes publicadas en las redes sociales por algunos pasajeros del tren recuerdan la conmoción vivida en los andenes del metro de Tokio en 1995 tras un ataque coordinado con gas sarín que afectó a 16 estaciones, si bien no cabe establecer paralelismos con lo ocurrido este martes en Nueva York, ya que aún se desconocen los motivos del tiroteo. Pero no hace falta irse tan lejos en el tiempo y el espacio para recordar el horror que se vivió en enero en la céntrica estación de Times Square, nudo de enlaces de la Gran Manzana, cuando un indigente con graves problemas psiquiátricos empujó a las vías a una mujer que esperaba el metro para ir a trabajar. La víctima murió en el acto, arrollada por el tren.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, fue informado del suceso y está supervisando las pesquisas, según anunció un portavoz, aunque se descarta la hipótesis terrorista. El sobrevuelo de helicópteros en Nueva York, habitual a diario, se volvió más frenético desde que se tuvo noticia del incidente. La presencia policial era este martes más visible que de costumbre incluso en zonas de Nueva York distantes del lugar del ataque, con agentes a caballo patrullando algunas calles de Manhattan.
Las tres líneas de metro que dan servicio a la estación registran considerables retrasos, una contingencia que se añade a las cotidianas interrupciones del tráfico por motivos de seguridad, sucesos luctuosos en ocasiones y averías de todo tipo. La circulación en otras tres líneas que interconectan con aquellas también se ha visto afectada. La autoridad urbana de transporte de Nueva York (MTA, en sus siglas inglesas), que gestiona el funcionamiento del suburbano, no ha proporcionado más detalles del suceso. El portavoz del alcalde, Eric Adams ―que el domingo dio positivo en covid-19 y trabaja confinado en su domicilio―, declinó también hacer comentarios al respecto. Desde su residencia, Adams publicó poco después un mensaje en vídeo. “Daremos con él”, dijo sobre el criminal. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, así como la vicepresidenta, Kamala Harris, han sido informados y la Casa Blanca está en contacto “con el alcalde Adams y la comisaria en jefe de la policía [de Nueva York, Keechan] Sewell para ofrecer la asistencia que sea necesaria”, según el comunicado de la presidencia.
Las medidas de seguridad en torno al alcalde se han incrementado, ha dicho a primera hora de la noche la comisaria Sewell, tras confirmarse que publicaciones en redes sociales relacionadas con el sospechoso vinculan la figura del regidor y la vida de los sin techo, contra los que Adams ha emprendido, según opositores y activistas, una cruzada. El plan de limpieza del regidor, muy polémico, se implementa desde finales de febrero para desterrar de las instalaciones del suburbano a cuantos indigentes lo convierten a diario en dormitorio. Fue la respuesta del Ayuntamiento neoyorquino al trágico suceso de Times Square. El incidente de este martes también pondrá a prueba el programa de Adams contra la violencia armada.
Los medios locales, en estado de ebullición, han descrito a lo largo del día escenas de caos en la estación. Juliana Fonda, una ingeniera de sonido que viajaba en un vagón contiguo del tren de la línea N en el que se ha producido el tiroteo, relató al portal informativo Gothamist lo sucedido: “La reacción de los pasajeros fue aterradora porque trataban de entrar en nuestro vagón para escapar de lo que estaba sucediendo en la cola del tren”, explicó la testigo. “Ninguno de los que viajábamos en la parte delantera del convoy sabíamos lo que estaba pasando, pero la gente se empujaba entre sí, a la carrera, mientras trataba de subir a nuestro vagón”. Fonda dijo haber escuchado “muchas explosiones fuertes” y visto “humo” en el vagón afectado, debido a las bombas de humo.
La huida masiva, en tropel, de los pasajeros se produjo cuando el tren hizo su entrada en la estación de la calle 36, lo que permite pensar que el tiroteo se había desencadenado minutos antes. Otra testigo, Joanna, compartió fotos de pasajeros heridos tirados en el suelo del vagón, mientras los andenes de la estación se llenaban de humo. “Enseguida aparecieron dos médicos que iban en otros vagones para ayudar a dos personas que se estaban desangrando en el mío”, contó la mujer a Gothamist. “Nadie vio quién lo hizo, todos pensaron que era una bomba. Fue un caos”.
El episodio añade aún más presión a las autoridades para atajar la oleada de violencia armada y la creciente sensación de inseguridad en las calles, lo que dificulta el impulso de recuperación de la ciudad tras la pandemia, sobre todo en los barrios más desfavorecidos. El lunes, Biden anunció nuevas regulaciones para frenar la proliferación de armas fantasmas, o de fabricación casera, que están causando estragos en las calles de Nueva York. El viernes, una joven de 16 años murió por una bala perdida, salida precisamente de una de esas pistolas de fabricación artesanal, cuando volvía a casa del instituto. El supuesto autor, de 17 años, fue detenido.
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