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Aló Comidista: “¿Estoy loca si no dejo que mi hija coma galletas?"

Madres alzadas contra la comida insana del colegio, 'haters' del pescado, conspiranoicas de la fruta y personas que quieren comer comida para gatos escriben este mes a nuestro consultorio gastronómico-paranormal.

¿Están buenas? Sí. ¿Son lo más saludable para un niño? No.
¿Están buenas? Sí. ¿Son lo más saludable para un niño? No.PIXNIO
Mikel López Iturriaga

Aló, Comidista vuelve como un clavo a su cita mensual. En este consultorio vale todo: dudas culinarias, enigmas gastronómicos, problemas psicológicos, cuestiones metafísicas y dramas de la vida contemporánea. Sólo tenéis que enviarme un mail a elcomidista[arroba]gmail.com. Responderé a vuestras chorradas preocupaciones el primer jueves de cada mes, salvo festivos, puentes, enfermedad grave o fallecimiento.

Esa Misma: Tengo una tierna criatura que el próximo septiembre va a empezar 1º de Educación Infantil (3 años). Casi me da un parrús cuando leí las pautas que nos recomiendan desde un colegio público de la Comunidad de Madrid para el almuerzo de los peques: zumos y galletas. Por supuesto, no pienso seguir ninguna de sus recomendaciones porque creo que van contra la salud y la buena educación alimentaria de mi hija. ¿Me voy a convertir en la madre loca del cole? ¿Haré de mi hija una paria? Como expertos, ¿podéis, por favor, proponer un menú alternativo para que los padres y maestros vean que los pequeños sí pueden comer sano, fácil y a gusto?

Querida Esa Misma, yo sabía que te podía dar un patatús o un parraque, pero no un parrús. Imagino que cuando te da un parrús te conviertes en una especie de vagina gigante, así que mejor que no te pasara porque no sé qué habrían pensado los otros padres al verte en la puerta del cole transformada en un toto. Bien, tu caso refleja lo perdida que está la gente en cuanto a lo que es saludable y lo que no. La intención del futuro cole de tu hija es buena -todo lo que recomiendan no llevar debería estar fuera de los centros educativos-, pero se equivocan pensando que los zumos y las galletas son comidas sanas y no bombas de azúcares libres en absoluto aconsejables para ningún crío. Y no, no estás loca si no se las das a tu hija. La fruta entera, o en caso de que no cuele, triturada, es mucha mejor opción. Un bocadillo de pan integral, con tortilla, filete de pechuga de pollo o pavo (no fiambre) o cualquier verdura, también. Tienes más recomendaciones útiles en esta infografía de Mi Dieta Cojea; la puedes imprimir y dársela a los demás padres.

Menos zumitos y más comidita de verdad
Menos zumitos y más comidita de verdadMI DIETA COJEA

Luisa: El otro día quise hacerme la vida más feliz haciendo la mezcla de patatas y huevo para tortilla el día anterior y metiéndola en la nevera por la noche para cuajar la tortilla al día siguiente. Sin embargo, la tortilla me quedó superchuchurría, estaba buena pero de aspecto fatal, medio desintegrada. ¿Por qué? ¿Hay que dejar que la mezcla se temple después de sacarla de la nevera? ¿Se podría congelar también?

Querida Luisa, si hubiera un premio a la peor idea culinaria del año, te aseguro que tu mezcla de la patata frita y el huevo con antelación estaría entre las candidatas. Guardar huevo batido crudo mezclado con patata caliente y comértelo al día siguiente es comprar 100 boletos en la tómbola de la intoxicación alimentaria, a no ser que después cuajes mucho la tortilla y la dejes como una tabla. Castigar la patata frita con el frío de la nevera, mal negocio para su textura. Y congelarla ya ni te cuento: al tubérculo le gustaría tanto como a ti que te deportaran a la Antártida en tanga. En cuanto al efecto “desintegración” del que hablas, supongo que tiene que ver con el larguísimo tiempo que tuviste el huevo en contacto con la sal: como bien se explica en este artículo de Serious Eats, ésta frena que las proteínas compacten el huevo coagulado por el calor, lo que está bien en una medida moderada -hace que la tortilla quede más cremosa- pero no tan bien mal llevado al extremo, como debe de ocurrir después de un montón de horas en el frigorífico.

