Kanye West quiere ser presidente de EE UU con la ayuda de Dios
El rapero, a punto de sacar nuevo disco, se quita la gorra con la que escenificaba su apoyo a Trump
Kanye West, de 43 años, nunca ha votado en unas elecciones. Este lunes se registró en Wyoming, durante la resaca del anuncio de su candidatura a la presidencia de Estados Unidos. El hombre al que le hubiese gustado ver a Bernie Sanders como vicepresidente de Donald Trump ahora quiere ser él mismo el que se siente en el Despacho Oval. Una idea con la que jugaba desde hacía cinco años. En teoría, iba a esperar hasta 2024, para no interponerse en el camino del actual mandatario, a quien ha llamado alguna vez su héroe, su hermano. Pero ahora le parece “un gran desastre”. “Me quito la gorra roja [MAGA, Make America Great Again] en esta entrevista”, dijo a Forbes hace unos días, donde invitó tanto a Trump como al demócrata Joe Biden a hacerse a un lado en la carrera presidencial.
A los pocos meses de lanzar su disco titulado Ye en junio de 2018, el multimillonario rapero apareció con la famosa gorra roja en Saturday Night Live. Defendió al republicano y criticó a los demócratas en un programa televisivo evidentemente antitrumpista, llevándose un alud de críticas. Días después visitó al presidente estadounidense en la Casa Blanca para supuestamente abordar la reforma de prisiones. El artista se deshizo en elogios al neoyorquino y repitió que se presentaría a las presidenciales en 2024. Los escépticos dijeron que toda la parafernalia era para promocionar el nuevo álbum. La misma teoría que barajan otros después del anuncio de su carrera presidencial a cuatro meses de las elecciones y a tres del lanzamiento de su noveno disco: God’s Country.
En la extensa entrevista a Forbes, el rapero dice que nunca ha votado en unas elecciones porque tenía miedo. Asegura que lo amenazaron con que su carrera musical se acabaría si votaba por Trump; si como afroamericano no votaba por un demócrata. “Eso es lo que los demócratas le están haciendo, emocionalmente, a mi pueblo. Amenazándolos hasta el punto en que este hombre blanco [Joe Biden] puede decirle a un hombre negro ‘si no votas por mí, no eres negro’”, sostuvo en alusión a las palabras del precandidato demócrata a finales de mayo en el programa de radio The Breakfast Club.
“Decir que el voto negro es demócrata es una forma de racismo y supremacía blanca”, agregó el artista, que también se ha visto obligado a dar explicaciones por declaraciones que han ofendido a su propia comunidad. “Uno escucha decir que la esclavitud duró 400 años. ¿400 años? Parece una opción”, aseguró hace dos años a la web TMZ, una frase que encendió las redes sociales y por la que le siguen preguntando en las entrevistas.
Al final, más que si cumple con los plazos estatales para inscribirse como candidato independiente, el ganador de 21 premios Grammy cree que Dios será el que decida si se puede presentar o no. Si es este año o en cuatro más, dependerá de la divinidad. De todas formas, dice que tiene pensado hablar con expertos para que le ayuden a sacar adelante la candidatura. Dijo a Forbes que conversará con el asesor y yerno de Trump, Jared Kushner, con miembros de la Casa Blanca y con el mismo Biden. Al menos ya cuenta con el apoyo de su megafamosa esposa Kim Kardashian —que se convirtió en lo más mencionado en Twitter cuando West anunció su candidatura—. El dueño de Tesla, Elon Musk, había respaldado al cantante a través de la red social, pero a los tres días borró el tuit y aseguró que puede que tuvieran “más diferencias de opinión de lo que anticipaba”.
Cuándo presentarse no es lo único que el galardonado rapero deja en manos de Dios. La cura contra el coronavirus también se la deja a él. En Forbes afirmó haberse infectado con la covid-19 y dijo que para poner fin a la pandemia hay que dejar de enojar a Dios. En su opinión, una vacuna para acabar con el coronavirus sería “la marca de la bestia”. “Quieren poner chips dentro de nosotros, quieren hacer todo tipo de cosas para que no podamos cruzar las puertas del cielo”, afirma sobre las personas que están desarrollando estos tratamientos, en la línea de los que defienden las teorías de la conspiración y antivacunas. Según el rapero, quienes trabajan para lograr la vacuna contra la covid-19 tienen el diablo dentro, igual que los centros de Planned Parenthoods, donde realizan abortos a personas de escasos recursos, que “los supremacistas blancos pusieron dentro de las ciudades para hacer el trabajo del diablo”.
Kanye West sería republicano si Donald Trump no fuese candidato ya por ese partido. Es un hombre que antes de dormir lee la Biblia, rechaza la interrupción del embarazo, y atribuye el alza de los asesinatos, suicidios y drogadicción a las personas que eliminaron la oración de las escuelas. Él, si llega a la Casa Blanca, quiere reestablecer “el amor y el temor a Dios en los colegios y en las organizaciones”. Aunque Trump lo ha decepcionado, dijo a Forbes que es el presidente más cercano que ha habido en años y que ha permitido que Dios continúe siendo parte de la conversación. Por eso no es de extrañar que el rapero haya elegido como su compañera para la vicepresidencia a Michelle Tidball, una coach y telepredicadora de la Biblia. Eso sí, ella tiene que estar dispuesta a liderar un modelo organizativo basado en el país secreto de Wakanda de la película Black Panther. Porque, en la impredecible mente de Kanye West, así se imagina su mandato.
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