El sinsentido de las dietas 'detox'
Buenas y malas noticias: ni estás intoxicado por haberte puesto las botas en Navidad, ni te servirá absolutamente de nada pasarte unos días viviendo a base de batidos verdes y otras milongas.
Como todos los años, y a pesar del propósito de enmienda, es posible que este año te hayas vuelto a pasar un pelín de nada con el vino, las raciones de pavo trufado, el marisco y los polvorones. A lo mejor tampoco les hiciste ascos al cava y a las copichuelas tras cada banquete, comida familiar o cena con amigos, mientras por otro lado dedicabas un poco de atención a turrones y roscones para que no se sintieran desplazados.
La intención era buena, pero es posible que haya tenido como consecuencia algún kilo de más, sensación de pesadez y mala gana. Si, corroído por los remordimientos, crees que lo que ahora toca es hacer penitencia y mortificarte para expiar tus culpas dejándote una pasta, deberías leer antes estas líneas.
La (falsa) solución
Superado –al menos hasta cierto punto– el tema de la dieta exprés, un concepto relativamente nuevo acecha a nuestro distraído sentido común desde hace un tiempo, presentándose como una idílica solución frente a la pecaminosa realidad dietética: tu cuerpo está intoxicado con tanto azúcar, grasa y alcohol, y lo que corresponde ahora es hacer un tratamiento depurativo o detox. El planteamiento, a pesar de sonar lógico, no solo es simplista sino además erróneo: existe la posibilidad de que con tanto detox, en lugar de mejorar tu pronóstico de salud lo empeores.
La realidad
Tal y como cuenta Edzard Ernst, profesor emérito de medicina en la Universidad de Exeter y autor de un edificante blog de crítica a la magufería médica y científica, actualmente coexisten dos tesis para definir el concepto "desintoxicación": una es respetable y la otra no. La respetable se refiere al tratamiento médico de aquellas personas con algún tipo de adicción a las drogas, alcohol, etc. El otro concepto es el que mantienen secuestrado algunos empresarios, curanderos y charlatanes, con la intención de vender un tratamiento falso que supuestamente libera de toxinas el cuerpo de los que –se supone, de nuevo– las han acumulado.
Si el nivel de toxinas se elevara por encima de un valor que el cuerpo no pudiera eliminar, lo más probable es que se falleciera en un periodo de tiempo más o menos corto, y que se necesitara intervención médica urgente. En un cuerpo sano, los riñones, el hígado, la piel e incluso los pulmones mantienen el cuerpo desintoxicado simplemente mientras hablamos. No existe el modo de mejorar algo que ya funciona correctamente en un organismo sano, y desde luego los famosos tratamientos detox tampoco lo consiguen.
Con este razonable planteamiento no es de extrañar que el profesor Ernst se exprese con meridiana claridad al afirmar lo siguiente: “Cualquier persona que en este terreno promocione un tratamiento de desintoxicación se está beneficiando de una alegación que es falsa y, por definición, se trata de un sinvergüenza”. El bueno de Ernst no es el único ni mucho menos que hace este tipo de advertencias acerca del universo detox: la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard mantiene una opinión bastante similar.
Los famosos batidos detox
No creo que a estas alturas de la película descubra nada a nadie si digo que, dentro del arsenal supuestamente depurativo, destaca un elemento sobre todos los demás. Me refiero a los famosos batidos detox, a base de vegetales a los que se les pueden añadir otros ingredientes más o menos exóticos. En realidad se trata de auténticos misiles teledirigidos, con un marketing diseñado para hacer añicos el dique de nuestra racionalidad.
En los últimos años hemos asistido a un espectacular crecimiento de negociantes que, sin el menor rubor y a cambio de una desorbitada cantidad de dinero –créeme: no hay nada que justifique que un batido ecológico de espinacas, apio, manzana, pepino, té verde y guaraná cueste 25 euros– nos ofrecen depurarnos en un breve lapso de tiempo y de este modo resetear nuestro metabolismo hasta los niveles de un recién nacido… y ya de paso perder unos kilos, descansar mejor y sentirnos más vigorosos.
Curiosamente la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), acaba de identificar un riesgo emergente en el uso habitual de este tipo de batidos vegetales. En este informe se revelan 18 riesgos potenciales derivados del uso que hacemos los europeos de los alimentos, y en concreto el número 14 se refiere al pernicioso exceso de ácido oxálico al que es extremadamente sencillo acceder a partir del uso de los conocidos como green smoothies (o batidos verdes).
