Sardinas asadas con limón y guindilla

Las sardinas son una de las bendiciones del verano. Primero porque están en temporada, y segundo, porque la estación permite hacerlas al aire libre. Estos pequeños pescaditos azules son deliciosos, pero tienen una capacidad para apestar todo recinto en el que se cocinen que ni la salida de humos de una churrería.
A mí las sardinas me gustan asadas sin más: si están bien frescas, no hay mucho más que añadirles aparte de aceite y sal. Sin embargo, también es de agradecer contar con algún aliño diferente para no caer en la monotonía sardinera. El que propongo aquí no puede ser más sencillo, y se compone de elementos clásicos de acompañamiento para el pescado en mi tierra, Euskadi: guindillas rojas, ajo, perejil y limón. Creo que el picante y el ácido van muy bien para cortar la untuosidad grasa del pez, sin cargarse su sabor a mar.
El secreto para que quede realmente bien es dejar madurar un buen rato el aceite con la guindilla y el ajo, para que coja sabor. El perejil, por el contrario, es mejor añadirlo en el último momento, porque si no coge un color apagado no demasiado bonito. Algo similar ocurre con el limón: para que brille, mejor al final. Por lo demás, la receta es más simple que un filete a la plancha.
Dificultad: Para subcortimers.
Ingredientes
Para 4 personas
- 1 kg de sardinas
- 2 dientes de ajo
- 1 guindilla roja grande o 4 pequeñas
- 1 manojo de perejil
- 1 limón
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Instrucciones
Sobre la firma

Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).