El Miradoriu: de modesta casa de comidas donde iba Julio Iglesias en los 90 a chiringuito gastronómico en Asturias
La copropietaria de Güeyu Mar, Luisa Cajigal, dirige este negocio frente a la playa de Vega, donde ofrece una cocina sencilla centrada en los pescados del Cantábrico
Durante más de 50 años fue una modesta casa de comida casera, con hostal incluido, donde también hubo baile, conocido como Superman, desde donde siempre se contemplaba —eso sigue siendo así— la inmensidad, en todo su esplendor, del mar Cantábrico, pero también una de las más bellas puestas de sol que hay en Asturias. El marco: la mágica playa de Vega, donde pastan plácidamente las vacas en los prados colindantes.
El dueño del negocio, Pepe Viña —toda una institución en el pueblo de Vega—, se jubiló en la segunda década del nuevo siglo, con cierta tristeza por parte de aquellos que habían vivido los años de vino y de rosas de este restaurante a pie del arenal, que colgaba a diario el cartel de completo. Entre los ilustres clientes, y no es una leyenda, que frecuentaban Superman se encuentra el cantante Julio Iglesias, junto a su familia —hay testimonio gráfico de estas visitas en el local, a las que acudió también con su actual esposa, Miranda Rijnsburger—.
Finalizada esta primera etapa y después de dos años con el cierre echado, se hizo cargo de este discreto espacio, pero con las mejores vistas al mar, Luisa Cajigal. La cocinera conocía bien el terreno que pisaba. Era vecina, ya que a pocos metros del local se encuentra el reconocido Güeyu Mar, restaurante del que es copropietaria, junto a su pareja, Abel Álvarez. Con la casa madre asentada, con el rey y la parrilla en boca de todos, y la conservera del mismo nombre en marcha, decidió que era su momento, que deseaba emprender un proyecto en solitario.
Tenía los mimbres para hacerlo: la garantía de los proveedores de pescado de los que se nutren los otros negocios. Y a partir de ahí decidió arriesgar, a pesar de la amenaza que podía existir ante el trasvase de clientes de un restaurante a otro, debido a la diferencia de la factura entre ambos, y abrir El Miradoriu.
Poco a poco, ha ido afianzando la propuesta y hoy es el chiringuito, con un escenario único, por excelencia del oriente asturiano. A diario cubre los dos turnos y los días soleados, que cada vez son más frecuentes en Asturias, el teléfono no cesa de sonar. Porque si algo ha pretendido Cajigal ha sido ampliar la propuesta culinaria —en Güeyu Mar no hay carnes, solo pescado y marisco— y hacer un espacio familiar, donde pequeños y mayores puedan compartir en la mesa —las raciones son generosas— platos sin más pretensión que la de un buen producto tratado con sencillez. La carta es breve y cambia a diario, según lo que dicte la lonja.
Ahora se encuentran buenas parrochas o sardinas que prepara a la plancha (16 euros ambas raciones), chipirones, de los piquiñinos, que son más sabrosos, y que se preparan afogaos, salteados sin quitar la piel para que el sabor a mar sea más acentuado (5 euros la unidad), también los bocartes, que preparan fritos con jamón churruscado por encima (22 euros), o también en fritura los bocados de pixin (rape, 35 euros).
Uno de los platos obligatorios, y que en estos años se ha convertido en clásico, son los tacos de bonito a la plancha (25 euros), que acompaña con una vinagreta y ajos fritos y una buena ración de patatas recién sacadas de la sartén. También merece la pena la ventresca de bonito a la plancha (35 euros), el rollo de bonita, o el sapito (rape) de ración (30 euros).
Como entrantes para compartir, la ensaladilla rusa, un plato que cada año intenta mejorar, y que prepara a diario con la conserva de bonito de Güeyu Mar, y sirve atemperada, ya que no pasa por el frío, salvo la mayonesa, que no se prepara en el restaurante para evitar contratiempos. Para los amantes de la cuchara hay fabada (18 euros), y para los carnívoros el surtido, que sirve una carnicería del mercado de Villaviciosa, va desde los escalopines al queso de La Peral (20 euros), el clásico cachopo de ternera, de buena hechura, ya que la pieza de carne se dobla (22 euros), los tacos de solomillo de ternera (25 euros), así como otro de los platos más contundentes de la cocina asturiana como son los tortos de maíz con picadillo de matanza y huevo frito (7 euros). De postre, tarta de queso o arroz con leche (7 euros).
La carta de vinos comparte referencias con la amplia y selecta bodega de Güeyu Mar, con referencias nacionales e internacionales, y buena selección de espumosos.
El Miradoriu
- Dirección: Playa de Vega, Asturias
- Teléfono: 680 186 296.
- Precio: 50 euros
- Horario: en verano no cierra