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El restaurante de Castellón donde si no hay pesca no hay carta

El puerto de la capital de La Plana esconde un local, sin adornos ni alardes, en el que todo el producto es fresco y comprado en lonja

Donde comer en Castellon
Maruja Mañá junto a dos de sus hijos en la terraza del restaurante Terra Milles en el puerto pesquero del Grau de Castelló.CARME RIPOLLÉS
María Fabra
Castellón -

El Terra Milles es uno de esos sitios cuyas bondades es mejor no extender. Ubicado junto al puerto pesquero de Castellón, una veintena de mesas y sin lujos en el mobiliario ni en el menaje, todo el valor está en la comida. Y en el entorno, rodeado de pequeños barcos que incluso se puede ver atracar y descargar, dependiendo de la hora. Es un restaurante en el que, si no hay pesca, no hay carta. Tampoco hay platos fijos, más allá del arroz y la fideuà que se cocinan hasta que se acaba el caldo. Porque todo lo que sirven es producto fresco y comprado en lonja. Unos días hay langosta, y otros sardinas.

En el Terra Milles no se reserva mesa. Eso hace que, desde las 13 horas, los comensales se vayan sentado por orden de llegada y siempre que esté la mesa completa. Nada de guardar sitios con un “ahora viene”. Una vez cubierto el aforo, una pizarra se convierte en “libro de reservas” y en ella se apunta nombre y número de cubiertos. Y, aunque haya que esperar, siempre hay gente. El restaurante no solo es garantía de un producto fresco sino que además ofrece el arroz, solo de un tipo, que hacen los marineros de esta parte del Mediterráneo, con un buen fondo de morralla y los tropezones de lo que se haya pescado. El que hacía el abuelo y el padre de Maruja, Emilio y Miquel Gallén, los tres hermanos “graueros” que llevan el local. Muestra de su dependencia de la pesca son las restricciones a las que se han visto sometidos en ocasiones: “Cerramos por falta de producto por la huelga de los marineros”, colgaron en 2022. “Debido a la escasez de pescado como consecuencia de la veda de arrastre, nos vemos obligados a suspender el servicio de cena”, anunciaron el julio pasado.

Arroz de pescado.
Arroz de pescado. CARME RIPOLLÉS

El árbol genealógico de los Gallén remonta la tradición pesquera de la familia a 1789, según afirma Miquel, el mayor de los hermanos. Fue él también quien rompió esa tradición. “¿Y qué harás? ¿Trabajarás en tierra?”, cuenta que le preguntó entre atónito y molesto su abuelo. Tradición pesquera era también dar de comer a los marineros, incluso en el propio barco, con viandas hechas con pescado dañado. El hecho es que el padre de los hermanos que regentan ahora el Terra Milles, Micalet, comenzó a dar almuerzos a esos marineros en una caseta. Pero aquello fue a más y empezaron a hacer arroces por encargo los fines de semana, cuando aún no estaba ni marcado el plan de usos del puerto y, por tanto, no habían podido gestionar una licencia que llegó en 1996. La clientela ha cambiado desde entonces, pese a los reproches de algunos hombres de mar. “Si hay boquerón, no vas a la sardina”, resume Miquel en una metáfora sobre lo que ganaban con unos y ganan con otros.

La receta del Terra Milles es simple. A las ocho de la mañana comienzan a hacer el caldo, unos 100 litros al día, para arroces y fideuàs. “No cuesta tanto hacerlo bien”, señala Maruja. “Aún no sabemos hacerlo mal”, apunta Miquel. El que está en los fogones es Emilio, un hombre de pocas palabras que también se lanzó durante un tiempo a la mar, y que además es el encargado de ir a la lonja. Dicen que no hay secretos y que todo es, más o menos, a ojo. Y fresco. El sofrito también se hace día a día.

Con lo que compran en la lonja, de Castellón o Peñíscola, dependiendo de si hay vedas para la pesca, es lo que se ofrece en otra pizarra. Las raciones de arroz o fideuà, a entre 15 y 17 euros; ensalada (tomate, cebolla y aceitunas); y el pescado y marisco con sus pesos y precios correspondientes, que se van tachando según se van consumiendo. La mayoría de ellos se hacen a la plancha, sin salsas ni adornos. Un chorrito de buen aceite y poco más.

Las barcas de arrastre junto al restaurante Terra Milles en el puerto pesquero del Grau de Castelló.
Las barcas de arrastre junto al restaurante Terra Milles en el puerto pesquero del Grau de Castelló. CARME RIPOLLÉS

A Miquel Gallén no le preocupa la marcha del negocio. A la pregunta de qué es lo que hacen tan bien para tener una clientela tan amplia responde con otra pregunta. “¿Qué hacen los demás para que venga tanta gente aquí?”, dice. “Igual es que hacerlo simple es difícil”, añade. Lo que realmente le preocupa es quedarse sin producto: “Nos lo estamos comiendo todo y este huerto (el mar) no crece”.

Terra Milles

Dirección: Puerto pesquero s/n. 12100 Castellón.
Teléfono: No tiene
Horario: de martes a domingo, de 13.00 a 16.00. Verano: de martes a domingo, de 13.00 a 16.00 y de 20.30 a 23.00.
Instagram: https://www.instagram.com/terramillesgrau/

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