David Broncano o el arte de desnudarse a través de los entrevistados

Cualquiera que le siga en La Resistencia o La vida moderna, los programas que conduce en Movistar Televisión y la Cadena SER, respectivamente, puede conocer a la perfección a David Broncano (Santiago de Compostela, 1984). Se sabe que le gusta el tenis y el alpinismo, que es del Atlético de Madrid, que no bebe alcohol, que sufre de hiperhidrosis focal (sudoración excesiva en las manos), que le gusta tocar la batería y que desde que entrevistó a Rafa Nadal casi prefiere al de Manacor que a Roger Federer, de quien se ha declarado ferviente admirador en más de una ocasión.

Detalles como que perdió la virginidad a los 16 años en Dublín, que padece sordera selectiva porque desde pequeño aprendió a ignorar el clarinete que tocaba su hermano antes de convertirse en un reconocido músico o que estudió Publicidad y algunas asignaturas de Física antes de presentar un monólogo en Paramount Comedy que le lanzó directo al universo del humor hace ya casi 13 años. Desde entonces, Broncano ha ido escalando en las distintas facetas de este mundo en el que la ironía y la desfachatez es el Padrenuestro de cada día y que su carcajada, aunque muchas veces le haga olvidar lo que hablaba en ese momento, es capaz de contagiar miles de sonrisas. Sin embargo, poco se sabe de su vida más personal. Este presentador que es capaz de poner en apuros a cada uno de sus invitados preguntándoles cuánto dinero tienen en el banco o cuánto sexo han practicado en el último mes —cuestiones fijas en su late night de Movistar—, mantiene totalmente blindada su faceta sentimental.

Saber si este humorista jiennense de adopción comparte su vida con alguien quizá antes no era de interés del espectador, pero desde que el cómico se ha convertido en uno de los presentadores del momento y ha conquistado al público por su sencillez a la hora de conversar con sus invitados, la atención por él se ha disparado. A finales de 2019 las revistas del corazón llenaban sus portadas con la relación que Broncano había iniciado junto a la actriz Adriana Ugarte. Habían sido vistos en varias fiestas juntos y también de tiendas y en restaurantes de la capital, además de haber mostrado ambos un feeling en el programa de él. Ninguno de los dos confirmó nada, solo el humorista habló en una ocasión vía Twitter pidiendo que se dejara de inventar. Hacía referencia a unas fotografías que una revista publicaba asegurando que se trataba de las primeras imágenes de la pareja. “Ni son ‘imágenes juntos’ en ese sentido, ni son recientes, ni es una escapada, ni ‘es oficial’ nada: son fotos de hace meses saliendo de un tren a la vuelta de un festival de televisión junto a mucha otra gente del gremio. Vale ya de inventar, por favor”, escribió Broncano.

Capeado este temporal hace unos meses volvía a ser noticia cuando se publicaban, esta vez sí, imágenes con su nueva pareja, la tenista Paula Badosa. Una joven de 22 años afincada en Begur, Girona, que en 2015 se proclamó campeona de Roland Garros en la categoría individual junior y en 2020 consiguió su mejor marca en la categoría femenina absoluta llegando a su mejor ranking histórico, el 65º. La pareja disfrutaba de un aperitivo en una terraza de Madrid y se dedicaba gestos de cariño. Una vez más el presentador solo rompió su habitual silencio en uno de los últimos programas de La Resistencia antes de Navidad donde desvelaba que estaba soltero de nuevo. “Es una época muy difícil… Me estaba poniendo demasiado personal. Estaba pensando que yo en octubre lo acababa de dejar con mi novia, Jorge”, decía el presentador en tono de humor a uno de sus colaboradores, Jorge Ponce.

Como casi todo humorista nunca se sabe cuando está hablando en serio o está bromeando. Quienes han trabajado con David Broncano aseguran que lo que muestra en televisión o a través de las ondas de la radio es un fiel reflejo de su personalidad: buena persona, sin sentido del ridículo, despreocupado y un pachacho, el término que han acuñado todos los que le siguen. Son pocas las veces que se ha puesto serio, la última durante el confinamiento cuando en una entrevista con Jordi Évole desde su piso con vistas a la Gran Vía, en el centro de la capital, contó que había perdido a un ser querido del que la pandemia le había impedido despedirse. “Te rompe gestionar algo así, porque es una suma de dos cosas, la pérdida de esa persona y no poder apoyarte en tu gente, es brutal”, desveló visiblemente emocionado.

Crítico con las injusticias, aunque siempre tratadas desde el humor, un tuit en el que hablaba de la importancia de la sanidad pública y de la ciencia en plena primera ola de la pandemia de covid-19 logró más retuits del año, con más de 91.000 en estos momentos. Con casi un millón de seguidores en Twitter y más de 500.000 en Instagram —donde solo tiene una publicación—, es en la plataforma del pájaro azul donde Broncano comparte todos sus pensamientos, en su mayoría vídeos y gifs graciosos que después comentará en La Resistencia o en La vida moderna, programas que han recibido dos premios Ondas. Tras sustituir una semana a Andreu Buenafuente por una baja médica en Late Motiv, otro que añadir a la lista de sus múltiples colaboraciones, en febrero de este 2021 se cumplirán tres años desde que se puso al frente de un nuevo formato que ha cambiado el modo de entender las entrevistas en televisión y al que Broncano ha sabido ponerle su propio sello. Después de conseguir que Manuela Carmena le firmase en directo una multa que le habían puesto por conducir una bicicleta de BiciMad con auriculares y por la acera, que María Teresa Campos perrease con él y hablase por primera vez de su ruptura con Bigote Arrocet, que Gerard Piqué se autoinvitara al programa por Twitter o jugar un partido de tenis con el mismísimo Rafa Nadal, David Broncano tiene atracción para rato y seguro seguirá fiel a su norma de no hablar de su vida sentimental.