Hinojo asado con aceite y ajo

¿Puede ser que el hinojo se aprecie más en otros países, como Italia, que en el nuestro? Personalmente, era mayorcísima la primera vez que lo caté y en mi casa -del Madrid de Chamberí- no lo conocí nunca, a pesar de mi abuelo manchego. En el Larousse Gastronomique definen esta hortaliza de aquesta guisa: “Planta herbácea de la familia de las apiáceas, de tallo hueco. Sus hojas están divididas con segmentos delgados, filiformes; sus flores son amarillentas y sus frutos crecen en pares. La planta produce un aroma similar al anís. Es una planta de origen europeo, cultivada en hortalizas y huertas. Se utiliza como hierba aromática”.

El hinojo se puede consumir tanto crudo como cocinado. De la variedad cultivada de esta planta originaria del Mediterráneo (donde yo vivo, centro de la Península Ibérica, la variedad silvestre, de la que no se usa el bulbo pero sí las semillas, crece en las márgenes de los caminos) se aprovecha casi todo, como si de un gorrino vegetal se tratase: el bulbo se usa como verdura, sus semillas de delicioso aroma anisado se emplean como especia, y sus hojas y tallos como hierba aromática.

El hinojo es un aliño o sazonador tradicional en zonas manchegas y murcianas, entre otras; un precioso ejemplo son las berenjenas embuchadas de Almagro, a las que algunos paisanos atraviesan sin anestesia con un palito de hinojo para darles ese toque anisado característico. La presente receta de hinojo asado es la sencillez personificada: el bulbo del hinojo se hace rodajitas que se asan en el horno hasta que queda tierno y caramelizado en los bordes. El resultado recuerda a la cebolla, otro bulbo, en la consistencia final, pero con el toque anisado tan agradable del hinojo. Una guarnición deliciosa para cualquier plato de carne o pescado, o un entrante sabrosísimo por sí solo.

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