Huevos rellenos de todo
Dueños y señores de la meriendacena y la excursión familiar con fiambrera, los huevos rellenos salen del armario de la cocina viejuna para conquistar el siglo XXI.
Los huevos rellenos eran la solución para todo de las madres ochenteras. ¿Merienda infantil? Huevos rellenos, mediasnoches con monyor y gusanitos. ¿Cena al fresco? Huevos rellenos, tortilla de patata y salchichón. ¿Día en la playa? Filetes empanados, ensaladilla con alto riesgo de salmonelosis y huevos rellenos.
Los huevos rellenos marcaron una época llena de texturas blandiblú y canapés de colores. La escuela huevorellenil se dividía en tres corrientes mayoritarias: tomate, mahonesa y bechamel. La Santa Trinidad Aglomerante servía para formar mortero con las yemas cocidas y otros ingredientes, creando infinidad de posibilidades. A veces, los cementos se combinaban entre sí, como en el caso de los huevos rellenos de atún con tomate y cubiertos de bechamel, una delicatessen que se perpetraba en días de fiesta mayor o cuando venían visitas.
Luego la gente se empezó a preocupar por el colesterol, los huevos fueron demonizados y los ídems rellenos acabaron en el purgatorio de la comida maléfica. Mal. Igual de mal que pensar que los huevos rellenos son una birria viejuna. Pueden ser ligeros, divertidos, originales y volver a triunfar en las meriendacenas como los divos que son. Por algo llevan dando guerra desde el siglo XIII, cuando aparecieron en un manuscrito andalusí hechos con cebolla, cilantro y canela. Los huevos rellenos han sido un manjar durante siglos y se merecen un puesto en tu corazón, aunque sea sólo por nostalgia.
Sin llegar al barroquismo setentero, que plagó los huevos de decoraciones sin sentido y rabanitos esculpidos, puedes conseguir un resultado interesante innovando en el mejunje a rellenar. Vale que el atún y el jamón son clásicos de toda la vida, y que la ensaladilla pega con todo, pero por una vez puedes saltarte las tradiciones a la torera y rellenar las claras con cóctel de gambas (premio al combo viejuno), patés vegetales, tartar, o con las dos opciones nuevas que os doy yo hoy, primas cercanas del guacamole y el hummus pero con huevo: 'huevocate' y 'ovohummus'.
Lo importante es que el relleno sea untable y jugoso, para no tener la sensación de estar comiendo un bocadillo de polvorones. Dependiendo del tamaño los huevos que uséis, la cantidad de mojo necesario para conseguir esa textura ideal será diferente, así que las cantidades de la receta son aproximadas. Tan importante como el unte es el huevo en sí, así que tal y como contaba nuestro manual de uso huevero, lo mejor para que queden perfectamente hechos por dentro es cocerlos un mínimo de 10 minutos. No te pases de rosca con el tiempo porque si no, te quedarán verdosos y con yema mazacotera. Y tanto las gallinas como tu paladar agradecerán que inviertas en huevos de una ponedora que vea la luz y tenga espacio para correr y picotear al aire libre.
Para adornarlos, déjate de churriguerías y opta por la tradicionalísima yema cocida en gusanitos, pasada por el pasapurés. También hacen un apaño hierbas picadas como cebollino, cilantro o menta, tomate cortado en daditos, cebolleta, frutos secos, pimentón u otras especias y encurtidos, como tenían estos huevos con aguacate.
La receta de cada versión está pensada más o menos para 16 medios huevos, pero lo realmente chulo es combinarlas y servir huevos de distintos sabores. Si los sacas a la mesa en un auténtico plato de huevos (aquel del ajuar de tu madre que tiene huecos ovoides, sí, es para eso) arrasarás del todo. Menudo nivel, Maribel.
Dificultad: Igual a recordar la sintonía de Verano Azul.
Ingredientes
Para 8 huevos (16 mitades)
- 8 huevos medianos
Para los de jamón con tomate
- 6 yemas cocidas
- 70 g de jamón o cecina en lonchas finas
- 7 cucharadas de tomate frito
- 2 yemas cocidas para decorar
Para los de ‘huevocate’
- 8 yemas cocidas
- 220 g de aguacate (1 aguacate)
- 40 g de cebolleta picada
- 1 jalapeño fresco (o tu picante favorito al gusto)
- 2 cucharadas de cilantro picado
- Sal
- Pimienta recién molida
- 1 cucharada de zumo de limón
Para los de ‘ovohummus’
- 8 yemas cocidas
- 1 diente de ajo pequeño (o menos, al gusto)
- Sal
- 1/2 cucharadita de comino en polvo
- 4 cucharadas de tahini (pasta de sésamo)
- 1 cucharada de zumo de limón
Instrucciones
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