Crema de boniato y coco
Creo que probé mi primer boniato con 30 años o así. Tengo un lejano recuerdo -quizá sea una fantasía- de que mi madre se negaba a consumir estos tubérculos "porque ya había comido suficientes después de la guerra", un argumento que esgrimía también con los garbanzos. Pero mientras éstos últimos sí entraban en casa, y por la puerta grande, el boniato jamás apareció. Seguramente no era un alimento muy apreciado en el País Vasco, porque tampoco me suena haberlo visto en las tiendas o en casas de amigos.
Si mi madre ya había comido bastantes boniatos en la multicolor posguerra franquista, yo estoy lejos de llenar mi cupo, a tenor del placer que experimento con este producto y del uso intensivo que hago de él en otoño, cuando está en temporada. El boniato es como una patata pero más vistosa -su pulpa es naranja- y bastante más dulce. Me gusta de todas las formas, pero pienso que funciona especialmente bien en platos exóticos, combinado con elementos picantes y ácidos.
La receta de hoy no deja de ser una crema normal y corriente, con ligeros toques orientales: leche de coco en vez de nata, un poco de chile, jengibre fresco, comino y lima. Juro por mí y por todos mis compañeros que está buenísima, y que sorprende por lo relativamente ligera que resulta al no llevar ni patata ni cremaza.
Dificultad: Para botarates.
Ingredientes
Para 4 personas
- 800 gr. de boniatos
- 1 litro de caldo de verduras o de pollo
- 400 ml de leche de coco
- 1 cucharada de jengibre fresco rallado
- 1 cucharadita de comino
- 1 guindilla o chile rojo fresco (en su defecto, seco)
- 1 cucharada de azúcar moreno
- 1 lima
- Cilantro (opcional)
- Aceite de girasol
- Sal
Instrucciones
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.