Bolitas rellenas de sobrasada
Más adictivas que la heroína, las patatas fritas, los culebrones o las portadas de La Razón: así son las bolitas de carne rellenas de sobrasada. ¿Que porqué les llamo bolitas cuando parecen albóndigas? Pues por dos motivos. Primero, porque cuando uno oye "albóndigas" se imagina inmediatamente algo con salsa, y éstas no la llevan. Y segundo, porque así es como las llamábamos en casa de mis padres, no me pregunten ustedes por qué.
La idea del relleno de sobrasada no es familiar. Con su mentalidad de vasca un tanto cerrada a novedades extrañas, mi madre siempre desdeñó este maravilloso embutido mallorquín, que según ella era "pura grasa". El concepto está tomado de una fantástica receta que vi hace unas semanas en el blog Mercado Calabajío. Carlos Dube preparaba allí las albóndigas sorpresa con una salsa de chiles, pero después de probar el invento con la fórmula clásica de las bolitas del hogar de los López Iturriaga, me pareció que con freírlas bastaba. Eran una absoluta delicia: tiernas, melosas, con la intensidad de la sobrasada perfectamente equilibrada por la carne.
Las bolitas se pueden servir como aperitivo haciéndolas pequeñas, pero a mí me gusta más el formato grande como segundo plato, acompañadas de una buena ensalada. Y si las quieres servir en salsa, supongo que también estarán buenísimas.
Dificultad
Para expertos en jugar con plastilina.
Ingredientes
Para 4 personas
- 500 g de carne picada (3/4 de ternera, 1/4 de cerdo)
- 100 g de sobrasada de Mallorca de buena calidad
- 1 cebolla
- 2 rebanadas grandes de pan de hogaza de buena calidad
- 1 cucharada de perejil picado
- Leche
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra
- Menta para decorar (opcional)
Preparación
1. Picar y rehogar la cebolla en una sartén con un chorrito de aceite a fuego medio, hasta que esté dorada.
2. Poner las rebanadas de pan sin la corteza en un plato hondo o bol y empaparlas bien en leche hasta que se ablanden del todo. Cuanto más absorban, mejor.
3. Mezclar la carne picada con la cebolla y su aceite, la miga de pan empapada en leche, el perejil, sal y pimienta. Trabajar un par de minutos removiendo con una cuchara de madera, tapar y dejar reposar al menos una hora en la nevera.
4. Preparar un plato hondo con harina. Ir formando las bolas de carne con las manos -la masa de carne debe estar pegajosa, pero no pasa nada: más tiernas estarán las bolitas después-, pasarlas por la harina, volver a moldear y dejar sobre un plato o bandeja.
5. Formar bolitas pequeñas de sobrasada con la mano e ir dejándolas sobre las bolas de carne presionando para que se metan en la masa. Cerrar con los dedos para que la sobrasada quede en el interior y volver a darle la forma de bola.
6. Calentar aceite abundante en una sartén o freidora. Freír las bolitas a fuego medio-alto, dejándolas el suficiente tiempo para que la carne se haga, pero sin que se quemen (dos o tres minutos suelen bastar, pero depende del tamaño). Servir con un poco de menta picada por encima acompañadas de ensalada, salsa de tomate casera o yogur. Si se quiere preparar con antelación, se pueden freír menos tiempo, reservarlas y terminarlas en el horno a 200 unos 5-10 minutos.
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