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El escándalo racista que pone a ‘Vogue’ y a Anna Wintour contra las cuerdas

Alexi McCammond, a punto de convertirse en directora de la edición juvenil de la revista, ha tenido que renunciar a su cargo por unos tuits de hace 10 años que han comprometido varias campañas publicitarias

Alexi McCammond y Anna Wintour, retratadas en otoño de 2019.
Alexi McCammond y Anna Wintour, retratadas en otoño de 2019.Ed Rode (Getty/Gtresonline)
El País

El próximo miércoles 24 de marzo era un día grande para Alexi McCammond. Con tan solo 27 años, la periodista estadounidense había llamado la atención de grandes de la industria gracias a su trabajo en el portal de noticias Axios, con sede en Washington. Tanto que hace un par de semanas recibió la llamada de la poderosa editorial Condé Nast, de la que salen productos como Vogue, Glamour, GQ o Architectural Digest, para convertirse en la directora de una de sus revistas, en concreto de Teen Vogue, la versión fresca y juvenil de la revista de moda más famosa del mundo. Iba a ser la tercera mujer negra en el cargo. Sin embargo, menos de una semana antes de tomar posesión, McCammond —que ha trabajado para cadenas como la NBC o la MSNBC y cubrió la campaña de Joe Biden como presidente para Axios el año pasado— ha renunciado por una polémica racista ocurrida hace 10 años.

Ha sido el propio personal de Teen Vogue, según afirma el diario The New York Times, quien ha condenado de forma pública una serie de tuits homófobos y racistas, especialmente contra la comunidad asiática, que su futura directora publicó hace una década en su cuenta personal. Aquellos tuits han provocado la indignación de más de 20 empleados de la revista, que han expresado su disconformidad por ello. McCammond ya se había retractado sobre este asunto en 2019, cuando los borró —por lo visto sin demasiado éxito—, y el pasado 11 de marzo se disculpó de nuevo públicamente explicando que “no había ninguna excusa para perpetuar esos estereotipos”.

La jefatura de la editorial era consciente de aquellos tuits racistas (aunque no de los homófobos, que no habían salido a la luz de nuevo, ni del que la mostraba con un disfraz de nativa americana), pero pensaron que eran errores de juventud que habían sido solventados. Anna Wintour había tratado de apoyar el nombramiento de la periodista y seguir adelante con él pese a las posibles consecuencias, incluyendo a McCammond en reuniones con redactores de la publicación de la que quería fuera directora. Sin embargo, la decisión definitiva ha tenido lugar cuando a las quejas del personal se han sumado las de los anunciantes. Cuando la decisión ha tocado a las cuentas del grupo, no han tenido más remedio que dejar caer a Alexi McCammond. Al menos dos grandes anunciantes, las firmas cosméticas Ulta Beauty y Burt’s Bees, han retirado millonarias campañas de publicidad inmediatamente y han amenazado con dejar de trabajar con Condé Nast. En un comunicado que recoge el diario The Daily Mail, Ulta ha afirmado que “la diversidad y la inclusión son valores fundamentales” de su empresa, que está “contra el racismo en todas sus formas” y que para ellos “es importante” que sus socios compartan esos valores.

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Además, también hay otra cuestión sobre McCammond que ha generado gran polémica en el mundo periodístico estadounidense. En noviembre la periodista —que entonces tenía otra pareja— empezó a salir con el portavoz de Joe Biden, TJ Ducklo, de 32 años. Con un Washington siempre alerta sobre las relaciones entre los personajes cercanos al poder, ambos lo comunicaron en sus trabajos y ella dejó de llevar la campaña de Biden para seguir temas del Congreso y de Kamala Harris. La web Politico empezó a investigar sobre la cuestión, pero a principios de febrero fue People quien lanzó una historia —mucho más edulcorada que el reportaje que habría realizado la siempre incisiva Politico— sobre el romance de ambos.

Pocos días después de que People publicara ese artículo, Vanity Fair (también propiedad de Condé Nast, igual que Teen Vogue) sacó un reportaje en el que explicaba que Ducklo había tratado de un modo agresivo a la periodista de Politico, Tara Palmeri, que investigaba sobre la relación entre el portavoz y McCammond. Cuando Palmeri le interrogó, Ducklo la insultó, llegó a tener un comportamiento machista e incluso amenazó a Palmeri con frases como: “Te destruiré”. La Casa Blanca le suspendió una semana de empleo y sueldo, y él decidió dimitir al día siguiente de conocerse esa decisión.

El pasado jueves, los responsables de la empresa editora se reunieron con personal de la revista, según cuenta el medio The Daily Beast, para explicarles la salida de la que iba a ser su jefa, y después mandaron un correo interno, pidiendo también que no propagaran la noticia. La propia McCammond compartió con ellos un escrito, según ha filtrado ese mismo medio. “Mis tuits del pasado han ensombrecido todo el trabajo que he realizado para iluminar a las personas y las cuestiones que me importan”, decía la joven. “Habéis visto que algunos tuits estúpidos y ofensivos que compartí cuando era adolescente perpetuaron los estereotipos racistas y dañinos contra la comunidad asiática. Me disculpé hace años pero quiero ser clara: lamento profundamente el daño que os ha causado”. También deseaba “absolutamente todo lo mejor” al equipo de la revista.

Entre los tuits que con 17 años escribió la reportera, que ha llegado a ser nombrada periodista emergente del año por la Asociación Nacional de Periodistas Negros, había alguno que decía: “Buscando en Google cómo no despertarme con esos ojos asiáticos hinchados” o “Superada por los asiáticos”. También retuiteaba a un medio que explicaba que un conocido árbitro de la liga de béisbol de EE UU había dado a conocer que era gay a los 50 años, diciendo: “¿Por qué esto debería ser considerado como algo ‘noticioso’? No lo es”.

La tarde del jueves, la propia Alexi McCammond decidió escribir un largo escrito en su cuenta de Twitter donde comunicaba que había “tomado caminos separados” de Condé Nast. En él decía que nunca debía haber tuiteado aquello y que tiene toda la responsabilidad al respecto, y que cree que quedan muchas historias por contar de comunidades marginadas y que hay que poner el foco en ellas.

Todo este problema llega la misma semana en la que en Atlanta, Georgia, un hombre ha matado a tiros a ocho personas asiáticas, siete de ellas mujeres, en lo que ya se ha considerado un crimen de odio racista y machista. Además, las acusaciones de racismo llevan meses afectando a la empresa que publica a Vogue en EE UU, en la que uno de cada 10 de sus empleados se identifican como asiáticos. El pasado mes de junio, tras la muerte de George Floyd y las protestas del movimiento Black Lives Matter, Anna Wintour tuvo que pedir disculpas.

La editora de la revista admitió que la publicación había tenido comportamientos “dañinos e intolerantes” y mandó una carta para disculparse. “El dolor, la violencia y la injusticia que estamos viendo y de la que estamos hablando han estado ahí durante mucho tiempo. Vamos con retraso a la hora de reconocerlo y hacer algo con ello”, confesó Wintour. “Sé que Vogue no ha encontrado vías suficientes para elevar y dar espacio a editores, redactores, fotógrafos, diseñadores y todo tipo de creadores negros. Además, hemos cometido fallos y publicado imágenes e historias que han sido dañinas e intolerantes. Asumo toda la responsabilidad por los mismos”.

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