Esther: Me he encontrado con este video en Instagram y me ha parecido signo de algún post futuro. En fin. A mí me da un poco de grima, llámame sosa.

Querida Esther, como admirador de los panes que retratan a Bob Esponja después de 20 años de adicción al alcohol, el crack y la metanfetamina, te agradezco el envío. Descuida que lo incluiré en mi próximo artículo sobre monstruosidades reposteras.

Lourdes: Después de que nos robaran en el aeropuerto toda la tecnología y entretenimiento que teníamos para pasar unas vacaciones en un resort en Italia, y sin tener nada que leer en 7 días, me he enganchado a vuestra web. Así que por ello me decido a haceros una pregunta chorra más para vuestra sección de Aló Comidista. ¿Qué alimentos son buenos para la circulación?

Querida Lourdes, Dios aprieta pero no ahoga, salvo cuando te manda una faja Spanx de dos tallas menos desde el cielo, y ya ves que tu desgracia acabó convertida en fantasía al volverte yonqui de El Comidista. Como me temo que no existen los alimentos que vayan a mejorar tu circulación con efecto inmediato, te dejo en manos del dietista-nutricionista de nuestros sueños, Juan Revenga, para que te lo explique mejor.

"Sé que te molaría que las cosas funcionaran como en esos herbolarios en los se apilan saquitos a ambos lados del pasillo con plantas desecadas. En ellos suele figurar una lacónica palabra tal como 'pulmón', 'hígado', 'riñones', 'piel'… o 'circulación' que sirve para abonar nuestra imaginación y trasladar a su contenido una serie de pretendidos beneficios. Pero eso sucede solo en los herbolarios, no en la vida real. En este sentido y si quisiera acabar pronto te recomendaría hacer como dicen que hacen en los chistes de leperos para mejorar la circulación: plantar ajos en las cunetas y aceras. Así que mejor vamos en serio".

"Es posible que esperes recibir en mi respuesta diversas claves alimenticias que con precisión quirúrgica y a modo de puntero laser, te pudieran servir en la práctica para mejorar la  'circulación'. Pero sería ridículo y caeríamos en la falacia del nutriente-centrismo. Que si el potasio es bueno para esto, la vitamina k para aquello y los omega tres para lo de más allá. Y de ahí pasaríamos a nombrar listas eternas de alimentos que contienen esos nutrientes. Que si nueces de macadamia, chía, kale… pues no".

"Si no hay (porque no los hay) alimentos concretos que prevengan el cáncer, tampoco los hay para mejorar la circulación. Eso sí, te puedes aficionar a ese patrón de vidan que ayuda a mejorar las expectativas de ambas patologías. Ese patrón está caracterizado por una presencia importante de alimentos de origen vegetal, además de legumbres y frutos secos o casi casi cualquier modelo que mantenga al margen los productos ultraprocesados. Aquí tienes un ejemplo y aquí otro, ambos especialmente visuales, de por dónde empezar. De todas formas, si esta respuesta no es lo que esperabas, siempre te puedes quedar con lo del ajo (pero recuerda que yo no te lo he dicho)".

Loca de los Gatos: En primer lugar, quiero puntualizar que mi marido es psiquiatra, así que, no es que quiera evitar ir a un profesional de la salud mental escribiendo este correo, porque estoy convencida de que se casó conmigo para tener siempre trabajo y no por amor. Además, no me gusta especialmente que mandéis al psiquiatra a todo el mundo en plan sorna. La gente que padece una enfermedad mental sufre mucho, los trastornos mentales son enfermedades reales. Me gustaría que escribierais algo sobre comida de gatos. No pretendo que hagáis Mónica y tú una cata, pero si escribisteis sobre lubricantes y condones, por qué no redactar un artículo sobre comida de gatos.