En este otro informe se dan toda clase de explicaciones respecto a este hecho, poniendo de relieve que –usando los datos de Alemania–, una sola ración de 250 ml de estos batidos excede con holgura la ingesta diaria recomendada de ácido oxálico. Al mismo tiempo este informe aporta datos sobre el importante aumento de casos diagnosticados de litiasis renal (piedras en el riñón) entre 2005 y 2013 en la población alemana. El informe atribuye parte de este hecho al exceso en el consumo de vegetales crudos (típico de los batidos detox) ricos en ácido oxálico, ya que en este formato se consume –sin ser muy consciente, además– una cantidad de vegetales bastante superior a la que tomaríamos, por ejemplo, en un plato de ensalada.
Más allá de las implicaciones del ácido oxálico, el informe identifica cuatro riesgos sobre la salud derivados de un exceso en el consumo de vegetales crudos que tradicionalmente se consumían cocinados (es preciso recordar que el cocinado de los vegetales reduce el contenido de ácido oxálico entre un 30 a 87%). Esos riesgos serían: primero, incremento de la litiasis renal; segundo, desmineralización y deficiencia de calcio y hierro; tercero, exceso en la ingesta de nitratos, y cuarto, contaminación microbiana en el marco de una deficiente conservación. Resumiendo: una maravilla, oiga.
De lo ridículo a lo peligroso
Es bien sabido que las modas hay que seguir cebándolas de tiempo en tiempo con novedosos y maravillosos ítems para seguir haciendo caja a costa de los incautos. Un ejemplo es la más reciente aparición de batidos detox con carbón activado, en los que el característico color verde radioactivo de estos productos da paso al negro tinta de chipirón. Algún espabilado, sabiendo del uso del carbón activado en el ámbito sanitario –concretamente en los tratamientos conocidos como “lavado de estómago”–, habrá pensado que sería estupendo asociar lo detox con algo que recuerde a eso, y de paso aporte a su producto esa tonalidad tan especial.
Lo que no sé es si saben que añadiendo este ingrediente evitan que el organismo haga acopio de la mayor parte de los nutrientes del batido original (o sí, pero les trae sin cuidado). Pero no creáis que eso es todo: es posible dar todavía otra vuelta de tuerca al tema: por aquello de hacerlos más nutritivos, adelgazantes y superinmunológicos hay quien propone enriquecerlos con semen. Aquí tienes el enlace. Sobran los comentarios.
Por si aún queda alguna duda, te recomiendo echar un ojo a la realidad y contrastar dónde ha llevado a algunos esta moda. Uno de los últimos casos conocidos es el de una mujer británica a la que un tratamiento detox –a base de mandangas vegetales varias y mucha agua– llevó al borde la muerte, recuperándose in extremis tras ingresar de urgencia y permanecer unos cuantos días hospitalizada. Así nos lo cuenta la BBC en un artículo, en el que además se ponen de relieve las advertencias de diversos profesionales e instituciones sanitarias respecto a estos absurdos tratamientos. Menos suerte tuvo hace años otra mujer, británica también, que acabó con daños cerebrales permanentes tras seguir las indicaciones de una nutricionista e iniciar un régimen detox basado principalmente en la ingesta de cantidades masivas de agua y la reducción de sal.
Las opciones
En esencia son tres:
- Si alguien tiene la sospecha de estar intoxicado de verdad debe ponerse en contacto lo antes posible con el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (teléfono para emergencias: 91 562 04 20) o que se acerque a su centro sanitario más cercano.
- Si lo que le pasa a ese alguien es que le sobran unos kilos o los remordimientos de las tropelías dietéticas de las pasadas navidades no le dejan dormir, le sugiero que se deje de memeces y se ponga en serio a mejorar su estilo dietético de por vida. Aparcar los cubatas, las raciones familiares de mayonesa y el picoteo de chucherías y sustituirlas por una dieta más razonable ayudarán a que se sienta mejor. Pero no porque se esté desintoxicando de nada, sino porque ese estilo dietético será mejor que el anterior.
- Por último, si lo que sucede es que estamos ante la típica personalidad fashion-victim, amante del riesgo y con más cartera que sentido común… entonces sí, lo recomendable sin lugar a dudas en estos casos es un buen plan semanal detox a razón de 259€/semana (incluye carbón activado, por supuesto). Lo ideal en estas circunstancias es repetir el tratamiento semanal cada 15 días. Eso, y hacer un donativo mensual de 500€ a La Iglesia del Séptimo Buen Rollo Comidister, que también es mano de santo.
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