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La paradoja y el estilo
Columna
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¡Victoria Federica, al ataque!

Me gustaría que las revistas relajasen su obsesión por las herederas y aceptasen nuevas heroínas como las integrantes de la selección nacional de fútbol femenino. Son goleadoras, juegan con pasión y han conseguido darle la vuelta a los delirios del cine machista de los años setenta, donde un equipo de fútbol femenino era tetas, cachondeo y malos guiones

Victoria Federica
Victoria Federica de Marichalar y Borbón asiste a la fiesta de la revista 'ELLE' en homenaje a Andalucía, el pasado marzo en Madrid.Beatriz Velasco (Getty Images)
Boris Izaguirre

Puede que las altas temperaturas contribuyan a derretir un poco el efecto Victoria Federica, a quien con tanta insistencia vemos señalada a convertirse en la heredera de un glamour Borbón que no tiene antecedentes reconocibles. El empeño por mercadearla como continuadora estética del legado familiar, a los 21 años, parece agotarla.

¡Mira que han pasado cosas en esos 21 años! Por ejemplo, el vestido con el que contrajo matrimonio Jennifer Lopez, por fin, con Ben Affleck, tiene también 21 años. Ella dice haberlo comprado en algún momento, guardarlo y esperar a que la vida y el amor la devolvieran junto a Ben. No solo eso, al casarse con él dejó de ser Lopez para llamarse Affleck. O sea, pasa a ser completamente estadounidens Juega ya en primera división. Con lo cual, entendemos que Jennifer lo gestionó todo bastante bien. Una primera etapa de amor loco, casi salvaje, rodeados de cámaras, diamantes y velocidad. Seguido de un dilatado tiempo de trabajo y aprendizaje, hijos y novios de todo tipo, hasta una leyenda del béisbol que había estado con Madonna. Todo eso pasó, Jennifer supo esperar, porque sabía que al final se coronaría en las revistas como señora Affleck.

Jennifer Lopez (izquierda) con uno de los diseños elegidos para su boda y una foto  junto a Affleck, recién casados.
Jennifer Lopez (izquierda) con uno de los diseños elegidos para su boda y una foto junto a Affleck, recién casados.Newsletter OnTheJLo

Me gustaría que las revistas relajasen su obsesión por las herederas y aceptasen nuevas heroínas como lo pueden ser las integrantes de la selección nacional de fútbol femenino. Son goleadoras, juegan con pasión y han conseguido darle la vuelta a los delirios del cine machista de los años setenta, donde un equipo de fútbol femenino era tetas, cachondeo y malos guiones. Estas mujeres ya luchan por una Champions que, solo de momento, se resiste.

Poco antes de que las temperaturas se volvieran incendios, mi amigo Georgette me envió un video donde Carlota Casiraghi charla con una editora literaria sobre sus lecturas de verano. Con unas gafas de sol encajadas perfectamente en su cara y una delicada chaqueta veraniega de Chanel, Carlota te atrapa, en su misterio y con su manejo de la voz grave. Esta gente vende fascinación mejor que nadie. Y con libros.

Carlota y Victoria Federica son herederas y al menos, comparten lo del parecido con sus madres. Además, hubo un breve momento en que la princesa Carolina y la infanta Elena vivieron un duelo de estilo, casi tan apasionante como una final entre Inglaterra y España en el fútbol femenino. Carolina llevaba más de 21 años reinando en solitario en las alturas del glamour y un día, en una boda, llegó la infanta Elena vestida por Lorenzo Caprile y apabulló a la mamá de Carlota. Hoy podemos decir que fue una labor de equipo, entre Marichalar y su esposa, el gran gol de los Duques de Lujo, como se les bautizó popularmente. Después, el cese temporal de convivencia como duques de Lugo devolvió a la infanta mosquetera al rutinario mundo de la realeza mezclada con lo ecuestre. Lamentablemente, aquella competencia se adormiló, la infanta Elena perdió interés en el trabajo de rivalizar con Carolina en elegancia. Regresó a los toros con su trenza y su sombrero panamá. Desconocemos si un poquito de lo aprendido con esa experiencia lo transmitió a su hija. Pero, ahora podemos confirmar que Victoria Federica creció en un limbo del glamour del que la rescataron las redes sociales y los editores de revistas.

Mientras su hermana posa aburrida, Felipe Froilán celebraba sus 24 años en Opium, una discoteca de Marbella donde se desarrolló un tiroteo que dejó cinco heridos. Froilán sabe de tiros, el mismo se disparó en un pie durante una cacería. Su abuela, que todavía no era emérita, pronunció una de sus escasas y valiosísimas frases: “Son cosas de niños”.

Los niños Marichalar Borbón necesitan unas vacaciones de sí mismos. Igual el matrimonio Affleck, también los Grimaldi. Podrían aprovecharlas para estudiar ese difícil equilibrio entre lo que heredas y lo que aportas.

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