Una amiga me pidió que diera de comer a su gato mientras ella estaba de vacaciones. Lo que me sorprendió es que me pidiera que le calentara la comida al gato. A mí me pareció una pérdida de tiempo y de recursos, pero luego pensé que mi gata se come los ratones y aves que caza sin dejarlos enfriar y ahí la duda: ¿le puede gustar más a un gato la comida caliente que la fría? Otra duda: ¿hay piensos mejores para la salud del gato que otros? Mi gata común europea come lo que le dé, excepto los piensos más baratos del súper, que no le gustan. Pero mi gata persa, que yo llamo gata pija o gata Borbón porque tiene pedigrí y sangre azul y mucha consanguinidad en sus antecedentes y no es que sea una gata muy lista, come cualquier cosa. ¿Soy una mala madre de gatos? Y ya por último: ¿pasa algo si un humano come comida de gato?

Querida Loca de los Gatos, que nosotros hagamos bromas con las enfermedades mentales está mal. Sin embargo, que tú te apodes a ti misma Loca de los Gatos está bien. Ni doble rasero, ni nada. Coherencia pura. Aunque me caes bien por absurda, por contradictoria y porque estás como un cencerro de vaca frisona, no te puedo ayudar con tus dudas. Una cosa es que en nuestros años mozos escribiéramos sobre sabores de condones, y otra que nos metamos en el jardín de las comidas no destinadas a los humanos. Esa es una frontera que no estamos dispuestos a pasar, así que mejor te diriges a un blog muy bonito que tiene EL PAÍS dedicado a los animales que se llama Animales y CIA.

El futuro de Loca de los Gatos
El futuro de Loca de los GatosGIPHY

Berta: Tengo una cosita que contarte, algo que pedirte, y una consulta que hacerte, que para eso esto es un consultorio. La cosita: mi compañero de trabajo, amigo, y mejor (peor) persona Bubi se ha puesto el reto de seguir el menú comidista en los táper de la semana. No quedó satisfecho con el pollo dulce y picante en salsa tailandesa (he de decir que reinterpretó la receta a su modo), sin embargo, la crema fría de calabacín y manzana ácida fue todo un éxito de crítica y público. La petición: manda un cariñoso (o no) saludo a Bubi, que es un comidister de pro y fans de tu persona, y le hará mucha ilusión. La consulta: navegando por ese filón de recetas cuquis que es Pinterest, me encontré con un concepto innovador: one pot pasta. Consiste en echar en el perolo donde vas a cocer la pasta todos los ingredientes que la van a acompañar y hacerlo todo junto. ¿Eso estará bueno? ¿O será un potaje recocido con macarrones flotando?

Querida Berta, dile a Bubi que le mando un saludo y que deje de cambiar las recetas a su modo para estropearlas. Luego que si El Comidista no sé qué y El Comidista no sé cuál, cuando os pasáis por el níspero los ingredientes y la preparación que recomendamos. Respecto a la pasta de una sola cazuela, no la he probado nunca. Quizá en alguna receta concreta funcione, pero tengo serias dudas de que como técnica general dé muy buenos resultados. ¿Un tomate y una cebolla cocidos frente a un sofrito? ¿Unas verduras hervidas 12 minutos frente a unas al dente o salteadas? No lo veo, salvo que seas una zángana, tengas el kiwi del tamaño de una sandía y te suponga un gran esfuerzo manchar un trasto para cocer la pasta y otro para la salsa y limpiarlos después.

Leticia: Si en el batido va la fruta completa, ¿es lo mismo que tomarla entera porque contiene también la fibra y demás, o el batido es como el zumo en cuanto a azúcar libre, y es mejor no tomarlos?

Guillem: ¿Son sanos los smoothies? Si el tomate es una fruta, ¿el ketchup se puede considerar un smoothie?

Queridos Leticia y Guillem, por la chapa que dais con ellos veo que los zumos y batidos son la nueva pasta y las nuevas sartenes de este consultorio. He contestado ya 800 preguntas sobre ellos, pero vosotros erre que erre. El batido es mejor que el zumo, porque mantiene la fibra de la fruta. Pero no es mejor opción que la fruta entera, según explica la dietista-nutricionista a la que hemos decidido exprimir este mes, Azahara Nieto. “Cuando comes fruta entera empleas más tiempo en tomarla. Mediante la masticación, nuestro cerebro va registrando las señales de saciedad, cosa que al tomar un batido no sucede”. Es decir, la posibilidad de que comas más de lo que necesitas es mayor con los batidos, que aun así no son del todo desaconsejables en determinadas circunstancias: para aprovechar frutas un pelín pochas, por ejemplo, o en verano, si los bebes fríos de la nevera. En cuanto al ketchup, se podría considerar un smoothie si el tomate no estuviera cocinado y si no llevara un 20% de azúcar añadido. Es decir, si no fuera ketchup.

