Cuando el veneno es el ingrediente clave: novelas, ensayos y recetarios con este elemento en común
Una selección de libros de novela negra, criminal y muy gastronómica

El suicidio de un cocinero después de recibir la noticia de su pérdida de las estrellas Michelin, la muerte de un comensal o el supuesto asesinato de un crítico gastronómico han sido hechos que han servido de inspiración para muchos escritores de novela negra. Obras como El chef ha muerto, de Yanet Acosta, Fabada a muerte, de Falsarius Chef, Un cadáver entre plato y plato, de Tom Hillenbrand o cualquiera de los libros de Xabi Gutiérrez, por citar algunos ejemplos contemporáneos. Y qué decir de esos personajes tan gastrónomos como el comisario Montalbano de Andrea Camilleri o el inspector Carvalho de Vázquez Montalbán. En todas estas novelas, la gastronomía es la pieza clave para resolver un misterio o es el tema de conversación en un momento determinado de la trama o el sustento de pasiones en los que se mueven los personajes. Las estructuras se repiten en muchas de ellas, dibujando un esquema de éxito donde el planteamiento inicial se ve perturbado por la aparición de un cadáver que, a buen seguro, horas antes de su muerte habría disfrutado de un gran manjar, un buen cóctel o un excelente vino.
Meternos en un pueblo pequeño, donde, en apariencia, no ocurre nada extraordinario; donde la rutina adormece las horas y la convivencia vecinal roza esa perfección inquietante, augurando que algo va a pasar, es lo que ha hecho Korina Moss en su libro Un cheddar para morirse, recientemente traducida por Teresa Lanero Ladrón de Guevara para la editorial Alma. Todo sucede en un pueblito del valle de Sonoma (California), en una quesería de inspiración francesa, con excelentes críticas de la prensa y una vida armónica. Pero todo da un giro con la llegada de un crítico gastronómico, quien, punzante e hiriente, transmite su opinión demoledora del negocio, y, poco después, aparece muerto. El caso se va complicando con una serie de pruebas que apuntan a la dueña de la quesería como presunta asesina. La novela es de ágil lectura, entretenida y placentera, tan pronto capaz de atraparte en la lectura como de abrirte el apetito. Y, al igual que otras muchas de las novelas de misterio y fondo culinario, en el final del libro encontraremos algunas de las recetas que se sugieren a lo largo de la trama: croque-monsieur con gruyere, fondue de fontina...

Comer y beber es lo que hacen muchos de los personajes de novelas que, aparentemente, nada tienen que ver con la gastronomía; sin embargo, la pasión por un plato, un cóctel, un ingrediente o la obsesión por la comida son la pieza clave para el desarrollo de la trama. Encontrar esos autores, recomendar sus libros y añadirle una serie de recetas y referencias gastronómicas es lo que ha hecho la escritora e ilustradora Montse Clavé en su libro Manual práctico de cocina Negra y Criminal, recientemente reeditado por Pepitas de Calabaza con unas ilustraciones maravillosas de Carlos Baonza. “Este libro lo gesté en 2004 junto con Paco Camarasa. La lectura de tantas novelas de género que me rodeaban y la observación de cómo los autores caracterizaban a sus personajes no sólo con atributos físicos, me hizo pensar también en qué les hacían comer o beber. Comer, especialmente los autores mediterráneos; y beber, y mucho, los autores norteamericanos y los nórdicos”, comenta la autora a EL PAÍS Gastro.
En el libro, Clavé regala una lista de novelas de imprescindible lectura donde los personajes sienten esa atracción por la gastronomía. “Hay recetas que salen del propio libro, por ejemplo, la caldeirada gallega que Manuel Vázquez Montalbán transcribe en su novela Tatuaje. Otras recetas aparecen citadas en los libros de cada uno de los autores que he seleccionado. Posteriormente, las elaboro en la cocina de mi casa antes de escribirlas para que los lectores lo tengan más fácil. El libro es una incitación a la lectura de novela negra aderezada con recetas”, añade la autora. La tarta sin arsénico para acompañar los textos de Agatha Christie; el café irlandés para Chandler; las tortitas de maíz para amenizar El cartero siempre llama dos veces, de James Cain; o releer la fascinante historia de Ripley de Patricia Highsmith mientras devoras una musaka, son algunas de las recomendaciones. “En este libro de recetas, que también es algo más, se exhibe una muestra de ese equilibrio entre placer y divertimento, aliñado con un cierto punto de sofisticada invitación a leer lo que no has leído, a seguir senderos a partir de lo que una mera receta de cocina te propone”, escribe el escritor Carlos Zanón, en el prólogo de la nueva edición.

Montse Clavé y Paco Camarasa regentaron durante muchos años la librería especializada en libros de misterio y thriller Negra y Criminal, situada en el barrio de la Barceloneta. “Nosotros ofrecíamos mejillones y vino a los que venían a nuestra librería, era una manera de atraer a gente o de cerrar una presentación de un libro”, explica la autora. “Las librerías especializadas son una buena idea pero siempre ligadas al barrio, a sus asociaciones culturales y sin dejar de hacer muchas actividades relacionadas con la temática de la librería”, agrega. En aquel entonces, el científico Daniel Torregrosa aún no había escrito El olor de las almendras amargas. Un paseo por la ciencia de los venenos y su presencia en el arte y la ficción (editorial menoscuarto), y por lo tanto, los nuevos autores, aspirantes a narradores de thrillers, no tenían acceso al más valioso volumen sobre la historia de los venenos que, hasta la fecha, se ha editado. El libro es una fuente de información sobre ingredientes mortales, infusiones alucinógenas, hierbas letales... De los venenos en la mitología clásica, los que triunfaban en el Renacimiento y los infalibles de todos los tiempos. El veneno en la historia, el veneno en el arte. ¿Napoleón murió envenenado? ¿Cuál fue el veneno ingerido por Romeo tras pensar que Julieta estaba muerta? El acónito, cianuro, opio, fósforo, veronal, estricnina... el top 14 de los venenos de Agatha Christie; el veneno y el rock and roll... El libro es un ensayo maravilloso, lleno de anécdotas y historias para una larga sobremesa. Un indispensable para los futuros escritores.
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