Producto del mes: La mejor mermelada de naranja del mundo
Una mermelada de naranja y Palo Cortado hecha en Tarragona ha merecido una medalla de oro en los 'World Marmalade Awards', el galardón que endulza la vida de los que elaboran mermelada de naranja amarga.
Esta es una serie sobre productos artesanos que nos han emocionado por su calidad, por su sabor y por la historia que tienen detrás. No son artículos patrocinados, ni anuncios, ni las marcas nos han comprado con un sobre, un apartamento en Torrevieja o una yogurtera. Los sacamos porque nos sale del níspero, pero si quieres dar la chapa con que hacemos publicidad encubierta, abajo tienes los comentarios.
Hace siete años Joel Salvat leyó este artículo de El País, escrito por Roberto Heras, en el que se hablaba de un tema que le tocaba de cerca: las mermeladas. Salvat pensó que un día presentaría las suyas al concurso del que hablaba el artículo, que tiene lugar cada año en el norte de Inglaterra. El World’s Original Marmalade Awards & Festival reconoce a las mejores mermeladas de naranja del mundo, y la familia de Salvat llevaba ya dos décadas elaborando mermeladas desde su pequeña cocina en Alforja, un pequeño pueblo cercano a Reus. “Pero cada año se me pasaba la fecha”, ríe Salvat.
Aliments Artesans Montserrat Rull es una microempresa familiar que fundó hace 23 años la madre de Salvat -la propia Montserrat Rull-, quien coge el teléfono cuando les llamo por primera vez. Hace tres años Salvat consiguió recordar a tiempo que podía presentarse al concurso que organiza la marca de mermeladas Dalemain para reivindicar una de ellas, la de naranja amarga, tan británica como tomar el té con la reina.
“El primer año fue un poco de prueba, y no nos llevamos nada”, cuenta. “No sabíamos qué nos íbamos a encontrar, y nos dimos cuenta de que los ingleses tienen una idea muy distinta a la nuestra sobre qué debe ser una mermelada”. Y más aún, una de naranja, símbolo nacional de Gran Bretaña; aunque hoy en día esté un poco en horas bajas por culpa de los cereales y las cadenas de cafés y pasteles de diseño.
“La primera vez mandé varias mermeladas un poco exóticas, para ver en qué se fijaba el jurado”. Y en lo que se fijaba, descubrió Salvat, era en la textura –diferente a la de aquí, ellos añaden agua y la nuestra les parece demasiado espesa- y que eso jugaba en contra de sus mermeladas. ¿Cómo lo descubieron? Porque si se logra un mínimo de 12 sobre los 20 puntos evaluados posibles, el jurado manda un informe a la empresa sobre la calidad de su producto, algo que Salvat considera “bastante útil para mejorar”.
El jurado de los World Marmalade Awards ha evaluado este año unos 3000 botes procedentes de 35 países. La mermelada de naranja amarga y palo cortado de Aliments Artesans Montserrat Rull ha merecido una de las cotizadas medallas de oro del certamen. Se conceden premios en varias categorías, porque los hay para mermeladas artesanas, industriales y de restaurante. “Participar en el concurso no es barato, porque comporta una serie de gastos como la inscripción y el envío, así que este año fuimos ambiciosos. Nos dimos cuenta de que el jurado valoraba muy bien las mermeladas que contenían algún vino o destilado, y como a las naranjas amargas en inglés se las conoce como Seville Oranges -naranjas de Sevilla-, pensamos que casarían bien con un vino de Jerez, que es algo que a ellos les gusta mucho. De ahí la mermelada con Palo Cortado”.
A principios de año le avisaron de que era una de las premiadas. “El premio se entrega en una casa de campo del norte de Inglaterra. Nosotros creíamos que sería algo más informal, y ni siquiera pudimos cambiarnos de ropa porque nuestro vuelo llegó con retraso. ¡Nos encontramos japoneses vestidos de kimono y todo!”, cuenta Salvat. Los premios se combinan con un festival dedicado a los elaboradores, en el que más que hacer negocios “se resuelven dudas y se comparan experiencias”.
Desde entonces, el premio le ha cambiado poco la vida a Salvat, y tampoco quiere que así sea. “Sí, tuvimos más pedidos de lo habitual cuando nos lo dieron, sobre todo de gente de nuestro pueblo, y cada vez que salimos en los medios también nos encargan más, pero el resto del tiempo todo sigue igual”.
“Estamos muy orgullosos de ella, pero también de todas las demás que hacemos”, dice Salvat. “Hemos crecido desayunando las mermeladas que ya hacían mis abuelas, y si me salen muy bien también es porque me he equivocado muchas veces y he tenido que tirar bastantes kilos antes de acertar. ¿Crecer? En 2010 amplié el almacén para que entraran 54 palets. Ahora lo tengo a un tercio de su capacidad, y no me gustaría tener que ampliarlo de nuevo”.
La mermelada de Salvat se distribuye en comercios de Tarragona y Barcelona y a través de la tienda online de la empresa, donde vale 5,50€.
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