Grabiela: Es muy probable que ustedes también se hayan topado en todas partes con artículos sobre la InstantPot, una olla de presión al parecer maravillosa. Yo ordené la mía en Amazon UK, y aunque falta todavía casi un mes para que me la traigan, la verdad es que estoy emocionada… ¡Pero me faltan recetas, inspiración! ¿Ustedes la han probado ya? ¿Saben siquiera de qué hablo?

Querida Grabiela, tengo una InstantPot desde hace algún tiempo, y la verdad es que estoy bastante contento con ella. No es que la utilice demasiado, pero resulta cómoda al ser programable, no ensucias demasiado y los resultados, sobre todo con las carnes, son muy buenos. Para recetas, espero que sepas inglés, porque no hay mucho material en castellano y el librito que viene con la máquina no es que sea un prodigio como manual. Aquí y aquí tienes algunas no demasiado complicadas.

Príncipe de Maine: Paseando por Ciudadela en Menorca nos hemos encontrado esta joya de la gastronomía italo Disney que seguro hará las delicias de tus lectores más jóvenes.

Querido Príncipe de Maine, qué cosa más entrañable, me he enamorado del minion con ¿dientes? de patata frita. Veo muy completa esta oferta: no sólo atiborras a tus hijos con basura dañina para su cuerpo, sino que aterrorizas su mente con esas figuras de pesadilla. Todo ganancia.

Silvio: Recientemente ha pasado algo curioso, habéis puesto a caldo a los cereales industriales (con toda la razón del mundo) pero a los dos días subís un vídeo de una sobrasada o de cómo se hace una ensaimada tradicional (hasta arriba de manteca de cerdo, entre otras cosas "prohibidas"). Y ahí va mi pregunta ¿cómo casáis esos dos mundos sin ser incoherentes en vuestro mensaje?

Querido Silvio, gracias por señalar nuestras contradicciones, esperamos que no te pillen nunca comiendo jamón ibérico después de decir que eres vegetariano. Creo que tienes un pequeño lío respecto a nuestra función, que es informar, no dar “mensajes”. Somos un medio de comunicación, no el Ministerio de Sanidad. Nosotros no “ponemos a caldo” los cereales azucarados y otros ultraprocesados, simplemente transmitimos lo que dicen sobre sus efectos los nutricionistas -es decir, la ciencia-, recomendamos mantenerse alejado de ellos si es que quieres comer sano y denunciamos que se vendan con falsos reclamos saludables.

Ahora bien, El Comidista no sólo va de nutrición, sino también de gastronomía. ¿Tienen interés gastronómico la sobrasada o la ensaimada? Mucho, porque son ricos en matices, cuentan con una historia y forman parte de una cultura. Lo mismo que el vino, la cerveza o algunos dulces, aunque no sean saludables. Por eso hablamos de ellos en artículos o vídeos, enseñando a distinguir sus mejores versiones o dando pistas sobre dónde encontrarlas. Como habrás podido comprobar con nuestras recetas, defendemos un tipo de cocina bastante sana, e intentamos ser responsables en este terreno. Pero nuestro trabajo no consiste en poneros a todos a plan ni en convertirnos en vuestra policía nutricional, que ya sois mayorcitos.

Alba: Estaba explicándole a mi compañero de piso el concepto de #realfood o comida real, que lo peta en los guateques de Instagram, y me ha saltado con que a la fruta también le pinchan conservantes para que dure más días y poder traerla desde lejos. Casi me da un patatús. ¿Podrías contarme qué sabes al respecto?

Querida Alba, tu compañero de piso no será Beatriz Talegón, ¿verdad? Porque esto de que pinchan conservantes a la fruta es tan cierto como que las farmacéuticas ya han descubierto la cura contra el cáncer, que los reptilianos están entre nosotros, que la CIA controla nuestros cerebros a través de los chemtrails y que apocalipsis será el 24 de junio de 2019 tal como predijeron los mayas y Nostradamus un día que tomaron café juntos. Dile a tu Bea particular que no coma fruta, que siga atiborrándose a ultraprocesados y que cuando sufra de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares varias ya vendrán los extraterrestres a curarle.

Iñaki: En casa nos hemos aficionado a elaborar nuestro propio pan. Nos encanta preparar piezas de 500 g que las usamos principalmente para tostadas. Mi duda viene por saber cuál es la mejor forma para congelarlo. Ahora mismo lo metemos en una bolsa de plástico cortado en rodajas, pero claro... no sé yo si después de tomarnos la molestia de hacer un pan lo más sano posible meterlo en un bolsa (que reutilizamos continuamente) sea la mejor opción.

Querido Iñaki, me gusta tu pregunta porque me permite hacer una de mis cosas favoritas en el mundo: molestar a Ibán Yarza. Que últimamente nuestro sabio del pan andaba por ahí muy ocioso, dedicándose a cosas sin importancia como escribir libros en vez de atender a vuestras tonterías. Incluso se rumorea que había vuelto a ser feliz después de meses sin contestar preguntas, así que ya es hora de que la amargura vuelva a su vida participando en este consultorio.

“Antes de empezar, una idea esencial: el pan congelado no es malo, igual que unas buenas albóndigas congeladas no son malas”, explica Ibán. “Un buen pan que hayas congelado sigue siendo bueno, pero ahí es muy importante que la congelación (y la descongelación) sean adecuadas. Los congeladores son secadoras muy eficientes, por lo que tendrás que esforzarte en que el pan no pierda propiedades, para ello una bolsa hermética (tipo zip) es una buena aliada. Como dices que reutilizas la bolsa, intenta que no tenga agujeritos (causados por otras cosas guardadas en el congelador), ya que por ahí se irá secando el pan y le entrarán sabores no deseados”.

“Puedes congelar piezas grandes, o bien hogazas grandes partidas en trozos hermosos; con que los descongeles suavemente a temperatura ambiente estarán bien (en un ambiente muy seco, o con aire acondicionado, puedes envolverlo en un trapo, pero intenta que no tenga perfume del detergente o suavizante; es buena idea tener un trapo o bolsa de tela lavados simplemente con agua). Si es posible, procura no descongelar el pan dándole un golpe de microondas, porque si te descuidas la pieza se calienta y acaba perdiendo mucha humedad, quedando seco al cabo de poco tiempo. Si quieres usar el microondas, intenta que sea al mínimo de potencia, a golpecitos, y controlando que no se caliente. Si lo que te gusta es tener tostadas por la mañana, un truco muy eficiente es tener cortados unos trocitos de papel de hornear para poner entre rebanada y rebanada, de esa manera no se pegarán; puedes reutilizar los papelitos). En el caso de las rebanadas congeladas, una manera comodísima de tener tostadas es meter la rebanada congelada directamente en la tostadora”.

Las neuronas de Ibán Yarza, al recibir una consulta de Aló Comidista
Las neuronas de Ibán Yarza, al recibir una consulta de Aló ComidistaGIPHY

Verónica: No me gusta NADA el pescado, es más lo odio como no se puede odiar más algo en la vida. Su olor, su incomodidad al comerlo, las dichosas espinas y el pestazo que queda en casa durante semanas hacen que viva sin él y tan feliz. La cosa es que a mis hijos no les doy tampoco, sólo atún en lata, sushi, mejillones y gambas. ¿Está mal? ¡A veces pienso qué mala madre! Debería cocinar un lenguado a mi hijo... ¡pero es que es superior a mí!

Querida Verónica, nada me gustaría más que ir a tu casa y abofetearte con una merluza por vaga, histérica y melindrosa. Pero debo decirte la verdad: tus hijos pueden vivir sin pescado perfectamente. ¿Que no les vendría nada mal comerlo porque es un alimento excelente, y que si fueras una madre sensata en vez de una egoísta maniática se lo darías? Pues sí. Pero mientras tengan una buena alimentación rica en frutas, verduras, legumbres y frutos secos, no morirán por no tomar pescado.

Cristina: Mi duda se refiere al etiquetado para saber de dónde procede un alimento. Una vez me comentaron que por el código de barras se puede saber, pero luego me lo desmintieron, así que no sé si el producto que compro es de Burgos o de Friburgo... Llamadme loca, pero prefiero comprar un queso hecho en Cuenca que uno hecho en Toulouse. Por otro lado, me gustaría que me aclarárais, si podéis, qué significa la etiqueta ovalada de los productos (como la de abajo) y qué información proporciona.

Querida Cristina, te llamo loca porque toda persona que escribe al Aló Comidista lo es, pero no porque quieras comer alimentos de proximidad. Yo también lo prefiero por regla general, aunque ocasionalmente compre determinadas especialidades hechas en otros países (quesos como el parmesano, el pecorino o el feta serían buenos ejemplos). Para responder a tu pregunta tenemos el inmenso honor de contar con la sabiduría de Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos y experta en seguridad alimentaria.

“Esta lectora no lo va a tener fácil”, asegura Beatriz. “Hasta la entrada en vigor del Reglamento 1169/2011, solo era obligatorio indicar el origen de la miel, las frutas y hortalizas, el pescado, la carne de vacuno y el aceite de oliva, pero desde la entrada en vigor de esta norma, es obligatorio indicar el país de origen en dos casos: cuando en la etiqueta haya información que pueda sugerir que procede de un lugar distinto y confundir al consumidor (por ejemplo, un yogur natural al estilo griego fabricado en España con una foto del Partenón en el envase), o si se menciona el país de origen del alimento pero este no es el mismo que el del ingrediente primario (un plato de paella española lista para consumir preparado con arroz procedente de Asia)”.

Desde el 1 de abril de 2015 también se obliga a dar información sobre el origen de la carne de cerdo, oveja, cabra y aves de corral. En el resto de carnes y en la leche se puede indicar el origen voluntariamente. En Francia o Italia, es obligatorio por ejemplo indicar el origen de la leche. Italia incluso obliga a mencionar el país de origen de la pasta y el arroz. En España hay un borrador de proyecto del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de marzo de 2017, para regular en España la indicación del país de origen de la leche pero se ha topado con el informe negativo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, porque lo considera una medida proteccionista”. En resumen, que hay un montón de productos en los que los consumidores no pueden saber de dónde vienen.

En cuanto al sello ovalado, Robles explica que es la marca obligatoria establecida en el Reglamento 853/2004 que llevan los alimentos de origen animal (con la excepción de la miel y los huevos). “Se conoce como marcado sanitario o marcado de identificación, dependiendo del animal del que procedan. Este sello incluye el nombre del país en el que se sitúa el operador alimentario que lo pone en el mercado (puede aparecer el nombre entero o abreviado con solo dos letras), el número de registro sanitario del establecimiento y el código CE que identifica la Unión Europea”.

David: Soy una persona con una importante limitación auditiva. Vamos, que soy sordo. Desde hace años, sigo religiosamente vuestra web, y creo que estaría bien que los vídeos que colgais tuvieran subtítulos. No es fácil leer los labios al Iturriaga y os aseguro que, si fuera futbolista, no necesitaría taparse la boca como se hace actualmente en el fútbol televisado.

Querido David, ¿estás insinuando que “el Iturriaga” no vocaliza? ¿O que tiene algún tipo de deformación labial que hace difícil leer sus labios? Que sepas que has abierto un nuevo boquete en mi autoestima, ya de por sí agujereada por mi culo plano y mis patitas de avestruz. El asunto de los subtítulos era una preocupación para mí desde hace tiempo, que no en vano tuve dos abuelos sordos y yo mismo me estoy quedando un poco tapia. Por eso es grato anunciarte que desde esta misma semana todos nuestros vídeos nuevos se publicarán con subtítulos. Para verlos tendrás que hacer clic en el famoso botón con rayitas que encontrarás en la esquina inferior derecha de la pantalla. Por si eres un poco cortimer y no das con él, aquí va un cuadro explicativo.

Documentación: Rodrigo Casteleiro.

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Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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